10. Máscara

1.4K 98 46
                                    

Décimo Capítulo

Acciones que traen consecuencias graves.

Verdades que no son aceptadas.

Y mucho más allá... personajes que empiezan a aparecer.

----------------------------------------------------------------------------------------------------

Y así fue... la luna se ausentó y jamás logrará enterarse de lo mucho que no pudo observar aquella lóbrega noche, en medio del contaminante cielo y la espesa vegetación que había hecho de las suyas desde hace ya varios siglos. No suena nada estético después de todo, sin embargo ¿Quién define todos estos términos?

Todos dicen que algo está bien simplemente porque así fue como se lo enseñaron desde su infancia pero y ¿qué pasa con aquellos que no tuvieron una educación? Nadie realmente tiene una verdad absoluta y quizá desde el fondo de la retorcida y lúcida mente del desgraciado sujeto, aquella era la visión más placentera y mágica que pudo experimentar en toda su vida.

Única o ¿el comienzo? quizá el fin... ¿Cómo lo podrá averiguar?

En la altura de la montaña, Kurapika cerró sus ojos y Kuroro... él se prometió no controlarse un segundo más.

La estrella fugaz pareció caminar suavemente, en la oscuridad del cielo; invisible. Sí, sólo existía en la mente de cada uno, aquello era suficiente para dejarse llevar por el encanto inefable. Casi un segundo después de ver cerrados los bellos zafiros, la conciencia de Kuroro se esfumó, lo haría de nuevo y esta vez ninguno estaba dormido, indefenso ¡Qué importaba!

Jamás volveré a tener una oportunidad como esta

¡No lo resisto!

No me odies... yo te amo

Hubieran sido algunas de las frases en su cabeza, pero en aquel momento no se dijo una sola palabra, el impulso mezclado con algo de miedo ¿quizá? Le permitió cerrar sus ojos, tomar la mejilla del joven de cabellos dorados y rozar sorpresivamente sus labios con los suyos, temblorosos e increíblemente ansiosos.

Sólo segundos...

Las estrellas, el mágico escenario... y la estrella fugaz. Todos se fulminaron.

Kurapika percibió de inmediato el contacto, abriendo sus orbes brillando de escarlata y clavando sus uñas en la piel del propio Lucifer, lo rechazó. Inaceptable, empleó toda su fuerza para separarlo, huir ¡inaceptable!

En un gran salto ambos tomaron distancia pero el inevitable contacto oscuridad/ escarlata los desafió al unísono, reto que esta vez tendría un ganador...

--¡¡Jamás!!-vociferó Kurapika con la mirada ensangrentada y al borde de la locura. Hace ya seis meses o quizá un año que aquel demonio enfurecido, sediento de venganza y desequilibrado se había mantenido calmado en su interior. -- ¡Entonces! ¡¿Era lo que buscabas?!-Kuroro no dijo nada, su inexpresiva mirada se apagó y pareció confundirse entre la noche, la lluvia se incrementó. --¡¡Responde!!-el primer vestigio del fuerte invierno se desató.

Kurapika bajó la mirada aún con furia, sintiéndose sucio, ingenuo ¡idiota! Y sólo fue hasta ese momento que pudo reconocer lo fácil en que había caído en todas y cada una de las trampas que tuvo Kuroro para él.

--Kurapika...--

--¡Se acabó!-

El anillo escarlata, a juego con su mirada se desprendió con brusquedad de su mano, la promesa fue cumplida y lo demás no tenía por qué suceder... así es, se acabó. Antes de que pudiera siquiera abrir sus pálidos labios, el anillo aterrizó en el pecho de Kuroro y así, el quiebre de su débil relación terminó por extinguirse.

PROMESA (KuroKura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora