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La cena ha sido tranquila y Eadlyn pide a Ean Cable una cita después de la cena. Lo que hace que me acuerde de que yo tengo una "relación" que tratar de mantener. 

- Buenas noches, señorita Singer- saluda Loira cuando entra en mi habitación-. ¿Hay algo que pueda hacer por usted?- pregunta tranquilamente. 

- ¿Podrías traerme una taza con té y miel, por favor?- pregunto mientras me masajeo un poco mis hombros. 

- Por supuesto- responde antes de salir de mi habitación. 

Cuando Loira vuelve con mi taza de té y miel, ya tengo puesto el pijama y estoy sentada en el escritorio de la habitación con papeles delante de mi. 

- Gracias- digo mientras deja la taza sobre mi mesa-. Puedes retirarte hasta mañana- le comunico mientras esbozo una sonrisa de despedida. 

- Hasta mañana, señorita- se despide antes de salir de mi habitación. 

Doy unos cuantos sorbos a mi humeante taza mientras observo por los jardines a través de los ventanales y pienso en lo que escribir. 

Querido Dante: Aunque realmente no lo "quiero" tanto como se puede querer a una persona. 

¿Qué tal va todo por Italia? Hace mucho que no sé de ti. Te he enviado varias cartas y no he recibido ninguna. Supongo que es porque estás muy ocupado con tus deberes como príncipe. Si es posible me gustaría que respondieras las anteriores para así poder llegar a conocerte mejor, como quiero que tu hagas conmigo. 

Espero que tus padres estén bien. Sé que sabes que estoy en palacio, y sé que sabes que no voy a dejar de estudiar sólo por estar aquí. Sólo quería recordártelo. 

Espero recibir una carta tuya pronto. 

Con entrega. 

Arabella. 

¡Dios! Es la peor carta de amor jamás escrita. Pero lo que es cierto es que nuestra relación es de todo menos romántica. ¿Cómo puede ser una romántica si ni siquiera conoce bien a esa persona? No puedo poner por escrito sentimientos que no tengo. 

¿Es cierto que la familia real italiana es muy divertida? Sí. ¿Es cierto que celebran las mejores fiestas? Sí. ¿Es cierto que pueden llegar a ser un poco locos a veces? También. 

Pero de ahí a saber mucho más que eso... va un trecho bien grande.De hecho, me temo que eso de ser tan divertidos ha hecho un poco de mella en su hijo Dante. Mi prometido. Mi futuro marido. 

Hago una mueca mientras leo de nuevo la carta y la guardo en un sobre. Segundos después, decido que no puedo dormir con esta cosa aquí en mi habitación. Tengo que dársela a un mayordomo ya y deshacerme de ella. 

Salgo al pasillo en pijama, como si esta fuese mi casa, y camino con el sobre en una mano y la taza vacía de té en la otra. 

Al girar una de las esquina a oscuras choco contra una figura y me doy un cabezazo. 

- ¡Ouch!- exclamo con dolor mientras un lado de mi frente palpita de dolor. 

Levanto la vista para encontrarme con Erik frente a mi. Después observo su pijama de pantalones oscuros, su camiseta de algodón y sus pies descalzos. De pronto me siento un poco desnuda. 

- Lo siento- se disculpa nerviosamente mientras juguetea con los dedos. 

- No pasa nada- susurro-. Ha sido un accidente- alzo la mano de la taza y me restriego a duras penas el lugar donde he recibido el golpe-. ¿Qué haces despierto a estas horas?- pregunto esbozando una pequeña sonrisa. 

- Iba a la cocina a prepararme un té caliente con miel se supone...- explica con timidez. 

- ¿En serio?- pregunto mientras noto como mi sonrisa se agranda-. Yo acabo de beberme una taza- digo mientras la alzo hacia él.

- ¿Necesitas ayuda para dormir?- pregunta con una leve risita. 

- Me has pillado- declaro, asintiendo con la cabeza-. También voy a entregarle esta carta al mayordomo. Necesito que Dante la reciba cuanto antes. 

Erik asiente mientras caminamos el uno junto al otro por los pasillos. 

- No quiero sonar entrometido pero... ¿hace cuánto tiempo lo conoces?. 

Veo como Erik retuerce las manos detrás de su espalda. 

- Pues...- comienzo a decir con una mueca-. Nuestro- trago saliva-. Nuestro matrimonio no es del todo convencional, Erik- explico tratando de mantener a ralla mis sentimientos-. Ha sido un matrimonio concertado. 

Erik gira la cabeza hacia mi y estudia mi expresión durante un segundo. Asiente lentamente. 

- Pero, ¿lo quieres? ¿estás enamorada de él?- pregunta en susurros. 

Guardo silencio durante unos segundo y miro la carta en mi mano. Erik interpreta eso como que ha metido la pata. 

- Lo siento, no pretendía entrometerme. 

- No pasa nada. Lo cierto es que no sé mucho más allá de que es guapo y fiestero- explico antes de morderme el labio-. Solo nos hemos visto una vez. 

- ¿Y ya... ya estáis prometidos?- pregunta con algo de horro tiñendo su voz. 

Asiento con pesar. Me duele más a mi que a él. 

- Supongo que Eadlyn está teniendo más suerte que yo, ¿no?- pregunto retóricamente-. Yo solo sé que  Dante va a ser mi marido dentro de unos meses, que me convertiré en princesa y que voy a tener que...- mi voz se va apagando mientras llego a ese pensamiento tan oscuro. 

Tener un heredero. ¡Dios! Es la cosa más aterradora de todo esto. Ser princesa no se compara al terror que me despierta el tener que compartir la intimidad con una persona a la que solo he visto una vez y con la que solo he hablado una vez. 

- Es por eso que estoy aquí- digo tratando de cambiar de tema-. Quiero asegurarme de que al menos mi prima sea feliz. 

- Tú también deberías de poder aspirar a lo mismo- asegura. 

Cierro los ojos y niego lentamente. 

- No puedo, Erik. Mi destino está sellado de momento- digo con pesar. 

- No puede ser tan sencillo- sentencia y noto algo de frustración en su voz. Pero, ¿por qué? No me conoce de nada. 

- En realidad, lo és. Estoy prometida a un príncipe de un país extranjero. Eso reforzará aun más las relaciones con ese país. 

- Con todo el perdón del mundo pero no puedo creer que los reyes hayan permitido esto- declara mirándome directamente a los ojos-. No puedo creer que te hayan obligado. 

- Nadie me obligó, Erik- digo alargando una mano y apoyándola en su hombro. Mi mano se amolda a sus músculos y el calor de su piel se traspasa a través de su tela-. Yo acepté esto hace unos meses. 

Aunque ahora ya no lo acepto tanto. 

- ¿Estaba de acuerdo con eso?- pregunta con escepticismo. 

Dejo caer mi mano de su hombro. 

- ¿Hace unos meses? Sí- digo sin más-. Estaba ilusionada.- Esbozo una pequeña sonrisa al recordar cómo me sentía-. Pensaba que Dante era una apuesta segura. 

- ¿Y ahora?- pregunta en un susurro. 

- ¿Ahora? Dante no reponde ninguna de mi cartas- digo levantando la carta que he escrito entre nosotros-. Me pregunto... Me pregunto si este matrimonio no está condenado a fracasar. 

El silencio se instala entre nosotros y caminamos hasta la cocina de esa forma. Algunos lavaplatos nos reciben en las cocinas y les entrego mi taza vacía. Después camino hasta el lugar donde se encuentra Erik preparando su té. 

- Hasta mañana, Erik- me despido suavemente. 

- Hasta mañana, Arabella. 

No encuentro a ningún mayordomo por los pasillos así que vuelvo a mi habitación para dormir con la carta todavía en mis manos. 



La prima de Eadlyn [La heredera/La corona fanfic] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora