Veinticuatro

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✖Esta es la historia
Cautivado

Todos cometemos errores, aveces creemos que son pequeños e insignificantes, son las consecuencias las que los vuelven irreparables. Una vez que lo has cometido, bueno, no hay vuelta atrás. No hay un botón para retroceder y arreglar las cosas. Si lo hubiera no tendríamos esta historia. El pasado, pasado será y aveces la verdad es más clara de lo que pensamos.

Todos tenemos una versión de la historia, todos tenemos razones para hacer lo que hacemos y aunque no lo justifique nos da una manera de entender el porque de las cosas. Aunque creo que las cosas pasan por algo, piénsenlo, sin errores no aprenderíamos, sin lo errores no seríamos humanos.

✖ Septiembre del 2004 ✖
↪La fiesta que lo cambio todo ↩

La música se escuchaba por toda la manzana, y un montón de autos abarcaban la entrada de una de las grandes casas del vecindario. Había un montón de adolescentes entrando y saliendo o paseándose por el lugar.

El anfitrión de la fiesta era nada más y nada menos que Aster, el anterior capitán del equipo de la escuela, ahora era un universitario y no planeaba degradar su estado social. Así que como todo buen chico popular, este, ofrecío una fiesta para iniciar las vacaciones de invierno en su nombre. Por supuesto que Jack estaba más que invitado y con gusto Aster le permitió llevar a los amigos que el quisiera.

Porque, vamos, Jack era amigo de todos y a todos les caía bien. Incluso a Aster, se conocieron en los pasillos de la escuela y se hicieron grandes amigos, a Aster le parecía que era un chico extrovertido, sencillo y encima divertido. Y por supuesto que lo era, era por eso que a Jack nunca le faltaban los amigos.

En la cocina de la gran casa Jack y su hermosa acompañante. Rubia y impecable, discutían una vez más en lo que iba de esa semana.

Jack no podía faltar a una fiesta de tal magnitud y su encantadora novia menos. Desde que empezaron su relación, Jack y Elsa, hacían casi todo juntos. Se adoraban el uno al otro, se reían mucho y platicaban de todo con mucha confianza. O así era...

-Jack, ¿entiendes lo importante que es para mi? -el tono de la rubia sonaba fastidiado, algo raro, porque Elsa nunca estaba de mal humor si estaba junto a Jack, pero por aquellas semanas algo no andaba bien en su relación y media escuela lo notaba.

-Elsa -murmuró el peliblanco, pasándose las manos por el rostro con desesperación -, yo espero que tú entiendas que es la boda de mi madre y también es importante.

-¡No es justo! -chilló la rubia cruzando sus brazos sobre su pecho con enfado -. Es mi solo, un logro importante para mi ¿Y tú no piensas asistir?

-Lo siento, pero no puedo partirme en dos Elsa. Mamá cuenta conmigo para ir a su boda en un jardín botánico en New York. Estas invitada si quieres ir...

-¡No, no quiero ir! -exclamó poniendo sus brazos sobre la isla de mármol en medio de la cocina -. Tú madre no me soporta y esta no es la primera vez que se casa, Jack. En cambio mi solo es...

-¡Contigo siempre importas tú!

-¿Yo? -se indigno la rubia con una expresión de burla. Como si no pudiese dar crédito a lo que escuchaba -. Te estoy pidiendo una sola cosa Jack. Quiero que vayas a mi solo y estés ahí para apoyarme.

-Y si pudiera lo haría, Elsa. Pero mi madre se va a casar ese mismo fin de semana y no puedo fallarle. Es mi madre y me quiere ahí.

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