The Beauty and the Beast || Zerrie

XXVI

Los Finales Felices No Existen
||Golden||
Final

"Cada pieza del rompecabezas parece ser que te completa"

Zayn

Tome el biberón de mi pequeño, había seguido las instrucciones de mi madre, como calentarlo y cuánto tiempo debía estar ahí.

Suspiré mirando mi anillo de casado y sonreí de repente, haría dos años de casado, y nada podía hacerme tan feliz.

- Vamos Zayn, Adam tiene hambre -Grito mi mujer desde la planta de arriba.

- Ahora voy -Grite de regreso- demonios mi hijo come demasiado a estas horas -Gruñi al recordar que había echado a perder mi noche de sexo con Perrie.

Un año de abstinencia me estaba matando, necesitaba algo de acción, y hasta ahora la única "acción" ha sido cambiarle el pañal a el pequeño Malik.

Lo cual no me agradó en absoluto.

Tome el biberón con leche y subí a la habitación, eran las 3 de la mañana, interrumpió mi noche con mi esposa, ahora simplemente tenía un sueño de cojones.

Ser padre no es nada fácil.

Entre a la habitación observando cómo Perrie le leía un cuento a mini Malik, mi corazón se hinchó de ternura, al ver a Adam bostezar y chupar su dedo.

Amaba con toda mi alma a ese pequeño de ojos azules. Con mi hermoso cabello negro y mi color de piel, mi hijo era realmente hermoso.

- Al fin -Rió mi esposa- Pensé que tendría que bajar yo misma.

- Lo siento, estaba cansado.

Ella me miró con burla y solo me sonroje.

- Bueno, no tan cansado pero no es mi estilo ir por un biberón a esta hora de la mañana.

Adam rió y yo sonreí mostrando mi blanca sonrisa.

- Mi pequeño príncipe cómo está -Sonrío encantado con ese bebé.

- Hambriento -Contestó Perrie y movió un poco el biberón.

Lo tome en mis brazos, mirando sus azules ojos, eran realmente bonitos, iguales a los de mi mujer.
Lo abrace aferrándolo a mi pecho al poder pensar que mi hijo pudo haber muerto.

En cuanto Perrie comenzaba a recuperarse del cáncer, Adam había mostrado señales de que no podría vivir mucho debido a que fue prematuro, 7 meses, y eso hizo que estuviera 3 meses en la incubadora para mayor seguridad.

Esa época fue la más difícil de mi vida.

Parpadeo un poco recordando lo que había apuntado en una libreta para Perrie cuando estaba en sus terapias.

Dejo a Adam en la cuna y camino fuera de aquel cuarto, intentó recordar dónde deje a aquella libreta, que Louis me había comprado, para que lo hiciese mi diario y no estar tan deprimido.

Entre a mi habitación y rebusque en unos cuantos cajones, cuando al tocar un poco al fondo del cajón de mi ropa interior lo encuentro.