PROMESA (KuroKura)

15. Entre risas y llantos.

Quinceavo capitulo

Kuroro finalmente llega a su destino.

Mientras lo tiene entre sus brazos puede apreciar sus último segundos de vida

o tal vez...

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--¡¡Kuroro!! - vociferó mientras se acercaba torpemente.

Lucifer no fue el único en escucharlo, en la cima había un total de veinte y ocho personas, las cuales vieron toda su vida acabada por una fracción de segundo.

--La bomba no está ahí, se encuentra en la mitad de los vehículos 00 y 04.

Al oír esto Kuroro se acercó con pasos agigantados al número 03.

--¡No! Esta no se puede detener ¡Kuroro! El tiempo ya ha sido activado... tenemos 30 segundos para salir de aquí

Las llamas eran insoportables y quizá hasta encontrarse en medio de ellas por el resto de su vida le parecía una idea mucho más sensata qué continuar una vida a su lado. Es lo que tenía en mente. Un sujeto de gran corpulencia, oscura mirada y ahora con millones de dólares en sus bolsillos.

--N-no me sueltes. - rogaba, llorosa y patéticamente la mujer qué hace mucho dejó su glamour al verse en aquella situación.

Corrieron, huyeron y hasta rieron del hecho de haber abandonado a sus ex camaradas, ellos, ahora serían libres y no podían sentirse más dichosos. No tenían ni la menor idea del plan de un payaso masoquista y así continuaron su camino despreocupadamente por los pisos superiores de la mansión, también ingeniosamente buscando llegar al estacionamiento. Eso, hasta un pequeño percance.

Y fue la segunda explosión la que llamó su atención pero lo atribuyeron al efecto natural del incendio en la sala principal, sin embargo, la idea de tal vez separarse comenzaban a asimilarla. Después de todo, era muy peligroso y ¿si alguno se veía en problemas? Fue demasiado su sacrificio como para detenerse - por una patética razón. - Dijo Yui extremadamente confiada --¿verdad Miwa? -

--Así es, una patética razón. - sentenció sonriente Miwa mientras sostenía la mano de su amante, esta, al borde de una caída de quizá diez o más metros y lo qué es más, repleta de llamas.

--¿Amor? - ella, temblando y sollozando casi no podía creer lo qué su cómplice estaba a punto de hacer.

--No te preocupes, el dinero se quedará en buenas manos... y bueno siempre quisiste huir con algunos de aquellos sujetos llenos de riqueza ¿verdad? -

La tercera explosión fue el detonando, no había tiempo.

--¡Maldición, no estarás hablando en serio! ¿Amor? -

--Tranquila, no me detendré por una patética razón... -- el calor infernal empezaba a carbonizar su largo vestido. -Amor. --

Es valiente pero sobre todo intrépido así como inmensamente tramposo, no tenía nada en contra de la repentina relación entre su eterno enemigo y aquel joven de dorada cabellera, de hecho le resultaba muy ocurrente aquel repentino cambio ¿En qué momento sucedió? Ciertamente, no tuvo gran tiempo de conocerle, después de todos los sucesos en la Ciudad de York, su rastro era incierto y así que después de algunos meses se encuentra con esta sorpresa y certeramente era ¡Una sorpresa! El líder del Geney Riodan, enamorado y lo que es más, estaba dispuesto a ser correspondido. ¿Qué tan difícil podría ser? Era lo que menos le importaba, hasta se atrevió a pedirle ayuda por el "bastardo de la cadena", solo podía significar una cosa. Una oportunidad perfecta para divertirse.