Mi hombre de la ballesta (Daryl Dixon)

Cap 48:Cold

Habían pasado algunas horas y todavía no hemos salido de la casa, ellos seguían ahí afuera saqueando otras casas y nos era difícil salir.

- Puedo que se vayan al anochecer -dijo Fletcher mirando a través de la cortina.

- ¿Tu crees? -cuestioné desinteresada. Él ignoró mi comentario y no dijo nada al respecto.

Ya había anochecido y nosotros no hemos pisado ningún pie afuera de la casa.

- Lo mejor será pasar la noche aquí -inmediatamente regresé a verlo- es muy tarde, el viaje es largo y también no tenemos luz y es más peligroso.

- Bien -respondí cortante.

(...)

Los minutos pasaban como horas y las horas como años. Fletcher estaba sentado en un sillón al lado de la misma ventana, perdido como fantasma. Yo estaba echada en el mueble de al frente con una manta, pero algo me inquietaba de él.

- ¿Trabajabas con Negan? -dije.

Él pareció un poco incómodo respecto a mi comentario, de seguro era algo que no quería recordar.

- Él y yo éramos... como hermanos, mi mano derecha... siempre nos apoyábamos el uno al otro... -dijo con cierto resentimiento en su voz y sin apartar la vista de la ventana, se quedó callado.

- ¿Qué fue lo que los separó? -pregunté. Él me miró por un segundo y luego desvió la vista. Suspiró y continuó.

- Su novia. Lucille -dijo frío- estábamos caminando por el bosque cuando... una horda se aproximaba... -dijo e hizo una pausa- nos separamos... Lucille y yo estábamos empapados de sangre... Todos lo estábamos. Fue entonces cuando, una vez que estábamos fuera de su alcance... alguien disparó a Lucille... Maté al hombre que disparó -tomó una bocada de aire- Negan llegó... pero creyó que fue mi culpa. Desde entonces cambió, se convirtió en un bastardo. Consiguió más gente y más... él iba a matarme pero logré escapar -finalizó.

No tenía palabras, estaba totalmente seca. Tuve que analizar cada palabra y convencerme de esto.

- Su gente o "Los Salvadores" andan por ahí. Buscándome. Y si me logran ver...

- Estás muerto -acabé su frase, él regresó a verme y asintió con la cabeza.

- ¿Él te conoce? -preguntó.

Yo me acomodé en el mueble recordando lo que había pasado en Holbein.

- Este... -dije- si sabe quién soy pero...

- ¿Que fue lo que te dijo? -preguntó inmediatamente.

- ¿Ah? No dijo nada importante, creo... lo máximo que hemos echo ha sido una charla de cinco minutos -dije sin importancia.

- Mejor si no te has relacionado con él -dijo Fletcher- Duerme -dijo con un tono dominante, como si no tuviera la opción de decidir si quería o no- Yo haré guardia -dijo sin verme.

Me acomodé otra vez en el mueble y cerré los ojos.

(...)

Mis ojos comenzaron a parpadear y fue entonces cuando me di cuenta que había amanecido. Me incorporé y al parecer Fletcher ya no estaba en el sillón de la noche anterior.

- ¿Fletcher? -dije en susurro pero no recibí respuesta.

Me levanté y lo busqué con la mirada pero una imagen por la ventana me distrajo.

Los Salvadores tenían a Fletcher.

Fletcher estaba arrodillado amarrado las muñecas, esta vez no habían tantos Salvadores como ayer, sólo habían 3. Dos estaban sosteniendo a Fletcher y el otro hablaba por un walkie-talkie.