Capítulo 25.

896 47 10
                                    

Pasamos un rato hablando de tonterías, con alguna que otra broma/indirecta de los chicos sobre mi y Bill.

Todos estaban a lo suyo, excepto Bill y yo. Que seguiamos hablado de cualquier cosa. Papá me llamó.

- Janna, vamos a estar toda la noche en la carretera. Pregunta si les importa que te quedes ahí o si lo prefieres, podemos parar y te vienes -

Bill lo escuchó y me susurró que me quedara.

- Papá me quedo! Nos vemos mañana por la mañana! - colgué rapidísimo y miré a Bill. Ambos sonreímos como tontos - Donde voy a dormir? Solo tenéis cuatro camas... -

- Yo puedo quedarme en este sofá y tu puedes dormir en mi cama -

- No, no vas a dormir aquí. Ya me quedaré yo -

- No voy a dejar que duermas en esta cosa tan incómoda. -

- Pues tenemos un problema - me reí

- Bueno... siempre puedes dormir conmigo. Si quieres, claro - propuso timidamente - Así ninguno se queda sin cama -

- Me parece justo - dije con una pequeña sonrisa.

- Vamos a cenar algo, no? - apareció Georg.

- Sabes cuando vamos a volver a parar, Janna? - preguntó Tom.

- No paramos, seguimos hasta mañana por la mañana -

- Entonces cenemos ya - añadió Tom.

Sacaron unas pizzas de la nevera y las pusieron a calentar. Nos sentamos a la mesa y empezemos a comer.

- Oye... - dijo Georg con la boca llena - y si no vamos a parar más... Vas a dormir aquí? -

- Si -

- Donde? No hay sitio - dijo Gustav.

- Conmigo - saltó Bill.

Georg y Tom casi se atragantan con el agua, pero no del mismo modo. Quiero decir, enseguida Georg se rió pero Tom...

- Contigo? No puedes dormir con él! - se alteró

- Por qué? - dijo Bill.

- Pues porqué a David no le parecería bien! -

- Papá no está, que más da. Solo vamos a dormir, Tom! - dije yo.

- Pero.. Bill ronca -

- Que dices yo no ronco! -

- Sigo diciendo que no me parece bien que durmais juntos... - se volvió a concentrar en su trozo de pizza.

(...)

- Mierda no tengo pijama - dije antes de entrar en el baño.

- Puedo dejarte una camiseta - dijo Bill.

- Le va a ir como una camista normal. Coge una mía, las suyas son muy ajustadas - Tom apreció de la nada. Me pasó una comiseta que tenía encima de su cama.

- Gracias - ni siquiera me miró a la cara.

Entré al baño, me lave la cara y me puse su camiseta. Me iba enorme pero iba cómoda. Además, olía a él. Parecerá raro pero en el sueño olía exactamente igual.

De repente se escuchó un trueno. Sonó demasiado fuerte para mi gusto. Me asustaban las tormentas, aunque me encantaban. Soy rara, lo sé.

Salí corriendo del baño y me choqué con Tom.

- Cuidado - dijo con una sonrisa al ver que estaba asustada - Te dan miedo? - asentí avergonzada - Tranquila, estarás bien con Bill - volvió a desaparecer por la puerta del baño.

Tom había estado raro todo el día. Primero apagado, luego contento incluso gastando bromas, luego borde conmigo y ahora... Ahora ni siquiera sabía como interpretarlo. Que le pasaba?

En cualquier caso, fui a la cama de Bill. Él estaba esperándome.

- He oído que tienes miedo de los truenos? - preguntó

- Un poco - se rió - de que te ríes? - le di un codazo

- Nada, nada - se apartó y me dejó hueco para que entrara - Mañana será un día muy largo, será mejor que nos durmamos ya - yo solo asentí.

Apagó la luz y nos tapamos con una única y fina sábana.

Seguía tronando. A cada golpe me asustaba. Bill lo notó y me abrazó.

- No pasa nada - decía. Me agarré a él.

No podía estar mejor. Estaba durmiendo abrazada a Bill, aunque notaba el olor de la camiseta de Tom.

Cerré los ojos y me dormí.

A media noche me desperté. Tom tenía razón, Bill roncaba. Me moví un poco para ver si reaccionaba y dejaba de hacerlo, pero nada. No podía dormir con ese chico tan mono roncando. Salí y bajé al piso de abajo a beber algo. Los conductores ya se habían cambiado el turno, eso quería decir que ya habíamos hecho más de la mitad del camino. Ni siquiera notaron mi presencia.

Abrí la nevera y me preparé un vaso de leche con colacao.

- Te dije que roncaba - escuché la voz de Tom venir de atrás. Me giré y lo vi apoyado en la pared sonriendo.

- Es increíble que pueda roncar así - contesté mientras añadía el cacao en polvo.

- Te queda bién mi camiseta - dijo apartándome delicadamente por la cintura para poder pasar. Solo sonreí. Al verme sonreír se sorprendió - Eso quiere decir que ya me has perdonado? -

- Puede - cogí una pajita y di un sorbido - No puedes dormir? -

- Escuché que bajabas y me desperté -

- Lo siento -

- No pasa nada - se sentó observándome mientras comía un plátano.

- Hay alguna manera de que deje de roncar? - negó con la cabeza.

- Vas a tener que irte acostumbrándote - no entendí muy bien lo que quería decir - para cuando seáis novios, y eso -

- Idiota - le saqué la lengua y el fingió una pequeña sonrisa - Que te pasa? -


Let's Make A Pact Tonight  3a Temp.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora