The Beauty and the Beast || Zerrie

XIV

"Eres mía Edwards"
||When I Was Your Man||

"Ámame y prometo que nunca te dejaré caer como él"

- Sabes cuál es el problema Perrie, es que le crees más a ese idiota que a mí.

Apretó la sabana en sus manos.

- Harry, Los vi no puedes engañar cuando los vi con mis propios ojos.

- No es lo que crees -Negó varias veces.

- Deja de ser tan cínico una vez en tu vida -Gritó- Estabas con Gigi en tu habitación, Besándose -Susurro bajo, como si las palabras le quemasen.

- Ella me besó -Jalo su cabello desesperado al no encontrar excusa para todo lo que sucedía.

Ni siquiera Ella entendía lo que sucedía.

- Zayn tenía razón, sabía que me lastimarías, me dijo que eras un maldito mujeriego.

Eso hizo que Harry se rompiera otro poco.

"Muy Joven y demasiado Estupido para darme cuenta de todo"

Las manos de Styles se apretaron en su cabello nuevamente, intentando encontrar las palabras correctas para arreglar este embrollo.

- No me dejes -Susurro vencido.

- No me puedes estar pidiendo eso Harry, Te di lo más preciado que tenía.

Le aventó su ropa del ropero de manera furiosa.

- Y yo te estoy dando todo de mi, solo fue un error.

Y el sonido de la cachetada retumbó en la habitación, Harry miró al suelo devastado, sin un poco de fe ahora, la había cagado en grande.

- Dime la verdad en la cara y déjate de tonterías -Exigió la rubia.

Estaba destrozada.

Planeaba terminarlo esa misma mañana, pero al encontrarlo con Hadid se rompió el poco amor que le tuvo, y cuando se besaron. Eso hizo que lo odiara con cada partícula de su ser, al haberla engañado con esa Zorra delgada.

- La besé -Cerro sus ojos, como si le doliera decirlo- Me equivoque, pero, es que... quería cambiar por ti, de verdad quería.

Las lágrimas que brotaban de aquellos bonitos ojos azules lo estaban lastimando.

- Pero mi instinto de hombre me gano, necesitaba estar con alguien más, es jodido pertenecer sólo a una persona, cuando bien podría tener a las que quisiera -Mencionó con amargura- Pero quiero que sepas que no podría cambiar, aún te amo, pero así soy y yo no lo sé, sé que un lamento no lo cambiara, pero, te pido que me perdones.

La mujer limpio sus lágrimas y tomo su maleta.

- Tu no tienes absolutamente nada de hombre -Confesó dolida- El hecho de que tengas Pene no te hace serlo.

- Perrie...

- Ni siquiera menciones mi nombre, no lo hagas después de haber tocado esos asquerosos labios de la plástica.