Parecía mentira lo rápido que pasaba el tiempo. Alaïa y Chloe estaban a punto de enfrentarse a su primer día de instituto, mientras que Gael empezaba tercero de primaria. ¿Cuando han crecido tanto? - pensaba Juliette mientras hacía el desayuno. Pero sin dudar el gran acontecimiento era que los cuatrillizos tenían el gran reto de el primer día de colegio. Ellos no parecían muy emocionados pero sus hermanos mayores estaban increíblemente emocionados por ellos. Estos tres años habían pasado tan rápido que no nos habíamos dado cuenta de que nuestros pequeños ya no eran tan pequeños.
Sin embargo hacia unos días que Juliette tenía la cabeza en otro sitio. Hace unos días había recibido una llamada y juraría que la voz era igual a la de Max. Cuando ya llevaba mejor el hecho de que no estaba, y ahora que Alaïa, Chloe y Gael se habían acostumbrado a que su padre no estaría con ellos, por lo menos físicamente, ahora pasaba esto. Al principio se quedó totalmente en shock y no sabía si contárselo a Matt. Pero finalmente decidió hacerlo cuando los niños estuviesen en clase.
Una vez que todos se habían ido y ahora que teníais un momento de tranquilidad, fuiste a despertar a Matt que dormía profundamente tras haber llegado hacia tan solo unas horas de una guardia de 24 horas en el hospital. Ese fue otro gran cambio en la familia, Matt había terminado la carrera de Medicina que hacia unos años había empezado y nunca había podido acabar.
-Juliette: amor... ya son las ocho de la mañana. Ya se que estás muy cansado pero hay un tema que me tiene muy preocupada desde hace unos días y que tengo que contarte.
-Matt: vale. Ya estoy despierto. ¿Te encuentras bien?
-Juliette: hace un par de días recibí una llamada anónima y juraría que la voz era la de Max. Y si no era él la voz era muy parecida.
-Matt: ¿Y no preguntaste quien era?
-Juliette: sí que lo hice. Pero enseguida colgó. Y por más que he intentado llamar otra vez ya no lo coge nadie. Creo que me estoy volviendo loca.
-Matt: tranquila cariño, lo vamos a arreglar ¿vale? Lo mejor es acudir a la policía a ver si ellos son capaces de localizar el número y saber de quien se trata. ¿Los niños se han ido ya a clase?
-Juliette: sí, ya se han ido todos.
-Matt: bueno me visto, me tomo un café y vamos a la policía. Y tranquila mi amor que todo se va a solucionar.
Una vez volvimos de la comisaría de la policía yo estaba totalmente asombrada. La policía pudo localizar el número y efectivamente pertenecía a Max. A pesar de los intentos de explicarle a la policía que mi marido había fallecido hace años, ellos estaban al cien por cien seguros que se trataba de Max. Pudieron averiguar también de donde llamaba, y nos facilitaron la dirección. Aunque Matt se negaba a ir yo necesitaba averiguar que estaba pasando. Siempre había tenido mis sospechas acerca de la muerte de Max, pero a raíz de que nadie me creyese decidí pasar pagina. Pero con esta llamada viejas heridas habían vuelto a abrirse.
-Matt: Juliette ¿como vas a ir a esa dirección? Ni siquiera sabes si es él. Ya has oído a la policía era el número de Max. ¿No has pensado que puede ser alguien haciendose pasar por él?
-Juliette: al principio si que lo pensé, pero Matt estuve muchos años saliendo con Max y reconocería su voz entre miles de voces. Tan solo quiero ir a comprobar que está pasando. Hay una cosa que tienes que saber. Al mes de morir Max y cuando todavía me llevaba bien con su madre, ella recibió una llamada parecida a la que he recibido yo hoy. Ella como yo lo estoy ahora, estaba segura que se trataba de la voz de su hijo. A ella en su momento nadie la creyó. Pero ahora con esta llamada igual ella tenía razón. Lo único que quiero es ir a esa dirección y saber que está pasando. Si tu no quieres venir conmigo lo entenderé pero contigo o sin ti voy a ir.
-Matt: ni loco dejaré que vayas sola. ¿Que dirección es? Pero prométeme una cosa. Si vamos allí y no encontramos nada no volveremos a hablar del tema ¿De acuerdo?
-Juliette: de acuerdo.
Una vez llegamos a la dirección había una casa que parecía abandonada. Matt no quería entrar pero yo estaba dispuesta a hacerlo. Al entrar en la casa no había nadie pero en una de las habitaciones encontré algo que me puso muy nerviosa. Era obvio que alguien estaba viviendo en esa casa...
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The Driver and The Nurse
RomanceTodo cambió en la vida de Juliette O'Connor con una decisión que sin ella imaginarlo cambiaría todo lo que conocía hasta el momento y conocería así al único y gran amor de su corta pero intensa vida.