Mi hombre de la ballesta (Daryl Dixon)

Cap 16: ¿Elegir? ¿Que es esto?

No pude ni acabar lo que quise decir, sentí sus dulces labios en los míos, era algo dulce y cariñoso, sus manos pasaron suavemente hasta llegar a mi cintura. Aveces me preguntaba ¿como besará Daryl? O ¿como se sentiría besarlo? Obviamente no iba a gastar esta oportunidad. Esperaba este momento, y vaya si que era buen besador. Pasé mis manos por su pecho y logré sentir su torso y su perfecto abdomen, llegué a sus hombros y sentí como atrajo más hacia él. No era brusco ni violento o esos tipos de hombres que besan como salvajes, él era dulce, cariñoso y sus manos eran muy delicadas cuando pasaron por mi cintura, iba lento pero suave.

- ¡Christina! -escuché mi nombre. Daryl y yo nos separamos rápidamente.

Estúpida, mi momento, idiota. (N/a: okno 😂😅)

Volteé y vi a Alina corriendo hacia nosotros.

- Oye ¿Puedes acompañarme afuera? Le dije a Rick que íbamos a ir las dos a buscar provisiones -dijo.

- Este... si, claro -respondí.

Ella comenzó a caminar y yo le seguí por detrás, si antes echar un último vistazo a Daryl. Él regresó a lo suyo de matar caminantes.

Fuimos por el bosque y estábamos caminando a no sé donde pero le seguía a ella.

- ¿Ya te confesaste? -dijo pícara.

- ¿Confesarme? -dije.

- Vamos, por fin lograste besarlo -dijo por lo que me sonrojé un poco.

- Bueno...

- Y dime ¿besa bien? ¿Él te besó o tu lo besaste? ¿logartes tocar su pecho? ¿te...?

- ¡Alina! -exclamé. Iba a decir algo cuando.

- Señoritas -escuchamos una voz a nuestras espaldas.

Alina y yo nos volteamos con las pistolas en alto y logramos ver a un hombre que estaba desarmado pero nos miraba de una forma pervertida.

- ¿Quien eres? -preguntó Alina seria.

- Bueno... -dijo pero se quedó callado.

- ¿Quien eres? -pregunté más seria.

- Nenas es mejor que no se hagan las duras conmigo -nos amenazó.

- ¿O que? No tienes un arma a mano -dijo Alina.

- Se los advertí -dijo.

Alina y yo nos quedamos un poco confusas hasta que sentí que me ponían una bolsa en la cabeza y me amarraban las muñecas con una soga.

Escuché como Alina comenzó a gritar pero en cuestión de segundos escuché que golpearon algo fuerte y Alina dejó de gritar, yo también quería gritar pero la bolsa que tenía en la cabeza me asfixiaba.

Sentía como me llevaban a rastras, con mis muñecas atadas y esa bolsa en la cabeza. Por las voces que podía oír, sabría decir que habían 4 o 5 hombres.

Nos subieron a un vehículo y 30 minutos después, el auto paró y nos bajaron del auto. Escuché una puerta abrirse y entramos en ésta, otra puerta abrieron y sentí que me empujaron dentro. Sentí como el hombre me obligó a arrodillarme de una forma brusca.

- Señor, encontramos a estas dos chicas -dijo un hombre.

- Bien -dijo alguien que parecía ser el jefe- déjenme verlas -dijo.

Me quitaron la bolsa de la cabeza y me encontraba arrodillada en el suelo, Alina estaba al lado mío. Al frente nuestro, había un hombre que era alto, gordo y calvo. Acercó su cara a la mía y nos miró a las dos.