MIJAIL
Llevo más de una maldita semana despierto, poco a poco comienzo a recordar todo lo sucedido aquel día, el del accidente, pero aún tengo alguna lagunas, unos tremendos dolores de cabeza que me hacen convertirme en un verdadero hijo de puta, lo peor es estar postrado en esta maldita cama, me habían dicho que el no sentir mis piernas al despertar era frecuente por el tiempo que llevaba sin moverlas, pero eso no ha cambiado, sé que hay algo que me están escondiendo, algo no va bien conmigo, estoy seguro como que me llamó Mijaíl.
Por otro lado está también que no puedo comunicarme como es debido, ya que por estar tanto tiempo en coma y con todos esos aparatos en mi garganta mis cuerdas vocales están un poco débiles. Los médicos han dicho que volverá a la normalidad más adelante aunque necesitaré de algunas logoterapias y en estos momentos si quiero comunicarme de alguna manera lo hago escribiendo en alguna libreta, y así no maltratar aún más mi voz.
Por otra parte Elpida se las pasa aquí, se ve agotada, sus ojos han perdido el brillo de hace un tiempo atrás, aunque le pida que se marche, que debe de seguir con sus estudios y su día a día ella siempre tiene una respuesta para darme; Para la primera me dice muy enfadada que aunque se las pase aquí, ella sigue igual con sus estudios a la distancia por clases virtuales y así no ha perdido nada y cuando es obligatorio asistir va por las horas que corresponde y luego regresa a mí. La segunda respuesta es que simplemente yo soy su día a día así que no tiene nada más que hacer.
Pero yo no quiero eso para ella, es una mujer maravillosa que debe ser feliz, florecer y lo único que le está pasando en este momento es marchitarse a mi lado.
Me he quedado por fin solo, mi madre tenía que irse y aunque no le gustó la idea de dejarme solo, la obligue a marcharse y Elpida llegará más tarde así que por fin puedo sentirme yo y no tener que demostrar a los demás algo que no es verdad. Para ellos tengo que sonreír, tengo que ser fuerte pero la verdad es completamente diferente, todo cambiará, todo ha terminado.
—Hola guapo —me saluda Antonia—. ¿Me llevas a casa?
— ¿Qué haces aquí? —Le pregunto— ¡Tú estás muerta!
De Repente nos encontramos en mi coche los dos golpeados, ella comienza a quemarse y aunque trato de ayudarle se me hace difícil, lucho con su cinturón pero es imposible apartarlo de ella. Poco a poco siento como el fuego roza mi piel y el humo hace que no pueda respirar.
— ¡Ayúdame por favor Mijaíl...! — grita Antonia y aunque lo intento se me hace imposible — ¡Te imploro no me dejes morir! — ruega y aunque pongo todo de mi parte es inútil.
— ¡No puedo...! —grito desesperado.
— ¡Me has matado Mijaíl... eres el culpable de mi muerte! — Grita ella mientras es tragada por las llamas del fuego—. ¡Eres un asesino...!
— ¡Mi amor, mi amor! —Escucho a Elpida a la distancia — Mijaíl despierta por favor.
— ¡No...! — siento como el grito ha salido de lo profundo de mi garganta, estoy completamente sudado, y mi respiración es agitada, siento mi garganta rasgarse por el grito y el dolor es insoportable, así que la tos es lo único que lo hace aliviar un poco y el vaso de agua que me entrega.
—Mi amor, tranquilo era una pesadilla nada más. —dice mi mujer acostándose a mi lado y envolviéndome en un abrazo que me hace poco a poco volver a la normalidad.
No me di ni cuenta cuando me quedé dormido, malditas pesadillas, sé que fue mi culpa y por ello Antonia en estos momentos está muerta, y de la peor manera.
— ¿Qué soñaste mi vida? — pregunta mi chica llena de preocupación, pero ¿Qué le puedo decir? Volverá a justificarme y eso es lo menos que necesito en estos momentos.
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TÚ, MI ESPERANZA Y MI SALVACIÓN
Random¿Cómo contar mi historia en unas cuantas líneas? Sería un puto desastre. ¿Qué si hay una chica? ¡Pues claro! Siempre la hay. Vivía bien, la ayudaba en sus momentos más difíciles y como un estúpido me enamoré de ella y por el bien de ella me largué...