Capítulo 13 - Preludio

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Preludio

Lólindir bajó la mirada un momento, noté que la situación le parecía sumamente extraña, yo me encontraba exactamente igual. Indicó que nos retiráramos del borde del peñasco para reunirnos con los demás.

- Nindë, ¿Fëanáro ha encontrado algo?

- No, nada en un radio de 50 kilómetros.

- ¿50? Le he pedido que apenas sean a diez.

- Lo sé, pero creo que la visión de Idril es aún más extensa que eso.

- Bien...

El soldadito de plomo parecía preocupado por algo, creo que esperaba encontrar el más mínimo rostro de enemigos por lo menos, un guardia, una trampa... algo.

- Vamos a investigar la casa, Nindë, dile a nuestros ojos en el cielo que nos avisé por medio de rugidos, entre más fuerte sea sabremos que se encuentran más cerca.

- Entendido.

Nindë tomó apenas unos segundos para comunicárselo a Fëanáro quien respondió la indicación con un apenas perceptible gruñido por parte de Idril.

- ¿Eso no revelará nuestra posición?

Preguntó Finrod con cierta preocupación y también concuerdo con él.

- En efecto, pero también sabrán que nos hemos percatado de su presencia y perderán el factor sorpresa. Ambos estaremos listos para el combate, además recuerden que podemos transportarnos al Credo en cualquier momento, tenemos la ventaja en la huida, solo me aseguro de no tener ninguna sorpresa indeseable.

Su estrategia parece fundamentarse muy bien, debo admitir que me siento seguro a su lado.

- ¿Puedes reconocer el terreno ya que no te comunicas con el dragón?

- Si, ahora estoy libre de usar más energía.

- Hazlo antes de bajar, tal vez Galdor no vio algo.

No importa que me sienta seguro a su lado, el deseo por dispararle en una pierna no desaparece ni por un momento.

- No hay señales de vida.

- Gracias Nindë. Bajaremos Finrod y yo primero, quiero que Galdor tenga el rifle para dar protección adicional, cuando de la señal bajaran las chicas y le otorgarán soporte a Galdor para bajar.

Aceptamos las instrucciones sin mayor revuelo. Finrod y el enano saltaron del risco, reduciendo su velocidad con su mano que trataba de aferrarse al muro de tierra detrás de ellos, aunque fue una entrada un poco ruidosa, fue efectiva, tocaron suelo en menos de diez segundos con solo su mano lastimada. Finrod tomó una poción y bebió una gota y compartiendo otra con Lólindir.

Con el rifle ya empotrado, tuve ambos ojos abiertos para tener una mayor cobertura. No existió ningún incidente. Un minuto después Lólindir indicó a las chicas para bajar. Ambas saltaron sin pensar y antes de tocar el suelo una gran ráfaga de viento detuvo su caída. Ahora el momento de la verdad... ¿Cómo coño pretenden que yo baje?

- ¿Puedes traerlo aquí Nindë?

- Claro.

Fue apenas un susurro del enanito, pero fue muy tarde para entender esa extraña orden. Inmediatamente sentí como una mano invisible me empujó hacía el vacío, mi única reacción fue sostenerme del rifle lo más fuerte que pude mientras que el suelo se aproximaba vertiginosamente a mi rostro. Doy infinitas gracias a Nindë por no dejarme caer sin más, la misma ráfaga de viento detuvo el impacto a unos metros antes de tocar el suelo, aunque como era de esperar, mi aterrizaje no fue tan elegante como el de los demás.

- ¿No era mejor idea dejarme arriba y fungir como francotirador?

Le preguntaba a Lólindir mientras sacudía el polvo de mi ropa por caer de barriga contra el piso.

- Generalmente sería una forma de proceder, pero tú viste algo que nosotros no, me eres de más ayuda aquí. Merenwen, Nindë, quédense fuera de la casa y prepárense para cualquier cosa.

Ambas asintieron y tomaron lugar fuera de casa, una en la puerta principal y otra en la trasera. Colgué el rifle a mi espalda y caminé a la puerta, justo antes de entrar, Lólindir nos detuvo a Finrod y a mí.

- Puede que encontremos algo en esta casa, quiero que sean totalmente conscientes de ello.

Un fuerte escalofrío recorrió mi espalda hasta llegar a la nuca, erizando mi piel por completo. Con cierto temor, ambos asentimos con la cabeza y caminamos muy lentamente al interior de la casa. Una pequeña sala de estar con una mesa y cuatro sillas de madera eran los únicos muebles visibles, a la derecha una puerta que parecía conducir a una habitación y otra a la izquierda que me imagino que es el baño. La casa se siente mucho más pequeña una vez dentro.

Caminé lentamente a la puerta de la derecha y que ahí se encontraban dos rastros de energía que había visto, la madera crujía debajo de mis zapatos de manera tétrica, coloqué la mano en la perilla de la puerta y la giré lentamente solo para ser golpeado ferozmente por un olor totalmente nauseabundo, cerré los ojos y tapé mi nariz inmediatamente, tuve que retroceder dos pasos para evitar vomitar.

- ¿Qué encontraste Galdor?

Solo pude señalarle a Lólindir la habitación con mi otra mano, se apresuró para llegar al lugar y no fue afectado por el olor, sino por algo mucho peor.

- ¡Esto es imposible!

Exclamo el enano con una voz temblorosa. Finrod, quien se encontraba mirando unos papeles sobre la mesa, se acercó a la habitación pero el olor lo golpeó también. Cunado pude recuperarme giré y miré dentro de la habitación simplemente para sentir un cuchillo en mi corazón al ver la terrible escena.

Sobre la cama que se encontraba en la esquina de la habitación había un cuerpo sin vida, las sábanas se encontraban rojas por la sangre y evidentes salpicaduras sobre la pared. Sentado sobre una silla frente al escritorio yacía un cuerpo con la cabeza recargada sobre el mueble, un charco rojo que provenía de su cabeza caía hasta el suelo, dejando una laguna escarlata sobre más de la mitad de la habitación, la ventana sobre ellos mostraba un resplandor rojizo gracias a las gotas de sangre que llegaron hasta ella.

Lólindir entró en la habitación cuidando sus pasos para no alterar nada. Por mi parte tardé varios segundos en comprender lo que ocurría.

- Creo... creo que... encontramos a los objetivos.

Ni Nindë ni yo encontramos rastros de vida... era más que obvio se estaban muertos.

- ¡GALDOR!

Me gritó Lólindir tratando de hacerme reaccionar, con lentitud entré en la habitación y solo me enfoqué en las dos marcas de energía de la habitación. La primera se encontraba en el escritorio.

- Mira esto Galdor.

Un mensaje que parecía ser hecho con las uñas sobre la madera del escritorio decía "I'm Fine" con una tipografía muy gariboleada y elegante. Inmediatamente miré a la otra marca que se encontraba en la pared, de igual manera era un mensaje sobre la madera "I Feel Fantastic". Al ver el cuerpo noté se su brazo derecho se encontraba extendido en dirección a la pared.

- Parecen... mensajes... de suicidio. 

El Credo - Iniciación IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora