Natasha iba entrando a su pequeño departamento, dejó las cosas que había comprado del supermercado en la pequeña mesa de la cocina.
Fue a los cuartos y se quedó en el marco de la puerta al verte viendo la ventana mientras cantabas una canción de cuna a tu linda bebé que arrullabas en tus brazos.
Dejaste a la pequeña en su cunita cuando ya se había quedado dormida. Natasha te abrazó por detrás y dejo un pequeño beso en tu hombro haciéndote sonreír.
-Llegastempranolinda.
-Queríaveniraveramisdosprincesas.
Te diste la vuelta y besaste sus labios sonriendo.
Acarició tu cintura viéndote sensualmente, reíste.
-Nat, mivida, ¿sabes quedíaeshoy?
Miró rápidamente el calendario y volvió a mirar tus ojos.
-¿6 dediciembre?
-Loquesignifica...
La viste hacer un lindo puchero como niña pequeña. Sonreíste y besaste sus labios.
-¡Noesjusto!
-¿Qué quieresquehaga? Nopuedo detener eso.
La miraste divertida.
-¿Justo ahorateníasqueestarentusdías?
-Noesmiculpa. Pero, aúnpuedoayudarteati.
Mordiste tu labio sensualmente y Nat rió tomándote de los muslos. Te llevó a su cuarto y los besos empezaron a ser más apasionados. La ropa empezó a estorbar y quitaste su camisa bajando tus besos a su cuello. Cuando un llanto las hizo separarse.
Sonreíste. Nat se puso su camisa y fue hasta el cuarto de la bebé que lloraba por una pesadilla. La cargo en sus brazos y la empezó a arrullar junto a la luz de la luna, bajo la atenta mirada de su pareja quién estaba sonriendo por tan hermosa escena.