Narra 2D
Desperté cubierto por una frazada. Debe haber sido medio día más o menos. Miré a mi alrededor. Noodle no estaba y Russel seguía avanzando.
-¿Noods?
-¡En el hombro derecho, Too-chi! – respondió ella.
Me asomé por el borde del bote y ahí estaba. Su cabello al viento y alborotado por la brisa mientras me otorgaba una radiante sonrisa. Se veía perfecta.
Russel puso su mano con la intención de que me subiera en ella y bajar a su hombro. Así lo hice y me senté junto a Noodle.
-¿Cómo dormiste, bello durmiente? – dijo soltando una pequeña risa. Sentí ese calor en mis mejillas.
-Aaahm, bien, gracias. Sólo que no recuerdo haberme tapado.
-No lo recuerdas porque yo lo hice mientras roncabas – soltó una carcajada.
-¡Y vaya que roncabas! – agregó Russel y todos reímos.
-¿De verdad, tan fuerte? ¡Wow! Lo siento. He estado muy cansado últimamente.
-Sí – dijo rodeando mi espalda con uno de sus brazos – lo sé – suspiró – Paciencia, Too-chi.
-Sí – dije enternecido por su gesto.
-Por cierto – preguntó ella – ¿Saben qué pasará cuando lleguemos? Quiero decir, ¿Dónde vamos a llegar? Los Kong Studios están destruidos.
-Sabes que Murdoc no habría planeado largarse de la isla sin un plan B. Debe tener algo por ahí... - dijo Russel.
-Sí, mi dinero por ejemplo – dije.
-¿Cómo dices? – preguntó extrañada.
-Quiero decir que Murdoc aún no me ha pagado mi parte del dinero de las ventas de Plastic Beach ni de la gira. Sólo espero que no se lo haya gastado en estupideces. Necesitamos ese dinero para pagar un sitio donde vivir, comprar muebles y esas cosas.
-¿No tienes dinero, D?
-Nada, Russ. Todo el dinero lo tiene Murdoc. Además no sé cuánto dinero de lo que ganamos pretenda darme. El dinero que yo tenía guardado de los dos primeros álbumes lo gasté escapando de mis problemas después del accidente, mudanzas, cuentas, analgésicos... - suspiré.
-Too-chi – dijo Noodle con angustia.
-Está bien, Noods. Perdí el control de mi vida. Pero ahora estoy bien. Sólo pobre – dije soltando una carcajada para animarla. Ella me sonrío levemente. – Por eso tenía pensado lanzar un disco a escondidas de él. Así tendría ese dinero para rehacer mi vida.
-¿The Fall? – preguntó ella.
-Así es.
-Entonces con ese dinero... ¿Te irás?
-¿Irme?
-Sí. Digo, tú quieres rehacer tu vida – dijo cabizbaja – lejos de Murdoc, lejos de esto...
-¡Hey! No, no, espera – interrumpí - Rehacer mi vida sí. Pero con ustedes. Estamos juntos de nuevo por algo. De veras que extrañaba mucho eso – dije sonriendo – Además, Murdoc... Nuestros problemas son cuando ustedes no están...
-Somos tus guardaespaldas, D – dijo Russel riendo.
-Así es – reí – Por ahora soy pobre, pero por lo menos estoy contento.
-Yo también soy pobre – dijo Noods – Gasté todos mis ahorros sobreviviendo después del accidente – se produjo un silencio.
-Hey, Noods. Si consigo que Murdoc me pague algo de dinero por las ganancias del disco... Puedo hacerme cargo de tus gastos. Ropa, muebles, instrumentos... Todo lo que necesites en realidad.
ESTÁS LEYENDO
Desde El Mañana
Fiksi PenggemarCuenta una leyenda oriental, que las personas destinadas a conocerse tienen un hilo rojo atado en sus dedos meñiques. No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni el tiempo que pases sin verla, ni en qué parte del mundo estén uno del otro...