Desde El Mañana

Capítulo 23

Narra 2D

Estaba terminando de cenar con mis padres.

-Y dime, Stuart. ¿Qué edad tiene Noodle ahora? Ya debe ser toda una mujer después de estos años – casi me atoré con un trozo de pollo que estaba comiendo, cuando mi madre dijo eso.

-Aaahhmm. Tiene 21 años – dije escondiendo la mirada viendo mi plato de comida.

-¿Y está linda? – me sonrojé mucho – Yo sólo la conozco por fotos y las entrevistas.

-¿Q...qué clase de pregunta es esa, mamá? – dije tratando de ocultar mi sonrojo. Aunque creo que era imposible.

-No respondiste la pregunta, Stuart – rió mi padre.

-Aaah, s...sí – dije resignado – Siempre lo ha sido en todo caso – desvié la mirada hacia el lado.

-¿Y tiene novio? – preguntó mi padre con énfasis.

-N...no. En realidad no lo sé, quizás haya encontrado a alguien...

-¿En 10 días? – rieron.

-N... no lo sé. Quién sabe.... Además no sé si habrá dejado algún enamorado del tiempo que no estuvo con nosotros...

-Ah, pero yo creo que sí dejó un enamorado – rió mi madre.

-¿Cómo dices? – pregunté confundido. En ese mismo momento suena mi celular - ¿Jamie? – pensé sorprendido – Hola, Jamie – contesté.

-¡Qué bueno encontrarte, 2D! – exclamó con una pequeña cuota de alivio.

-¿Pasó algo? – pregunté preocupado levantándome de la silla.

-Sí – suspiró – Hubo un accidente en el techo. Cayó un ancla desde el cielo. Russel estaba con Noodle ahí, afortunadamente ambos están bien.

-¡¿Que, QUÉ?! – exclamé con desesperación.

-Lo que escuchaste, y eso no es todo... Fue el Boogieman quien lanzó el ancla hasta el techo de la casa, para mantener sobre ella la Isla flotante. Al parecer ahí hay un trato entre él y Murdoc.

-¿L...la isla flotante? – dije tocando mi cabeza – Noods...

-Ella está asustada, 2D. Deberías llamarla – suspiró – Ha pasado toda la tarde encerrada en su pieza. Damon y Missy no están en la ciudad. Intenté calmarla, pero no dio muchos resultados. Yo estoy aquí con Russel limpiando tamaño desastre...

-N...no, Jamie. No voy a llamarla. Llego allá esta misma noche.

-¿Cómo?

-Eso mismo. Prometí mantenerla a salvo... Escucha. Voy a empacar mis cosas y además tengo que llevarme otras.

-Mi auto está en el taller. Pero puedo irte a buscar a la estación.

-No te preocupes, tomaré un taxi. Sólo no le digas nada a ella y espérame en casa.

-Ok, cualquier cosa me llamas. Gracias, D.

-No, gracias a ti por cuidar a Noodle. Nos vemos – corté. Tardé unos segundos en procesar todo lo que acababa de oír.

-¿Stuart, qué ocurrió? – preguntó alterada mi madre.

-E...es... Algo ocurrió en casa. Noodle está asustada – dije algo shockeado - Y...yo tengo que regresar.

-¿Regresar? – preguntó mi padre – ¿Hijo, estás seguro? Quiero decir, si algo ocurrió puede ser peligroso – tocó mi hombro con preocupación.