Capítulo 3

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Narra Murdoc

Estaba en mi oficina comenzando a ver porno cuando Cyborg toca la puerta, matando toda posible inspiración.

- ¡Mierda!, debo dejar de ver porno después de darle órdenes a Cyborg – pensé.

- Amo Murdoc, tengo la información que me pidió – dijo tras la puerta.

- ¿Tengo que golpear al cara de simio? – grité sin abrir la puerta.

- No amo. Hay bastante material nuevo, casi como para lanzar otro disco.

Quedé sorprendido. Jamás pensé que el imbécil tendría música nueva. Es más, ya hasta estaba pensando cómo le daría la paliza. Me abroché el pantalón, detuve el porno y le abrí la puerta a Cyborg, haciéndola pasar.

- Ahora cuéntamelo todo – dije ansioso sentándome en mi escritorio,  sacando mi lengua y casi saboreando los placeres que me trae tanto dinero. Después de todo somos muy exitosos.

-Verá amo, yo fingí estar descompuesta para que él fuera en busca de aceite. En eso escanee el material que tenía en su iPad y en su cuaderno. Todo el material es de carácter desconocido, y no coincide con nada existente.

-Excelente – dije al estilo Montgomery Burns - ... el cara de simio no es tan imbécil, se lo estaba guardando muy bien...

- También escuché que le hablaba a Noodle en voz alta...

-¿Noodle? ... - al escuchar su nombre vino un recuerdo a mi mente:


- Así... que ese tal Jimmy quiere matarme... – dijo Noodle

- Así es, preciosa... pero el objetivo es engañarlo para acabar con él. Recuerda que esto nos tiene a todos bajo peligro, ¿somos una familia, no es así?

- O sea, yo estaría siendo una carnada...

- Yo no lo llamaría así...

- Y cuando dices "acabar" con él, ¿quieres decir, matarlo?

- No, por supuesto que no. ¿Qué demonios te haría pensar que yo quisiera matar a alguien?...

- ...

- -Bueno mi plan es darle una lección que no olvidará. Que Gorillaz no es sólo una banda, somos una familia. Queremos que él sepa que es imposible separarnos para siempre.

- Murdoc... no quiero que nadie muera.

- Confía en mí, Noodle.

- No lo sé... ¿y qué pasará conmigo?

- Sólo ve a Isla flotante y diviértete. Serás la protagonista del video, cuando te vayas, luego de la filmación lo atraparé. Si alguien se llegase a enterar o llegara a pasar algo, sólo te ocultas en el molino o te lanzas de la Isla, te daré un paracaídas. Recuerda que eres el blanco de ese maldito. Si la cosa se pone fea te ocultarás un par de días y cuando ya no hayan amenazas te comunicas hacia los Kongs Studios, ahí estaré yo escuchando tu mensaje para ir a buscarte.

- Si eso debo hacer para mantenernos a todos lejos de ese imbécil.... 

- ¿Eso es un sí, preciosa?

- ¿Pero me prometes que las cosas serán así como dices?

- Por supuesto, este será nuestro secreto. Luego de eso nos tomaremos el descanso que tú quieres. Ya nadie va querer hacerte daño... te lo prometo...


-¿Amo? – interrumpe Cyborg.

-Ehh, sí. Dime, Cyborg.

-Finalmente debo decirle que el cara de simio no está en su habitación...

- ¡¿QUÉ, QUÉ? ¿DÓNDE DEMONIOS ESTÁ?!

- Está tirado en la arena de la playa, Señor.

Miré por la ventana, y ahí estaba. Pero sólo estaba durmiendo.

-¿Qué debo hacer con él, amo? – preguntó Cyborg.

-Naaaah, sólo debe estar borracho durmiendo en la arena. Sólo vigílalo.

-Como usted diga, amo. Me retiro – y Cyborg se fue.

En eso me vino todo aquel remordimiento.

-Noodle... te mentí – suspiré – sí quería matarlo... y además nunca pude cumplir mi promesa, de ir a buscarte... lo siento tanto... pero luego de lo que pasó con la isla flotante ya habían destruido los Kong Studios. No pude quedarme a escuchar tu mensaje. Espero... que donde quiera que estés algún día me perdones. Cuando pude buscarte quizás ya era demasiado tarde.

Pensé en eso un rato, y luego recordé:

-Mmmm, ¿en qué estaba yo? Jajaja, sí... – reí con picardía.


Narra 2D

- ¿Too-chi? Too-chi, despierta, ¡Too-chi!

- N... ¿noodle? – dije adormilado.

- Sí, Too-chi, lo siento. Pero tuve una pesadilla... – escuché y abrí mis ojos.

Era Noodle, sentada en la arena de la playa a mi lado sonriéndome, pero sus ojos estaban cubiertos por su flequillo. El color del paisaje de la playa era entre anaranjado y rosa.

- ¿Pesadilla? ¿Q...qué haces aquí? ¿Cómo, pesadilla aquí en la playa? – dije muy confundido.

- No, Too-chi - río – La pesadilla tuya es en esta playa. La pesadilla que yo tuve no fue aquí. De hecho, tuve tantas pesadillas que tenía que venir a verte.

- Noodle... - la abracé, su cuerpo era cálido y pude sentir su aroma – P... ¿Por qué no viniste antes entonces? – le pregunté mirándola a la cara.

- Porque estábamos destinados a encontrarnos aquí y ahora.

- ¿Aquí y ahora? ¿En la Isla?

- Así es. Oh... - dijo mirando atenta hacia el cielo.

- ¿Qué pasa?

- ¿Escuchas eso?

- ¿Qué cos...? – tapa mi boca haciendo un gesto de silencio con su otra mano. Eran sonidos de helicópteros.

- Too-chi, tienes que despertar – dice seria.

- Pero si ya estoy des... estoy soñando, otra vez... – dije triste y desilucionado.

- Tu pesadilla es en esta playa – dijo levantándose y tendiéndome la mano – pero siempre después de cada pesadilla, despiertas.


En ese momento desperté. Y los sonidos de los helicópteros no se habían quedado en el sueño, es más, estaban volando sobre la playa. Me levanté y corrí a la casa con todas mis fuerzas. Me dirigí a la oficina de Murdoc y golpee la puerta tan fuerte y rápido como pude.

-¡Aaaarrghhh! ¿QUÉ DEMONIOS QUIERES AHORA FACE-ACHE?! ¿POR QUÉ MOLESTAS JUSTO AHORA?!

-¡Murdoc! Ees.. están – tartamudee nervioso y Murdoc abrió la puerta subiéndose el cierre del pantalón.

- ¡Habla de una vez por todas! – gritó.

-Ess..tán rodeando la Isla... lo...losss helicópteros están volando sobre nosotros.

-¡Mierda! – exclamó Murdoc – Nos descubrieron... – dijo serio y preocupado.

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