The Beauty and the Beast || Zerrie

XX

Hogar
||Locked out of Heaven||

"Me haces sentir como si estuviese encerrado en el cielo durante mucho tiempo"

Las manos del rizado estaban aferradas a las de la rubia quien dormía en su hombro, aún estaban en el tren que los llevaría a la ciudad más cercana. 
Aún no entendía cómo había sido lo demasiado crédula para poder aceptar venir con él a una vida feliz.

No tenía tal empleo con Niall como había dicho, se iría a su viejo pueblo para rehacer su vida con el dinero que había ganado el cual era perfecto para vivir bien un par de años. Y supuso que aquella mujer no le haría caso nunca por segunda vez pero la vida da muchas vueltas.

Cuando llegó a la estación de trenes con sus maletas, y sin dejar de llorar, debía de mencionar, le hizo pensar qué tal vez todo el daño que había hecho estaba mal. Pero que podía pasar después de eso.

Había hecho todo lo que quería en el palacio.

Golpear al Príncipe que aborrece con su alma.
Follar con la modelo.

Lo cual fue hace un mes, justo cuando Perrie lo había descubierto besándola, estaba demasiado herido por el rechazo de la misma, y Hadid le ofreció un polvo. No lo rechazó.

Tomar dinero antes de irse.
Quedarse con el Amor de Malik y hacerla su esposa.

Todo marchaba perfectamente. En unas horas llegarían a Holmes Chapel, pasaría a ver a su madre y se iría a la cabaña que había comprado hace unos meses, listo para este movimiento. Miro a la chica a su lado, dormía plácidamente, después de llorar una hora entera, y esa misma hora el estuvo consolándola, abrazándola como antes.

Suspiró con una sonrisa al ver cómo abría los ojos lentamente, hizo un gesto con su nariz para después estornudar. Eso le saco una pequeña risa al rizado.

- Buenos días bella durmiente -Murmuró bajo y ronco.

- ¿Cuanto dormí?

- Un par de horas, descuida falta poco para llegar a la ciudad.

Ella asintió agotada estirándose un poco o lo que los asientos le permitían. Harry tomó una botella de agua y bebió un poco de esta.

- Me gustaría llevarte a conocer mi hogar antes de irnos, a mi madre y a mi padrastro -Mencionó el rizado con alegría- Te agradarán o también a la panadería en la que trabajaba cuando era más pequeño -Continuó riendo un poco.

Perrie sonrío con ternura, podían hacer eso. Después de todo Harry se merecía mucho por darle una segunda oportunidad.

Después de aquella platica no se mencionó nada más, hasta llegar a la pequeña ciudad en la que había vivido la mayor parte de su vida.

Harry tomo las cosas de ambos y salió del tren sin aguantar la emoción de ver a su madre.

Por un momento la cabeza de la rubia imagino a una señora en una pequeña casa, recibiendo a su hijo después de años de no verlo, incluso podía imaginarla enferma. Negó al instante de esa idea.

- Hermosa, ¿Estás bien?

- Estoy bien, solo estaba pensando en cosas sin sentido -Rió nerviosa- ¿Que sucede?