ELPIDA
Llevamos diez maravillosos días en este viaje y de verdad que mi país tiene lugares únicos en el mundo. Mijaíl se ha dedicado a mimarme a cada instante, pero también hemos tenido momentos de chicas en los cuales hemos terminado todas borrachas.
En Lefkada decidimos que era hora de salir solas, necesitábamos una noche de diversión y claro la idea era darle a conocer a Gaby como se disfrutan las noches griegas y puede que al principio los chicos no estuvieran completamente de acuerdo pero al fin se dieron por vencidos y lo aceptaron, claro debería de pagar unas consecuencias que mi queridito gruñón tenía en mente.
Ingreso al bar del yate donde están nuestros adonis conversando, no se han dado cuenta de mi presencia y la verdad es que este grupo de cuatro hombres es un pecado para cualquier mujer, comenzando con mi Dios Griego, quien para mi sobre sale de todos ellos, lleva puesto unas bermudas de jeans que le llegan un poco más abajo de las rodillas y un polo de color turquesa que hacen resaltar el color de sus ojos, su pelo está como siempre despeinado y totalmente sexy.
Kyriako es casi de la misma estatura que Mijaíl pero mucho más macizo, sus ojos son castaños al igual que su pelo y su piel es morena se parece mucho a su padre en cambio mi chico se parece a su madre. Lleva puesto unos pantalones de lino blanco conjunto con una camisa del mismo color y la verdad es que le queda perfecto.
Luego está mi hermano y Ari que ahí están los dos como salidos de las mejores revistas de moda para hombres.
Mi amigo se da cuenta de mi presencia y me mira con una sonrisa de lado y sé que está pensando "Tú quieres matar a este pobre hombre" le devuelvo mi sonrisa traviesa porque tampoco se imagina cómo está vestida Gaby, me conoce tan, tan bien que entrecierra los ojos y niega con la cabeza, una media sonrisa asoma en sus labios.
En ese momento los demás se dan cuenta de mi llegada.
Mijaíl escanea mi cuerpo de pies a cabeza, llevo mi pelo recogido en una larga cola de caballo, mi maquillaje no es nada intenso simplemente me he delineado los ojos con eyeliner y pintado las pestañas haciendo que parezcan mucho más densas y largas, así mi mirada se ve mucho más intensa, un poco de polvo y rus, un gloss solo para dar brillo a mis labios
Llevo puesto un vestido blanco strapless que resalta en mi bronceada piel, lleva un lazo bajo el pecho y cae suelto quedando muy por encima de mis rodillas, es decir tapa lo justo y necesario, es uno de los vestidos más cortos que tengo pero lo amo. Me he puesto unas sandalias color violeta de tacón alto, que hacen ver mis piernas mucho más largas de lo que son y en mis manos un bolso a juego
Sé que le gusto, pero también me doy cuenta que no le agrada para nada que vaya vestida de esta manera, sin que él me acompañe. Se acerca con pasos lentos y decididos, cuando llega a mi lado me siento deseada y mucho más sexy, él tiene ese poder sobre mí. En la habitación reina el silencio pero no me importa, en estos momentos estamos él y yo.
—Hola. —lo saludo, pero mi voz casi no sale por la excitación.
—Hola. —puedo sentir lo afectado que se encuentra el también— te ves impactante. —Coloca su mano abierta justo donde termina la espalda y cambia de nombre—. Es injusto que otros admiren lo que es mío.
—Eso mismo digo yo cuando te comen con los ojos. —pasa su dedo por mi hombro siguiendo un recorrido hasta llegar a los míos y entrelazarlos.
—Tienes razón. —Dice— ¿Puedo ir con ustedes?
—No. —mi respuesta es inmediata y aunque su cara me da pena los dos debemos tener también vida por separado.
—Lo sé, me has puesto duro de solo verte así. —susurra para que solo yo lo escuche— será todo un placer desvestirte y follarte solo con estos zapatos puestos —no puedo evitar gemir antes sus palabras y el muy cabrón ha logrado ponerme en duda a salir o quedarme con él y que me haga lo que desee, pero en ese momento una exclamación en coro por bocas masculinas me regresan a la realidad y me doy cuenta que las chicas ya están listas.
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TÚ, MI ESPERANZA Y MI SALVACIÓN
Random¿Cómo contar mi historia en unas cuantas líneas? Sería un puto desastre. ¿Qué si hay una chica? ¡Pues claro! Siempre la hay. Vivía bien, la ayudaba en sus momentos más difíciles y como un estúpido me enamoré de ella y por el bien de ella me largué...