Narra Noodle
-Porque... ¡Arrgg! – gemí de dolor, pues el correr así hizo que me doliera respirar.
-Oye – sonrió 2D abrazándome – Tienes tu corazoncito acelerado – dijo con ternura – No tienes que correr así, te puede hacer mal ¡Mira cómo estás! – lanzó una risa y me abrazó más fuerte para calmarme.
-Tómatelo con calma... - dijo James en mi cabeza mientras intentaba respirar con normalidad, aunque lo único que podría respirar era el dulce aroma de Stuart, y eso sólo hacía latir a mi corazón con más fuerza.
-¿Te sientes mejor como para caminar a casa? – dijo Stuart.
-Él parece atormentado por varias cosas... No te apresures – volvió a decir James.
-¿Noodle? – me sacó de mis pensamientos – Noods, te hice una pregunta – se apartó con preocupación.
-Ahhh, s...sí, 2D – dije reaccionando – Discúlpame.
-¿Ocurre algo? – preguntó acariciando mi cabello – Estás un poco alterada.
-C...caminemos – fingí una sonrisa mientras lo tomé del brazo.
Durante el camino él sólo me miraba de vez en cuando algo preocupado, pero no me dijo absolutamente nada. Yo tampoco hablé en todo el camino, pues sólo pensaba en lo que James me había dicho, y tenía toda la razón. Tengo que decírselo, pero no puedo ser tan descuidada y decírselo en medio de la calle a mitad de la noche. Stuart no ha estado muy bien, y si bien estos últimos días ha estado repuntando, una declaración como la que le haría puede perturbarlo. Después de todo, soy su "pequeña Noodle".
Cuando llegamos al departamento no sabía qué hacer realmente, y la mirada preocupada de Stuart no dejaba de inquietarme, más aún con su silencio. ¿Qué habrá estado pensando? ¿Por qué no me dice nada? Y más aún... ¿Por qué se marchó tan repentinamente?
-Ahhmm, Noods... - preguntó con timidez - ¿Estás mejor ahora?
-S..sí, 2D – sonreí sonrojándome - Discúlpame por preocuparte.
-¿P...por qué corriste tras de mí? – preguntó jugando con sus dedos.
-P...pues porque – dije mientras pensaba en algo para decirle – Porque no quería que regresaras sólo – sólo me miró confundido – Yo te pedí que fueras conmigo... y no quería que regresaras solo... Es todo – suspiré y subí las escaleras dejando a un Stuart muy confundido.
Pasé por la sala y me fijé en que el Boogieman no estaba. Hubiese sido perfecto quedarme con Stuart viendo películas, pero hablar con James era algo que tenía que hacer.
Se oía total silencio tras la puerta del cuarto de Murdoc, al parecer tampoco había llegado. Inmediatamente me imaginé en mi cuarto con Stuart, abrazados bajo mis sábanas y acariciando su cabello.
- ¡Demonios! ¿En qué estoy pensando? – me dije a mi misma mientras daba un vistazo a las escaleras para darme cuenta que Stuart seguía abajo.
Una vez adentro me cambié a pijama y me metí dentro de la cama sin apagar la luz. Me quedé tumbada mirando el techo tal como estaba esta mañana, cuando de pronto siento el característico golpe de puerta que hace mi adorado Stuart.
-¿N...Noods? – dijo con su adorable voz - ¿P...puedo pasar?
-S...sí, pasa – dije sentándome.
Él abrió la puerta suavemente. En una de sus manos traía una taza.
-E...estabas algo alterada – dijo con un tono de voz suave – Y me quedé pensando, algo preocupado a decir verdad – miró hacia el techo – Y decidí que sería buena idea prepara una taza de té para ti – me sonrió con sus ojitos cerrados.
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Desde El Mañana
FanfictionCuenta una leyenda oriental, que las personas destinadas a conocerse tienen un hilo rojo atado en sus dedos meñiques. No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni el tiempo que pases sin verla, ni en qué parte del mundo estén uno del otro...