Escogí la caja del corazón negro. Se la entregué y él la abrió hizo una mueca.
— ¿Sucede algo? —pregunté preocupada.
— Buena suerte —dijo. Se levantó del baúl, lo abrió y de éste sacó un palo de escoba, literalmente.
— ¿Que se supone que es eso? —pregunté.
— Tu arma —respondió.
— ¿¡Que!? —dije exaltada.
— Tú escogiste la caja negra, ya no es mi culpa. Ahora ve —dijo tirándome el palo en los brazos. Me tomó de los hombros y me dio vuelta hacia las rejas— y divierte a todos —me empujó.
Las rejas se fueron levantando, hasta que finalmente estaban en el techo, tímidamente di unos pasos dentro, la multitud gritó mucho más alto. Escuché como cerraron las rejas. Me sobresalté y preocupé más.
— Bienvenidos al torneo —dijo alguien por un micrófono. Esa voz era de Thomas, no cabía duda.
Levanté la vista y logré ver a Thomas con un micrófono en mano, y una sonrisa en su cara.
— Christina —dijo mirándome. Lo fulminé— el torneo consiste así: ¿ves esas puertas? —dijo. Miré a mi alrededor y observé todas, hasta el mínimo detalle— bueno, es sencillo, lo único que tienes hacer es encontrar la puerta correcta en el que quepa esa llave —dijo señalando algo.
Me di vuelta y logré ver una cuerda amarrada al techo, y de ésta colgaba la llave. Estaba a unos 4 metros de mí.
— ¿Lo ves? Muy sencillo —dijo.
— ¿Cual es la trampa? —dije.
— No hay ninguna trampa —dijo— sólo una cosa: sobrevive —dijo— ¡Que empiece el torneo! —gritó. La multitud gritó mucho más fuerte.
Vi como bajaban cuerdas desde el techo, y en las paredes sobresalían algunos tubos. Aún así las cuerdas estaban a dos metros de mi, fuera de mi alcance. Luego escuché una puerta abriese. Me di vuelta y era una puerta de metal que se abría para arriba, en el interior no podía ver nada, sólo oscuridad. Luego a mi derecha otra puerta se abrió, pero igual no veía nada. Agarré fuerte el palo.
Fue cuando escuché pasos, pero no era de una persona, estos eran más fuertes y más rotundos.
Fue entonces cuando vi a alguien acercarse, su figura no era la de un humano. Salió de allí. Se paró en sos patas y rugió, a mi lado apareció la misma bestia, salió caminando en sus cuatro patas pero al verme se paró en dos.
— Christina como puedes ver hay 6 puertas. Tienes exactamente 10 minutos para abrir la correcta, caso contrario. Las plataformas se retirarán, las sogas también y te esperaría una muerte lenta y dolorosa. ¡Empieza el conteo! —gritó.
A su lado había un marcador que contaba los 10 minutos en reversa.
Regresé a mirar a los osos, ellos parecían tranquilos por el momento pero me gruñían. Miré arriba, ahí está la llave. Sé cómo tomarla pero no será fácil.
Un oso se acercó y levantó su brazo para golpearme, corrí inmediatamente, me subí encima de éste. El otro oso iba a atacar, me agaché un poco, el oso en el que estaba se levanto pero recibió un golpe del otro. Salté al otro oso, trate de trepar hasta su cabeza. Visualice la llave y salté a ésta.
Tomé la cuerda, rápidamente comencé a subir hasta que llegué a la punta y tomé la llave. Miré el reloj: 8:34. Miré abajo y los osos estaban con ambos brazos estirados intentando agarrarme.
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Mi hombre de la ballesta (Daryl Dixon)
FanfictionChristina: Grosera, curiosa y rebelde. Daryl : Frío, cerrado y dependiente. •¿Amor? Era algo que ellos no tenían idea•