Capítulo 114 ¡Últimos Capítulos!

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Al entrar a la casa productora, se presentó con la recepcionista y preguntó por el presidente de la empresa, después de un poco menos de quince minutos la hicieron pasar a la oficina de Presidencia. Cuando entró no se percató de la presencia de ningún hombre sino de dos mujeres con rostros muy familiares, al notar que ella había entrado se sorprendieron y exclamaron a unísono un:

-: ¿¡Tú!?

Ambas mujeres se pusieron de pie y corrieron a abrazar a Leticia.

-: Lety, primita, que gusto verte.

-: Pero mirate, estas hermosa... y embarazada ¡Jajaja!

L: Gracias. A mi también me da muchísimo gusto verlas, ya las extrañaba.

-: Pues ni tanto ¡eh! Por que duraste meses perdida si no es por que te vimos en Acapulco hace tiempo pues ni te acuerdas de nosotras. Lo bueno que sí le hiciste caso a mi tío Erasmo en venir.

L: ¡Ya, ya no me regañen! Es que tuve demasiado trabajo y...

-: La ultima vez que te vimos no estabas embarazada ¿o sí? ¿Cuantos meses tienes de embarazo?

L: Sí, sí lo estaba pero no lo sabia. Tengo siete meses.

-: ¿Y es del güerito ese que andaba pegado a ti, como chicle, siempre? ¿Cómo se llama?... ¡Ah sí! Aldo.

L: ¡No! Él es... era mi amigo. Pero mejor cuentenme como les ha ido con la empresa.

-: Pues yo soy la presidenta.

-: Y yo la vicepresidenta.

L: Me imagino lo que se han de haber peleado por los cargos.

-: No, Lluvia y yo prometimos no pelearnos por la empresa.

L: ¿De verdad?

Llu: Te lo juro. Además Lupi y yo llevamos muy bien la empresa, cero deudas.

Lu: ¡Jajaja! Sí, si no es por que casi no estafan unos contrabandistas ahora estaríamos en la calle.

L: ¡Jajaja! Me suena muy familiar eso. ¿Y cómo quedo lo de la herencia?

Llu: Pues en juez accedió a leer el testamento sin tu presencia y ya sabemos que nos dejo el tío Poncho a cada quien.

Lu: A ti te dejo una casa muy grande y el veinte porciento de las acciones de la empresa, todos tenemos el mismo porcentaje. Tú podrías administrar las finanzas y...

L: ¿Saben qué? Hoy no quiero hablar de trabajo, mejor hablemos de lo que nos ha pasado.

Lu: Eso si que va a estar difícil, tenemos junta en cinco minutos, mejor nos vemos en la casa de mis papás en la noche y ahí platicamos.

L: esta bien, entonces me voy.

Leticia se despidió de ellas y salió de la empresa.

Recordó lo que le había dicho Sarah Casri, su psicóloga, de reencontrarse con su pasado y decido empezar ya. Primero fue a la colegio en el que había estado, no pudo pasar por que ya estaba cerrado pero se sentó en una banca de un parque que estaba enfrente del colegio. Ahí recordó cuando entre casi todos los niños y niñas de su salón la insultaban "por fea" sin saber que lo que de verdad vale es la belleza interior. Inmediatamente de acarició el vientre:

L: No voy a dejar que nadie te haga daño, mi princesa, como te dice tu papi.

Siguió recordando su infancia y se dio cuenta, por fin, que la única persona que podría luchar con sus fantasmas del pasado era ella. Eso siempre iba a estar ahí y jamás lo iba a borrar de su memoria pero si podía superarlo y dejar atrás todo lo que le hacia daño cubriendolo de felicidad y esa felicidad ya era su hija y tal vez, si no se casaba, podría ser Fernando.

Ya estaba oscureciendo cuando se fue a su coche. El automóvil iba funcionado bien hasta que se apagó solo. Aún estaba lejos de la casa de sus tíos así que e bajo del auto, vio que venia hacia ella una camioneta y le hizo la parada, esta se estacionó delante del carro, cuando el chófer se bajó se quedo viendo a Leticia, por unos segundos, a los ojos y luego sonrió. Ella lo reconoció de inmediato, ambos corrieron a abrazarse.

L: ¡Eduardo!

E: ¡Lety!

Todo el día los trabajadores de Conceptos buscaron a Leticia pero nadie supo nada de ella. Fernando y Tomás la buscaron en su casa pero nadie respondió, ambos se fueron a su casa con el alma en un hilo.

El siguiente día seria el más esperado por los Mendiola y los Villarroel eseptuando a Fernando. Él no quería casarse con Marcia, no quería un futuro con ella, lo quería con Leticia y su hija. Pudo conciliar el sueño un poco noche repitiendose que tenia que casarse, no por él sino por el hijo que Marcia estaba esperando.

Marcia Villarroel estaba sentada el suelo con la cabeza entre las rodillas y llorando. Octavio se despertó debido a los sollozos y al no ver a su novia en la cama se levanto y se sentó a un lado de ella, la abrazó y ella le respondió al abrazo. Cuando estuvo un poco más calmada pudo hablar.

M: Octavio, perdoname, por favor.

OS: ¿De que hablas?

M: Te engañe, todo este tiempo y ya no puedo más.

OS: No te entiendo.

M: Te voy a contar todo y si después de eso tú ya no quieres volver a verme en tu vida... te voy a entender pero eso sí, te amo y no he amado a nadie como te amo a ti.

Continuará...

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NA: Perdón por no publicar ésta semana, pero la aplicación no me abría hasta ahorita. Besos a todas. 

Una Esperanza En Nuestras Vidas.(Contunuación 3) LFMBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora