Al parecer nunca había tenido una mañana tan agitada, y eso era mucho decir, porque New York era bastante agitado por las mañanas. Sobre todo los lunes, cuando media ciudad estaba apurada por llegar al trabajo. Sin embargo Elsa nunca había tenido una mañana tan desastrosa.
Mientras su desesperación crecía, los niños más disfrutaban de ver lo mal que la pobre Elsa la estaba pasando.
Se tropezaba en sus tacones altos, tratando de tomar a Ross y a Alex de la mano, mientras mantenía vigilada a la impredecible Jessie con la mirada.Las personas apuradas de New York la empujaban, no ofrecían una disculpa y a pocos les importaba. Hasta ahora Elsa se daba cuenta de lo inadecuado que era New York para criar o cuidar niños. Jessie quien iba caminando delante de ellos, disimulaba su gusto por lo atormentada y enfadada que parecía estar Elsa.
— Por favor Ross, camina. — Le pidió Elsa con desesperación. Alex miro su mano y rodó los ojos.
— Yo puedo andar sólo, es sólo Time Square. — Se quejo el pequeño Alex, mirándola con desagrado. Elsa negó simplemente.
— Claro que no, esta ciudad es muy grande y si te pierdes tú padre me mataría.
— Bien.
Acepto él sin mucha gana. Elsa suspiro y se paso la mano por el rostro.
— Vamos Ross, por favor camina más rápido o llegare tarde.
—No lo haré. —Se cruzó de brazos la pequeña y adoptó una posición seria. Elsa tomo a Alex con fuerza de la muñeca y ignorando a la gente que transitaba por la calle y la empujaba se puso a su altura y la miro con atención.
—¿Qué pasa Ross?
—No quiero caminar, aún tengo sueño y no hemos desayunado.
—Lo sé niña, pero si caminas más rápido pronto llegaremos a mí oficina .— Le sonrió con toda la amabilidad y la paciencia que pudo acumular en ese momento.
La pequeña de hermosos ojos azules le sonrió de una manera dulce.
Entonces Elsa sintió su corazón derretirse de ternura. Ross era muy tierna, llevaba su bonito cabello rubio algo enmarañado —pues el tiempo a penas les había alcanzado para salir — las mejillas rosadas por el aire frío al igual que la nariz. Al parecer Ross había llegado para llenar a Elsa de ternura y sacar su lado más dulce. Elsa no pudo evitar sonreír.—¿Podrás desayunar con nosotros?
— Sólo si caminas más rápido.
Su tono se volvió suave y su carácter por un momento se hablando. Ross le sonrió y con una sonrisa le acarició el rostro. Ross y Elsa parecían una sola, casi madre he hija.
Por un momento le dieron ganas de abrazarla con fuerza, sin embargo su sentido común le recordó que no era correcto. Se aclaro la garganta y le sonrió.
— De acuerdo, pero....
— Di lo rápido Ross chantajista.
Dijo Alex sin poder ser capaz de contener su mal genio. Elsa lo miro mal de reojo, pero este sólo rodó los ojos.
— ¿Qué ocurre?
La pequeña frunció los labios y comenzó a brincar de una manera bastante extraña. Elsa la miro extrañada. Al ver el paso de su hermana Jessie río junto a Alex.
— Ups. —Se burló Jessie.
—¿Qué ocurre? — la miro Elsa ahora algo asustada. — ¿Por qué ese "ups"?
— Ross quiere ir al baño. — Río Alex. Elsa abrió los ojos y Ross asintió algo incómoda.
— No puede ser. — Murmuro ella agachando la mirada un momento. —¿Te anda mucho?

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The Kids
FanfictionHay una palabra perfecta para definir la vida de Elsa Arendelle y esa es; lujosa. Ella es una soltera muy exitosa que vive en New York. Por supuesto que no piensa en casarse o en formar una familia propia, como últimamente hacen todas sus amigas; qu...