The Beauty and the Beast || Zerrie

IV

"En este tiempo he perdido todo mi orgullo, si escucho tu voz estaré bien porque no puedo volver a la vida, ¿Qué pasaría si pudiera decir adiós por última vez? Estas cuatro paredes y yo".

Celos

Los días fueron demasiado felices a la comparación de los primeros, la relación de Zayn y Perrie había sido mucho mejor, por una vez no se escuchaban peleas o gritos. Solo miradas inocentes en la hora de trabajo.

- Entonces se tiene que ver el porque se ha intercambiado de productos con ese país y cuales debemos dejar de importar para reducir el precio o tener que dar mejores precios para interesados de lugares ajenos.

Zayn la miro impresionado, jamás había escuchado a una mujer hablando con tanta seguridad.

- Quiero cerrar el trato lo antes posible.
- Por supuesto -La rubia cerró su laptop de manera inmediata y camino a la puerta.

El sonido de un vidrio romperse sonó tan alto que ambos fueron corriendo a la cocina, bueno, solo Perrie. El moreno sólo camino totalmente calmado ante la situación, tal vez una empleada nueva lo hizo. La ojiazul entró encontrándose a un rizado asustado al ver una serpiente en la mesa de la cocina. Un chico castaño entró tirando le un cuchillo directo en su cabeza haciendo que esta muriera en el momento.

Perrie corrió a abrazar a Harry quien estaba en completo shock. Este al sentir un calor ajeno, la tomó en sus brazos apretandola a su pecho diciéndole algo para tranquilizarla, o tranquilizarlo a él. Tenia el mismo efecto.

- Todo bien aquí -Tomó el cuerpo del animal llevándolo a una bolsa de basura- Ya se ha acabado esto.
- Gracias.
- No es por nada -Sonrió.
- Perrie Edwards.
- Liam Payne.

El ojimiel entró mirando la escena sin entender un poco. Se sentó en una silla esperando a que alguien le diese una explicación.

- Señor -Liam hizo una reverencia.
- ¿Qué paso?
- Se ha metido una serpiente a la cocina señor, ya me he encargado.
- Llama al exterminador y que revise todo.
- ¿To-Todo?

Zayn levantó una de sus cejas dando a entender la respuesta, el castaño se fue caminando con la bolsa de basura en la mano, soltó un sonoro suspiro y miró a las dos personas ajenas a la conversación que mantenía con su empleado.

Seguían abrazados así que tiro un vaso que estaba cerca de ahí haciendo que se separarán.

- Ups.

Harry gruñó con suavidad tomando la escoba que estaba a su lado soltando a la rubia con demasiada delicadeza.

- Bien enamorados si me disculpan me retiro -Murmuró burlón.

Ambos hicieron una reverencia y el moreno salió sin decir algo más.

- Es un niño mimado -El ojiverde soltó enojado levantando todo tipo de pedazo de vidrio.
- Lo es.
- Espero que no te vayas como las demás.
- No, no me iré -Dice insegura.
- Tengo una conexión contigo -Admite barriendo un poco la cocina- ¿Me entiendes?

La miro con dulzura, se había encantado con la rubia la primera vez que la vio en los pasillos totalmente confundida, con su facilidad de hablar de que una persona.

- Iré a ver a Zayn si necesita algo, después podemos salir -Propone dejando la escoba en su lugar- Si quieres.
- Suena bien -Sonríe cariñosa- Me cambiare -Sale de la cocina con una gran sonrisa.

Harry camino callado hacia el despacho del Príncipe, tanteo un poco sus pantalones buscando su cartera. Tal vez llevarla al cine estaría bien o a un bar cerca. Tocó la puerta en cuanto llegó, escucho un gruñido y supuso que podía entrar.

Cerró su boca al ver aquella escena. Conocía a esa princesa morena y de perfecto cuerpo, era una mujer realmente bella pero con un cerebro de mosquito.

Linah.

Suspiro ignorando el sonido de la cremallera del pantalón del señor que le paga, cerro la puerta al salir de ahí esperando el momento apropiado para entrar y pedir disculpas. Observó salir a la mujer que le daba una felacion al hombre dentro de esa oficina, hizo una reverencia y entro por segunda vez.

- ¿Sucede algo?
- Saldré con la señorita Edwards.
- ¿Ya van a tener relaciones sexuales? -Rió sin humor el moreno.
- No, es una salida amistosa.
- Lo siento Harry en verdad siento esto.
- ¿A que se refiere?
- Tienes que cepillar todos los caballos y sacarlos a pasear.
- Son más de 50 -Explotó.
- Vaya, que lástima ¿Eh?
- Ese no es mi trabajo.
- Lo es desde hoy.

El rizado salió de ese despacho soltando un portazo haciendo reír al ojimiel quien no dejaba de sonreír. Tomó una fotografía de la única libreta sobre su escritorio.
La foto de Perrie yacía sobre el cuaderno color marrón, paso su dedo índice sobre el borde de los finos rasgos de su rostro, sonrió leve y volvió a guardarla donde estaba.

No quería verla con Styles, no mientras el tenga la oportunidad de poder acercarse a esa hermosa mujer. Tecleo en su computadora llegando a las cámaras de las habitaciones, se acercó a la de Edwards y observó a la rubia hablar con Harry. La sangre la sintio hirviendo al ver como se tomaban de la mano.

"- Debes de tener le paciencia cariño, es así por naturaleza, hay que conocerlo mejor.
- No quiero conocerlo, no quiero tener nada que ver con él."

Cerró rápido aquella conversación tapando su cara, lo había arruinado de nuevo. No quería conocerlo ¿Qué haría ahora?