CAPITULO 16

127 4 2
                                    

MIJAIL

Echaba de menos encontrarme en el mar, la última vez fue cuando estaba confundido con lo que sucedía con Elpida y me había desaparecido, pero ahora, ahora era completamente diferente, veníamos a disfrutar, a estar todos juntos en familia, sí nuestra familia, con nosotros venían mi hermanita con mi mejor amigo que ahora en realidad era mi hermano; también nuestros amigos Ari y Gabriela junto a Hans y en el camino se nos uniría mi hermano.

Después de todo lo que había sucedido estos meses necesitábamos vacaciones y qué mejor que hacer un tour por las hermosas islas griegas.

Estoy solo en la cubierta superior, ya es bastante tarde y todos estaban agotados así que se han ido a dormir. Detrás de mí hay un jacuzzi pero la verdad es que solo, no tengo ganas de probarlo, me inclino por la borda de donde me encuentro y tengo a la vista el mar y el cielo que se unen en una oscuridad sin límite.

Mi pensamiento me lleva hace un tiempo atrás no muy lejano.

·······································································································

Llevo conmigo seis cervezas, sé que Elpida y Nefeli han ido al cine y mi amigo está solo, así que creo que ha llegado el momento de tener la conversación que tanto hemos retrasado.

Toco el timbre y Strato abre la puerta, se ve mucho mejor ya no lleva el yeso pero si una muleta para no poner todo el peso en el pie golpeado.

-Creo que llegó el momento de convertirte en hombre. -lo molesto mostrando las cervezas.

-Eso lo veremos. -Me saluda como siempre- nos sentamos en el balcón, las chicas han dejado algo para picar preparado y poder ver el partido.

-Bien. -así que me dirijo a donde me señala y claro como anunció, habían platos con quesos, otros con diferentes jamones y otros con diferentes verduras.

Al principio nos sentamos en un incómodo silencio, no sabía cómo comenzar la conversación que tanto me angustiaba.

-Sabes. -dijimos los dos a la vez. Nos reímos como dos niños, algo que hacíamos hace años, algo que me dio a entender que todo este ambiente era una mierda, éramos amigos, no, éramos algo mucho más que eso, éramos hermanos de vida y ahora en un futuro no muy lejano nos convertiríamos en familia.

-Bueno. -Dije- como mayor el turno es mío para hablar primero. -me burlé.

-Está bien viejo, tú dirás. -se recostó en el asiento donde se encontraba y me miró atentamente-. Pero primero que nada, respóndeme algo.

-Dime.

- ¿Por ella es que te fuiste del país?

-Sí. -No podía seguir sentado, necesitaba decirle todo lo que sucedía hace años-. Era imposible seguir a su lado y sentirme de tal manera -lo miré directo a los ojos- no aguantaba cuando me decías que llegaban pretendientes a la casa por ella y la última vez que la vi supe que estaba perdido. -paso mis manos por el pelo, esto es como estarle pidiendo la mano de la mujer que amas a tu suegro o mucho peor, porque estoy seguro que podría ganarme un puñetazo sin más de su parte.

- ¿Por qué no me dijiste nunca nada?

- ¿Qué querías que te dijera? ¿Sabes Strato estoy enamorado de tu hermanita que aún no había cumplido bien los dieciocho? -Hago una mueca con la boca- ¿Crees que habrías reaccionado bien? Porque para serte sincero yo no lo hubiera hecho y más encima, nunca supe de los sentimientos de ella hasta ahora.

TÚ, MI ESPERANZA Y MI SALVACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora