Cerraste tu maleta con tu ropa en ella. Suspiraste y viste la habitación. Vacía de tus cosas, solo las de... Ella. Viste una foto de ustedes dos juntas, abrazadas, sonriendo, eso solo ayudó a hacerte sentir aún más mal. La dejaste a un lado con una lágrima y saliste del cuarto directo a la puerta principal. Diste una última vista al apartamento que compartían.
-Te amo...
Susurraste y cerraste la puerta dejando todo atrás. Viajando a un nuevo mundo, nuevas oportunidades, nuevas personas, nuevas experiencias. Que claro, querías pasarlas con ella, pero esa idea... Estaba más que descartada.
Cuando Natasha llegó al apartamento, dejó las llaves en la mesa al lado de la puerta, cerrando de ella.
-¡Ya vine!
Gritó sin respuesta.
-¡TN!
Volvió a gritar aún sin respuesta.
-¿TN?
Entró al cuarto que compartían y observó toda la habitación. Parecía como si nunca hubieras estado en ella, tus cosas, tu ropa, todo no estaba, al principio se alteró hasta que vio una pequeña carta en la almohada de su cama.
Temerosa la tomó en sus manos y la abrió lentamente.
Natasha hizo bola la carta y la arrojó a un lado, se sentía tan impotente de no poder hacer algo. Sacó su pistola y disparó hacia un jarrón con flores que una vez te había regalado. Dio 3 disparos y lanzó a un lado la pistola.
Las siguientes semanas no era bueno acercarse a ella, el único que podía era Steve y no salía nada bueno, siempre que hablaban ella salía llorando culpándose, Steve sólo podía abrazarla y decirle que todo estará bien, pero nada.