Después del bautizo decidimos irnos a un viaje en familia. Pronto más tendría que empezar otra vez la temporada de Fórmula 1 así que el tiempo que estábamos juntos había que aprovecharlo al máximo. Al viajar con tres niños, nuestros viajes como pareja, los pocos que tuvimos antes del nacimiento de las niñas, habían quedado totalmente en el pasado. Ahora eramos familia numerosa y estábamos felices con ello. Los viajes con niños eran infinitamente más bonitos. Las niñas habían crecido un montón en los últimos meses, y poca gente se creía que todavía no tenían tres años. Estaban cada vez más preciosas y que decir de Gael, a punto de cumplir ocho meses de vida nos ha robado el corazón a todos con esos inmensos ojos azules. Habíamos decidido irnos a París y de paso visitar Disneyland París para que las niñas disfrutasen. Gael era pequeño y todavía no iba a darse cuenta pero seguro que Alaïa y Chloe lo iban a pasar en grande, y Max y yo con ellas. Ya teníamos las maletas y todo preparado, nos íbamos para casi un mes, así que había que llevar un poco de todo. A París nos íbamos solo dos semanas, pero luego nos íbamos a pasar unos días con la familia de Max. No pasaban mucho tiempo con los niños y queríamos que disfrutasen de ellos antes de que empezase la temporada ya que aunque Max todavía no lo sabía, íbamos a viajar con él. Se suponía que cuando él se fuese a los mundiales las niñas empezarían el colegio pero como hasta los seis años no es obligatorio que vayan al colegio, siempre que los padres les enseñen en casa todo lo que los demás niños/as aprenden en esos tres años. Así que había contratado a un Educador Infantil sin que Max lo supiera para que viajase con nosotros y enseñase a las niñas. Después de coger todas las maletas y colocar a Gael en su sillita para el coche estábamos listos para ir al aeropuerto. Les habíamos explicado a las niñas que íbamos a Disneyland pero creo que no sabían realmente a donde íbamos porque no paraban de hacer preguntas. Antes de irnos las niñas insistieron en sacarse fotos con Gael y este fue el resultado. Habían cambiado tanto, Alaïa era totalmente rubia y cada día más parecida a Max, mientras que Chloe cada día se parecía más a mi, y Gael era una mezcla de los dos.
Era increible lo tranquilo que era Gael, en comparación de lo terremoto que eran sus hermanas. Lo tumbamos en su sillita para el coche y no dijo nada. Todavía recuerdo cuando las teníamos que montar en las sillitas para ir de viaje, como lloraban. Pero el chiquitín no decía nada. Una vez montados los cinco en el coche nos dirigimos al aeropuerto. Lo que no sabíamos ninguno de los cinco es que algo pasaría por el camino....
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The Driver and The Nurse
RomanceTodo cambió en la vida de Juliette O'Connor con una decisión que sin ella imaginarlo cambiaría todo lo que conocía hasta el momento y conocería así al único y gran amor de su corta pero intensa vida.