Capítulo 11 - Misión

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Misión

Cada quien tomó lugar frente al escritorio de Huor, Lólindir mostraba un rostro calmado y serio, Finrod trataba de ocultar su nerviosismo, Fëanáro cruzó los brazos y no mostró ninguna emoción más, Merenwen empezaba a tener su entusiasmo de siempre, Nindë no alejó su mirada de Lólindir, parecía que deseaba comprobar su teoría sobre el sello, mientras yo solamente podía formular preguntas turbias en mi cabeza, Lúthien se colocó a un lado de Huor quien se levantó de su escritorio y miró por la ventana mientras comenzó su discurso.

- A partir de ahora ustedes dejaran el Credo para cumplir con una tarea de vital importancia, ya que en sus manos se encuentra la responsabilidad de encontrar a dos compañeros nuestros, su importancia no es por sus habilidades, o sobre la información que puedan adquirir otras organizaciones, sino por algo mucho más importante, ellos decidieron entregar su vida y esfuerzo al Credo y lo menos que podemos hacer es traerlos sanos a casa.

Huor giró para mirarnos directamente a los ojos, sostuvo su mirada unos segundos en cada persona presente en la oficina.

- Al igual que vamos a encargarnos que ustedes regresen con bien. Ustedes comprobaron la calidad y poder de los Daimus creados por Lúthien en las cúpulas de entrenamiento, el mismo efecto tendrá en el campo de batalla. También serán liderados por uno de los miembros con mayor rango, el Red Wolf Lólindir Elensar, quien ha completado numerosas misiones sin ninguna baja registrada hasta la fecha y con una taza de objetivos cumplidos del 100%, un verdadero maestro de la estrategia, el combate cuerpo a cuerpo y con una habilidad única en el manejo de energía que deberá ser suficiente para hacer frente a cualquier situación que se encuentren en el camino. Además, voluntariamente ha accedido a llevar el sello de vida, lo que asegurará que ninguno de ustedes pueda resultar herido.

Nindë tenía razón. Al escuchar esas palabras miré a Lólindir quien parecía más orgulloso que preocupado al respecto.

- Recuerden que Lólindir será su mando inmediato y deberán acatar todas sus instrucciones en todo momento. Por la naturaleza de la misión, ustedes no tendrán ningún dispositivo de comunicación con el Credo por excepción de Lólindir, además se les entregarán un par de piezas de equipo diseñadas para potenciar sus habilidades ya desarrolladas hasta ahora.

Lúthien con voz firme pero con cansancio en su tono dijo:

- El equipo se les entregará en la armería, después tienen que ir a un cuarto de transporte para iniciar lo antes posible con su objetivo, básicamente es ir a la última posición conocida de nuestros miembros, rastrearlos y de ser posible, traerlos de vuelta. Cada uno de ustedes contará con una gema de traslado que llevará a quien lo active y a todo aquello que toque hasta aquí al Credo, entonces si uno de ustedes tiene contacto con cualquiera de los objetivos, favor de activarlo sin pensarlo. Al tratarse de seis de ustedes hará la tarea mucho más fácil, también se ha pensado en sus habilidades individuales y recuerden que Lólindir tiene libertad de acción, por tanto las instrucciones que les hemos dado aquí pueden ser modificadas si así lo ordena su líder de equipo. Si la situación entra en un confortamiento hostil, deben regresar al Credo inmediatamente, también recuerden...

- ¿Por qué somos cinco novatos quienes haremos esta misión?

Interrumpió Fëanáro con voz inquisitiva y desaprobatoria. No se encontraba de acuerdo con las decisión que habían tomado y no dudó ni un segundo para mostrarlo. Huor tomó la palabra para contestar.

- Por el mismo motivo de ser novatos, si enviamos miembros con mayor rango será más fácil ser detectados, no contamos con más unidades para infiltrarse y realizar un rescate sigiloso, además, yo creía que deseaban dejar los muros del Credo.

Todos se quedaron impresionados por la respuesta obtenida... excepto por mí, parece que paso más tiempo con Huor que cualquier otro novato.

- Además si lo piensas, su equipo se puede convertir en uno de los más fuertes. Vamos a excluir a Lólindir por un momento, tenemos a uno de los últimos jinetes de dragón con acceso a un pozo de energía casi ilimitado, un especialista en combate que no importa el daño que reciba, no dejará de pelear, una sacerdotisa de rama druida y una pitonisa de iniciación nórdica con una capacidad creativa que supera la imaginación misma, por último pero no menos importante tenemos a quien puede ver todo lo que es oculto para el resto, no sonará tan impresionante como el resto de sus compañeros pero les quiero recordar que fue él quien los derrotó a ustedes en las cúpulas de entrenamiento.

En algo tiene razón Huor, mi habilidad suena bastante... tonta si la planteas de esa forma.

- En combinación, son una fuerza de asalto inigualable, muchos de los miembros de altos rangos se encuentran celosos por sus habilidades. Por ello es que tenían público en sus entrenamientos. Pero no es momento para subirles el ego con sus hazañas, es hora de mostrar lo aprendido a la práctica, busquen a nuestros compañeros perdidos, encuéntrenlos y de ser posibles tráiganlos de vuelta. Contamos con ustedes.

De un momento a otro el ambiente se volvió animado, con ansiedad por salir del Credo, pero yo seguía aterrado por la situación, por un momento nos piden no entablar combate, pero si Lólindir tiene libertad de acción, entonces eso podría cambiar en un segundo. Después de esas palabras de aliento, Huor señalo la puerta y uno a uno abandonó la oficina con dirección a la armería, Lúthien nos escoltó hasta ahí sin decir una palabra, pero con una sonrisa fingida. Aún no parece aprobar esto, pero tampoco quiere interferir si ya se trata de un hecho.

Por el pasillo al asesor con dirección a la planta baja y de ahí a la armería. Curiosamente no entramos a la habitaciones de los estantes móviles, sino que dimos vuelta para toparnos con un escritorio con mallas de metal que se encontraban del escritorio al techo para evitar que alguien estará, ahí una persona entregó 6 cajas pequeñas a través de una rendija donde no cabe nada más. Lúthien entregó una caja a cada quien y pidió que portáramos el contenido siempre.

- Además de su transportador, cada quien tiene una gema que funciona como una reserva de energía, meramente la tienen que sostener en su mano para que funcione. Finrod, tu cuentas con dos pociones curativas, ya sea que la bebas o la rompas contra el suelo sus resultados son inmediatos. La flauta dragontina es para ti Fëanáro, puedes llamar a Idril una vez que llegues al lugar designado. El libro de invocaciones es para Nindë y el guante de los cinco caminos es para Merenwen, además de 3 esferas para cada uno con una concentración alta de los hechizos elementales de fuego, agua y aire. Y para ti Galdor fue un poco difícil por el poco tiempo que tienes aquí, entonces te entregaré el rifle que usaste en uno de tus combates.

Hubiera preferido las pistolas que usé con Huor... será mejor no mencionar eso por ahora. Lúthien le pidió el rifle a la persona detrás de la malla, un minuto después me entregan el arma junto a tres magazines llenos.

- Tienes 15 disparos, espero que no tengas que usar uno solo.

Fue lo que me susurró Lúthien al entregarme el rifle.

- Es todo el material que usarán en esta misión, Lólindir tendrá solo un sistema de comunicación directa con el Credo. Vamos, tienen que ir al cuarto de transporte.

Se notaba que ella no quería pasar más tiempo del debido con nosotros. Tomamos de nueva cuenta el ascensor y entramos a la misma habitación blanca en donde suelo dejar mi desayuno en forma líquida por todo el suelo.

- Tomen posición por favor.

Con cierta emoción entramos al círculo dibujado en el suelo con las extrañas insignias que aún no logro identificar.

- Contamos con ustedes.

Lólindir asintió con la cabeza para llevarnos a nuestro destino. Nuestra primera misión, esto es real, esto es enserio, no puedo equivocarme. Cerré los ojos esperando las náuseas habituales, al abrirlos fuimos recibidos por una hermosa vista con árboles tan altos que no podía distinguir las copas y aquel aroma a tierra mojada que siempre me ha agradado.

No fueron más de dos segundos que tuve para disfrutar del lugar hasta que Lólindir gritó a todo pulmón.

- ¡CUIDADO!

El Credo - Iniciación IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora