Narra 2D
Corrí por la playa para que Noodle no me alcanzara.
- No entiendo por qué me pongo así cuando estoy con ella – pensaba - ¿Cuál es el problema conmigo?
En eso recordé que tenía que enseñarle su cuarto a Noodle.
-¡¿Por qué?! – dije sosteniendo mi cabeza.
Me senté a esperarla en las escaleras que del pórtico de la casa. Cerré mis ojos y me apoyé en mis rodillas. Estaba algo mareado y confundido.
-¿Too-chi? – escuché.
-¿Noods? – dije levantando mi cabeza. Ella estaba frente mío, luego se sentó a mi lado y tocó mi hombro.
-¿En serio que estás bien? Me preocupas... - dijo con suavidad. Yo suspiré.
-Sí, estoy bien. Sólo algo mareado – reí – eso es todo.
-Bueno, yo también lo estoy... pero no por eso salgo arrancando como una loca – río.
-Lo siento, Noods – dije avergonzado – Ahora tengo que mostrarte tu habitación, ¿me das la llave?
-Mmmm ¡No! – dijo riendo y comenzó a correr hasta la casa. Desde ahí saca su lengua jugando como cuando era niña.
Abrió la puerta y comencé a correr tras ella. Tratábamos de guardar silencio, pero era imposible no saltar una que otra carcajada fuerte. De pronto llegamos hacia el pasillo de las habitaciones de los invitados y colaboradores que participaron en la grabación de Plastic Beach. Noodle se detuvo muy agitada y también yo. Ella me entregó la llave y me dijo:
-Bueno, Sr. Pot, indíqueme mi alcoba – dijo jugando.
-Por supuesto, madame. Sígame – dije en el mismo tono tomándola del brazo. Nos dirigimos a su habitación – Hemos llegado, señorita – ambos reímos suave – Ahora debo irme. Ya sabes... cualquier cosa me avisas. Buenas noches – dije revolviendo su cabello y comencé a caminar.
-¡Espera! – dijo Noodle tomando mi muñeca – No vuelvas ahí...
-Noods... - dije sorprendido – Tanquila, voy a estar bien, nos vemos ma...
-¿P...por qué no duermes aquí? – dijo y yo no pude evitar sonrojarme.
-N...Noods, yo tengo mi habitación abajo.
-Sí, compartes habitación con las ballenas que no te dejan dormir... - dijo molesta – Cuando yo llegué tú me recibiste en tu habitación para que yo estuviera bien. Yo quiero lo mismo para ti... - dijo desanimada. Sentí que el calor se fue de mis mejillas, la miré a los ojos y le sonreí.
-Noods – dije poniendo mis manos sobre sus hombros – Te agradezco de todo corazón que te preocupes por mí. Pero yo estaré bien, descansa con tranquilidad. Además, si Murdoc me descubre durmiendo junto a ti en tu cama me golpeará y volverá a llamarme pedófilo – dije soltando una risa para animarla.
-Yo no quiero que Murdoc vuelva a golpearte... - dijo cabizbaja metiendo la llave en la cerradura.
– Tú ponte cómoda, ¿si? Nos vemos mañana – dije, besé su cabeza y caminé. Escuché que abrió la puerta y encendió la luz.
-¡Too-chi! – dijo y volteé. Ella me hizo una seña para que fuera donde ella. Así lo hice. Ella entró a la habitación. Y yo me asomé por el marco.
-Si te quedas, Murdoc no podrá hacerte nada. Porque de quedarte aquí, no dormiríamos en la misma cama – dijo y claro, tenía razón. En su habitación habían dos camas separadas por una mesa de noche.
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Desde El Mañana
FanfictionCuenta una leyenda oriental, que las personas destinadas a conocerse tienen un hilo rojo atado en sus dedos meñiques. No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni el tiempo que pases sin verla, ni en qué parte del mundo estén uno del otro...