Corrimos por toda la noche, las piernas me mataban y el aire me hacía falta, Daryl se detuvo y encontramos dos vías por quién sabe dónde habrán ido. Daryl soltó su ballesta y se dejó caer al suelo.
Yo también estaba muy cansada y me dejé caer al suelo. Cerré mis ojos y traté de recuperar el aliento, escuché unos pasos acercarse, levanté mi vista y unos hombres aparecieron de entre los árboles. Todos armados, nos apuntaban mientras avanzaban hacia nosotros, yo miraba a nuestro alrededor por una salida mientras que Daryl seguía teniendo la vista clavada en el suelo.
- ¿Pero que nos hemos encontrado por aquí? -dijo un hombre de barba blanca que me miraba de una forma no muy agradable.
- Oye ¿la chica viene contigo? -preguntó uno que tenía una bandana en la cabeza- porque está...- Cállate -se levantó Daryl enojado, lo apuntó con su ballesta y lo miraba molesto. Todos apuntaban a Daryl
- Tranquilo amigo -dijo el hombre de Barba Blanca mientras lo apuntaba con su pistola en la cabeza-. Por lo que veo eres un arquero.
- Yo quiero la chaqueta. Me gustan las alas -dijo un hombre que tenía un arco y apuntaba a Daryl. ¿Que quiere qué?
- Nosotros estábamos buscando municiones pero... como veo que eres un arquero, no nos vendría mal que te unas a nosotros -dijo- Me llamo Joe.
Daryl bajó la ballesta.
- Daryl -respondió.
(...)
No nos quedó de otra, y ahora estábamos con ellos. Estábamos caminando por las rieles del tren y Daryl no se separaba de mí en ningún momento, habían algunas miradas pervertidas en mí de aquellos hombres pero Daryl los espantaba con tan solo verlos a los ojos.
Al día siguiente, nos quedamos acampando en medio del bosque, Daryl había despertado primero y me despertó a mí, sabía que no era capaz de dejarme sola con ésos hombres. Daryl ahora estaba cazando, desde antes que saliese el sol, por lo que me moría de sueño, estaba sentada en el suelo apoyada en el tronco de un árbol, a lo lejos podía ver como Daryl apuntaba algo con su ballesta. Volví a sentir aquellos sentimientos en mi pecho que sentía hacia él, pero los esfumé.
- Mío -escuché decir alguien a lo lejos, me incorporé un poco y pude ver que era el otro arquero. Al parecer, ambos dispararon igual.
Daryl ignoró lo que dijo y solo se acercó a ver lo que cazó, levantó un conejo del suelo que tenía dos flechas.
- Es mío -reclamó el arquero.
- Jódete, llevo desde antes que salga el sol -dijo Daryl molesto.
Daryl comenzó a caminar mientras le daba la espalda, me levanté para seguirlo pero me detuve.- ¿Sabes? Parece que fue una chica que te puso así -dijo el arquero, me llamó la atención-. Dime ¿es la que estaba contigo? -dijo, creo que se refería a mí- Parece una chica débil, que necesita alguien que la cuide -¿¡Como se atreve a decirme eso!?- Se le ve muy jovencita, pues... mala suerte -dijo, Daryl parecía molesto- Porque ellas no duran mucho -Daryl sacó un cuchillo y se dio vuelta bastante molesto pero lo detuvieron.
- Tranquilos -dijo Joe interviniendo en su conversación, vio como Daryl sostenía el conejo- ¿De quien es?
- Mío -dijo el arquero.
- Bien, entonces dáselo -dijo Joe a Daryl, él no dijo nada- Parece que quieres explicaciones. Las reglas dicen que cada vez que quieras algo, dolo debes decir "mío".
No voy a seguir ésas estúpidas reglas.
- ¿No lo entiendes? -dijo Joe.
- Hay que enseñarle -dijo el arquero molesto- Las reglas dicen que debemos enseñarle -dijo dando unos pasos hacia Daryl pero Joe lo detuvo.
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Mi hombre de la ballesta (Daryl Dixon)
FanfictionChristina: Grosera, curiosa y rebelde. Daryl : Frío, cerrado y dependiente. •¿Amor? Era algo que ellos no tenían idea•