Sacrificio

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Estábamos cayendo en picado hacia ningún sitio. No sabía si eso era mejor que ver el suelo... parecía que si seguíamos cayendo solo nos quedaría caer a la oscuridad, una oscuridad que nunca acabaría. Teníamos que alcanzar un rayo de sol para poder salir, pero todos relucían a lo lejos, y al estar cayendo no teníamos nada con lo que impulsarnos hacia ninguno. Parecía que ya no podríamos salir de allí.

-Ahryelle...

-¿Si?

-Tenemos que alcanzar uno de esos rayos de sol.

-Lo se... pero, ¿Cómo podemos conseguirlo? Están muy lejos.

-Hay una manera.

Por su cara no parecía muy convencido...

-¿Cuál?

-Te voy a lanzar hacia uno de ellos impulsándote con mi brazo, y en cuanto empieces a salir disparada me agarro a una de tus colas y llegamos allí los dos.

-¿Te dará tiempo a hacer algo así? Con tu fuerza llegaré allí en menos de 4 segundos, y esta al menos a 200 metros.

-Lo intentaré al menos.

No me parecía ni de lejos la mejor idea del día, pero era la única que teníamos. Pose mis pies sobre el bíceps de Todd y me coloqué de cuclillas, para coger más impulso y saltar a la par que me lanzaba. Él comenzó a llevar atrás el brazo para tratar de darle más fuerza y un segundo después me lanzó con su brazo hacia delante.

-¡¡¡¡¡AU!!!!!

En cuanto me agarró una de mis colas note una punzada gigantesca de dolor. Entre la velocidad y su peso tuvo que agarrarse muy fuerte y me estaba destrozando la cola. Si ese fuese mi cuello, ya haría rato que me habría estrangulado.

-Lo sientooooo.

Su sonrisilla de cabrón asomaba en su rostro tan burlona como siempre. Desde luego que no le importaba hacerme daño, es más, se estaba burlando de mí.

Alcanzamos el rayo de sol en 3 segundos, 1 segundo antes de lo que yo había previsto, y salimos disparados de él hacia el exterior, al bosque donde estábamos antes. Vi a Ahrielle, pero incluso antes de que pudiese hablarme, cogimos el libro y corrimos todo cuanto pudimos.

Tras recorrer al menos 20 kilómetros corriendo nos detuvimos al lado de un río. Pensamos que ya estaríamos lo suficientemente alejados para poder llevar a cabo el ritual y desde luego era un lugar bonito para resucitar a Ahrielle.

-¿Ahrielle ha podido seguirnos? –Todd, como siempre, se preocupó de ella.

-Sí. Es más fácil si tan solo tienes que flotar en vez de correr.

Pensé que no se reiría de mi comentario pero si lo hizo. Era bastante mono cuando se reía así.

-Bien, empecemos el ritual. –Dije, aunque sabía que Todd no lo entendería.

-¿Qué? Pero si aún nos falta el otro ingrediente. Una vida.

-Ya lo tenemos todo.

-¿Estás sorda? Te he dicho que... -La cara de Todd cambió por completo, parecía que acabase de ver un fantasma. –a no, ni de broma.

-No te estaba pidiendo permiso.

-¡¿Es que quieres que Ahrielle cargue con eso toda su vida?!

-Quiero que tenga una vida.

Escuche a Ahrielle quejarse y comenzar a llorar... pero aunque me partiese el corazón no podía dejar que eso me achantase. Decidí no volver a mirarla hasta que "llegase el momento".

-¡¡¡¡NO!!!! –Todd se veía realmente enfadado, pero eso me daba igual. Era lo mejor para los dos.

-Es mi decisión, tu ni entras ni sales en ella. Fin de la conversación.

-No te dejaré.

Todd, no se por qué, comenzó a llorar. Intentaba no hacerlo pero no podía evitar que las lágrimas brotasen de sus ojos.

-Es la única manera. Shinto viene en camino, no tenemos tiempo.

-En ese caso... yo....

-Tú eres su hermano. Te necesita.

-No puedes hacer esto... la destrozarás...

-Pero lo superará. Te tendrá a ti.

-¿Y yo? ¿Crees que después de lo que he hecho Shinto nos dejará en paz así por las buenas? En cuanto tu mueras, vendrá y nos matará. No servirá de nada que la resucites.

-Tal y como tengo el hombro no podré luchar, Todd. Si lo hacemos rápido podréis escapar antes de que... -No pude terminar la frase sin que me interrumpiese.

-¿Y luego qué? ¿Llevar una vida de fugitivos de algo invisible para el resto de la humanidad?

¿Correr hasta que no podamos más y nos cojan? ¿Acaso piensas que voy a resucitar a mi hermana para que vuelva a una vida llena de sufrimiento y miseria?

-Eso no cambiaría aunque yo estuviese aquí.

-Pero al menos estaríamos todos juntos...

Apartó la mirada. Por alguna razón no quería mirarme.

De pronto, un estallido sonó el cielo y una gran nube roja cubrió todo a su paso. El día de repente pasó a ser noche.

-No nos queda tiempo. –apresuré – Tenemos que darnos prisa.

Por desgracia, estaba en lo cierto. Tan en lo cierto que nada más acabar la frase un rayo atravesó el cielo y cayó justo a nuestro lado, derribando a Todd y dejándole inconsciente en el suelo. Shinto venía en ese relámpago.

-Cuanto tiempo sin veros... -Su sonrisa expresaba a la perfección sus intenciones. El olor de su rabia impregnaba todo a su alrededor. Estábamos condenados. –parece que ya he acabado con uno tan solo viniendo hasta aquí. Parece mentira que me dierais tantos dolores de cabeza.

El Libro de los Muertos estaba tirado al lado de Todd, abierto en la página del ritual. Tenía que recuperarlo, y alejar a Shinto de Todd.

-Vaya... para estar tan gordo corres bastante.

Mi chiste malo consiguió agravar lo suficiente su rabia para que se lanzase hacia mí. Otro relámpago surcó el cielo y cayó en mano del Dios Shinto, en forma de tridente. Su arma era aún más grande que yo. Si conseguía atravesarme con eso, todo habría acabado.

Salté hacia la derecha como pude, hacia donde estaba Todd. La herida del hombro que Todd me había hecho para disimular me reducía mucho la movilidad, pero conseguí esquivarle, por los pelos. Cogí la katana que Todd usó para cortar al Dios Shinto y cogí el libro. Si Todd se despertaba aún tendría otra katana para pelear. Comencé a recitar las palabras como pude, el lenguaje no era el mismo que Todd y yo usábamos. Mientras recitaba las palabras del libro esquivaba las continuas estocadas de Shinto. Me cortó un par de veces, en el costado y en el cuello, pero pude evitar las estocadas mortales.

Al menos hasta acabar de recitar el ritual.

El tridente me atravesó el vientre y noté como la sangre inundaba mi boca. Mis fuerzas se desvanecían por momentos pero aún podía sostener la katana...

Todd...

Ojalá hubiese tenido más tiempo con él...

Antes de morir desangrada cogí la katana manchada de la sangre de Shinto y me degollé. Con mi último aliento y en forma de suspiro dije la última parte del ritual. El nombre de la persona que ocuparía mi lugar.

-Ahrielle...

Me desplomé en el suelo, tirando el libro y la katana al suelo. Lo último que vi fue a Shinto gritar de rabia y a Todd... a Todd despierto y llorando desesperado, corriendo hacia mi...

Ojalá llegase a tiempo para sentir su piel una vez más...

Ojalá esto haya servido...

Ojalá...


Touch my heart KumihoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora