Cap 15: ¡Maldita sea!

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- Christina -escuché que me llamaron.

Giré mi cabeza y vi a Rick parado. Él no me dijo nada más pero tampoco se movió de donde estaba, quería hablar conmigo y eso se notaba.

- Ya vuelvo -susurré a Alina.

Me levanté de la silla y me acerqué a Rick, él no me preguntó nada y salió del Bloque, lo seguí por detrás y fuimos afuera.

- ¿sobre que hablaron Alex y tu? -preguntó.

Tenía aún la duda de si decírselo a Rick sobre Alex y Alina, Alex confía en mi y creo que lo suficiente como para haberme contado eso, si se lo digo a Rick de seguro aquella confianza no va a ser la misma.

- Nada importante -dije- ¿Porque tanta curiosidad? -pregunté.

- Pude ver tu cara de impresión -dijo.

- Rick, no tienes que preocuparte solo... hablamos, cualquier cosa rara que sepa te lo haré saber -retiro lo dicho, retiro lo dicho.

Sé que debería decírselo pero me niego.

- Confío en ti -dijo.

En ése instante la piel se me puso de gallina, si se entera de lo que yo sé me va a matar y ya no va a confiar en mi.

- Claro -contesté.

(...)

Había oscurecido hace como unas horas. Supuse que podrían ser las 10 de la noche ¿que hice el resto de la tarde? Me pasé en mi típico lugar de siempre, no sé porqué, siempre hago lo mismo, me distraigo un poco. Entré a la prisión porque ya estaba haciendo frío. Y para mi sorpresa casi todos estaban dormidos. Casi. Daryl estaba en el piso de arriba parado en las barreras, se dio cuenta de que entré, y él se metió a su celda. Ok. Ahora si, todos están dormidos.

Entré a mi celda y me acosté en la cama, me tapé con la sábana y me puse a pensar. Tarde o temprano Rick se va a enterar, sea como sea, y obviamente no me va a tener la misma confianza que ahora. Cerré los ojos para dormirme pero sentí una mano en mi boca.

Inmediatamente comencé a patalear y a intentar que me quite su enorme mano de mi boca, segundos después la persona que tapó mi boca se puso encima mío. Al parecer era, Nick, el prisionero.

Su enorme mano aún tapaba mi boca y por más que intentase que me soltara se me hacía difícil.

- Shh -susurró mientras mostraba una sonrisa pervertida.

Su otra mano cogió mis muñecas y sentí como comenzó a besarme en el cuello. No podía patearlo, su cuerpo estaba encima del mío y no podía ni siquiera mover mis piernas. No sé como ni a qué momento logró amarrar mis muñecas con una sola mano y con una cuerda. Ésta estaba amarrada a la cama, por lo que no podría escapar, a menos que, tuviese un cuchillo para cortar la soga.

Nick seguía sin quitar su enorme mano de mi boca, sentí como puso su mano debajo de mi blusa, fue subiendo hasta llegar a mi sostén.

¡Maldita sea!

Arrancó mi blusa de un tirón y la botó al suelo. Iba a desabrochar mi sostén, cuando le mordí la mano y él la quitó.

- ¡Daryl! -grité y otra vez logró tapar mi boca.

Por favor que ése grito haya servido de algo.

Ahora, bajó su mano a mi pantalón y me lo quitó de un tirón, ahora estaba solo en ropa interior.

Alguien logró quitar a Nick de encima mío, cuando vi de quien se trataba. Era Daryl. Él lo sacó de mi celda y parecía bastante furioso. Solo vi como Daryl, logró botarlo al suelo y comenzó a golpearlo en la cara. No paraba, él seguía golpeándolo y sangre comenzaron a aparecer en sus nudillos y también en la cara de Nick. Daryl lo tenía agarrado de la camisa y cada golpe era más fuerte, segundos después aparecieron los demás e intentaron separar a Daryl pero él no lo soltaba por nada del mundo. Recordé que seguía amarrada las muñecas, comencé a halar la cuerda, pero no me soltaba, solo me provocaba más daño. Las cuerdas estaban con un poco de sangre, al igual que mis muñecas.

Miré a Daryl otra vez y por fin lo soltó, Rick, Glenn y Merle lo levantaron bruscamente pero Nick parecía un poco atontado, tenía toda la cara ensangrentada. Daryl si le dio una buena golpiza. Se llevaron a Nick y yo solo vi como Daryl entraba a mi celda. Tenía la vista baja y evitaba mirarme, se acercó a mi y desató las cuerdas de mis muñecas, automáticamente tomé una sábana y me tapé.

- ¿Que fue lo que...? Oh -dijo Maggie entrando a mi celda. Detrás de ella apareció Alina.

Daryl salió de mi celda y yo me quedé un poco impactada.

(...)

Maggie me dio una blusa y yo me puse el mismo pantalón de ayer. No sé qué pasó con Nick, pero ojalá lo hayan matado.

Ahora ya había amanecido y quería buscar a Daryl para agradecerle, de no ser por él de seguro ese maldito me hubiese violado anoche.

Vi como Rick entraba a mi celda por lo que llamó mi atención y me levanté de la cama.

- ¿Que hicieron con él? -pregunté. Él miró el suelo y me miró.

- Lo matamos -contestó, asentí levemente con la cabeza y miré el suelo- Hey -dijo mientras ponía su mano en mi quijada y levantaba mi rostro- ¿Estás bien? -preguntó. Lo miré.

- Si -contesté con una leve sonrisa- ¿Sabes donde está Daryl? -pregunté.

- Mmm... creo que estaba afuera matando caminantes -contestó.

- Bueno, ya regreso -dije.

Salí de mi celda y me dispuse a ir por Daryl Dixon. Salí del Bloque y pude verlo que estaba en las rejas matando a caminantes, solo estaba él no había nadie más.

Fui caminando y me acerqué a él.

- Daryl -lo llamé, mató a un caminante con un tubo y después solo lo bajó y dirigió su vista hacia mi. Podía decir que llevaba un buen rato haciéndolo, el cabello le caía en la cara, respiraba con la boca abierta y ciertas gotas de sudor caían por su nariz y sienes-. Muchas gracias, de no ser por ti... no sé que habría pasado conmigo -dije. Él miró el suelo y después siguió matando a los caminantes- Tu lo mataste ¿verdad? -dije.

- Estaba bastante seguro de que a él no lo habían arrestado por robo, con tan solo su mirada pervertida clavada en ti -dijo mientras me miraba de reojo. Pude notar que aún estaba molesto.

- Creeme que pensaba lo mismo -dije. Miré el suelo- Dios... No puedo olvidar lo que...

- Hey -dijo levantando mi quijada con su mano. ¿Porque todos hacen eso?- Olvídate de aquella noche, por suerte nada malo pasó -dijo.

- ¿Nada malo pasó? -ahora si me sentí molesta- ¡Me dejó en ropa interior! ¡Estuvo a punto de violarme! -dije.

- Si, pero no lo hizo -dijo. Aún seguía molesta pero no valía la pena seguir peleando.

- Estuvo a punto -reclamé-. Daryl Dixon hay veces en que...

Y sentí sus labios en los míos.

Mi hombre de la ballesta (Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora