CAPITULO 18

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MIJAIL

Casi un año después.

- ¡Estuvo maravilloso! -grita mi madre al entrar al camerino.

Acabo de dar la última actuación de la obra que habíamos estrenado hace más o menos un año atrás. Me siento orgulloso de mi equipo, puedo decir que fue todo un éxito y por esa razón es que vamos por una segunda temporada, pero ahora nos tomaremos unas vacaciones bien merecidas.

- ¡Felicidades viejo! -dice mi hermano dándome un abrazo de hombre. Hoy están todos, no falta nadie, hasta mi padre que odia los aviones y casi no ha visto mis actuaciones, está aquí.

Pero la verdad es que ninguno de los abrazos y felicitaciones que me llegan son tan deseados como el que espero que llegue de mi mujer, aunque me parece una eternidad y al levantar la cabeza después de saludar a Hans, la veo, mi Diosa se encuentra al margen de todo, eso es lo que ella siempre hace, dice que esto es algo que me lo he ganado solo y que se siente feliz de solo estar cerca y no ser el centro de atención.

Ella está ahí dándome el espacio que cree que necesito, pero lo único que sé es que la necesito a ella, solo a la mujer que durante un año ha estado a mi lado y me ha enseñado a vivir de una manera que muchos envidian.

No ha sido todo tranquilo, como en cada relación hemos tenido nuestros momentos de enfado, porque joder mi mujer sí que es terca y muy muy orgullosa.

Ha sido un año difícil porque cada principio lo es, desde que llegamos de Grecia después de nuestro maravilloso viaje por lugares que ni yo mismo conocía, se ha venido a vivir conmigo, no nos hemos comprometido aún, pero para nosotros no es necesario, aunque yo ya tengo mis planes hechos sobre eso.

Aún recuerdo nuestra última parada antes de terminar nuestro viaje y la que se armó porque yo soy un maldito posesivo y como tal no dejaría a nadie que viera a mi mujer completamente desnuda en una playa, ¿A qué me refiero? simple.

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La última escala fue a la isla Gaidouronisi, a la playa Chrysi ya son como las diez de la mañana y esperamos todos poder bajarnos para disfrutar de este magnífico lugar, nos acercamos en la pequeña lancha que tiene el yate y llegamos al pequeño puerto que tiene la isla donde paran los barcos que llegan desde Ierapetra con sus respectivos horarios.

El lugar es un paraíso de aguas turquesas y arena blanca. Una taberna y rakí congelado nos espera, mientras que una tienda improvisada con collar hecho a mano de conchas despierta recuerdos de los niños de las flores, sobre todo, de cómo aquí se puede ser libre ...

Para llegar a la parte norte, teníamos que caminar diez minutos entre dunas y cedros centenarios, por lo cual la isla se enorgullece los últimos... 200 años. La playa casi inquietante, sin embargo, somos recompensados ​​por nuestro esfuerzo. Pura arena blanca, rodeado por un bosque de cedros y un sinnúmero de conchas esparcidas... No faltan, sin embargo, algunas hamacas y sombrillas para alquilar, así como un bar de playa para aperitivos y café. Al oeste de la isla está la iglesia de San Nicolás, el lago de sal, las tumbas de la época romana, el faro y el brazo del antiguo puerto.

Al ubicarnos en unas hamacas, Hans sale corriendo hacia el mar y se tira de cabeza, pero no demora nada en salir quejándose por haberse golpeado porque la verdad no ayuda a que no haya profundidad y todos reímos por su cara de enfado.

Elpida se ve tan hermosa bronceada, estos días le han sentado muy bien.

- ¿Vamos a dar un recorrido? -pide mi chica pero de manera que solo yo la escuche y veo como me da su sonrisa traviesa, lo que me provoca esa sonrisa está tan a la vista que mejor será salir con ella de aquí y no quedar en ridículo.

TÚ, MI ESPERANZA Y MI SALVACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora