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No me gustaba alejar o mantener a distancia a todos los que me rodeaban, estaba herido y eso nadie entendía. Nunca estaba bien por más que mi pensar intentaba hacerlo mis acciones eran otras.
Mis tatuajes son lo más preciado que tengo, lo único que podría llevarme a la tumba y no me juzgarían por nada. Ellos me entienden... Según las chicas atractivo, según el resto alguien misterioso.
Soy un extraño en un mundo falso, en un mundo donde las sonrisas no lo son todo, en un mundo donde el vodka puede olvidar los problemas y en un mundo donde aprecian el sexo, y el amor está por los aires.
Cuando creí que encontré a la mujer perfecta, la que nunca me dejaría y fallaría... lo hizo. Con la persona que destruyó cada recuerdo, cada uno de mis días que creí ser feliz. El hizo de mi vida una verdadera basura, me quitó a mi novia y mi ira estalló.

Ahora tengo miedo de lo que puedo llegar a ser capaz. Bastaba con una decepción para que mi vida de un giro de tresciento sesenta grados, soy inseguro, problemático, dañé a muchos y aunque merezco pudrirme, nada me lleva a un final.
La soledad te mata, te va consumiendo poco a poco a pesar de que no quieras aceptarlo, la maldita realidad es esta. Soy culpable de lo más desastroso que causé, eso me aterra todas las noches.

Desde ese día algo entró en mi... recorrió todos mis órganos sobretodo mi corazón, creí haberlo perdido hace años, me aterra que lo encuentre otra persona, y vuelva a clavarme lo que fuese por la espalda. Estaba decidido a no repetir los sentimientos amorosos.
Cada noche, me era insoportable recordaba con exactitud el pasado, pues me sentía tan sucio y tan estúpido. Ya no quería sentirme de esta  forma, necesitaba ayuda, pero nadie contaba conmigo para eso.

Estaba en un bar, me ayudaba a olvidar mis penas, era libre sólo unas horas y después BUM de vuelta a la realidad.

-Vayamos por putas- él es Johnson, ese imbécil es mi primo y a veces yo mismo quisiera matarlo, pero si se va nadie me haría pasar un buen rato.

-Te dije que no, trato de concentrarme y tú no ayudas.

-¿Sigues pensando en esa chica? Ese no es el Donovan que conozco, mira ahora está ahogándose en lágrimas, no lo se, seguro que pensando en todo lo que pasó esa noche...

-Fue diferente.

-¿Diferente? ¿Qué te gustó?- rió despavorido el hijo de su puta madre.

-Si quieres conservar tu boca puedes cerrarla o yo lo haré con un pedazo de vidrio- miré amenazante, sus juegos eran absurdos.

-Tranquilo, ya te pasaste de copas- palmeó mi hombro produciendo que mi rostro se ponga peor que un demonio.

-Tócame de nuevo y puedes olvidar que tienes dedos.

-En serio que te sucede... A ti te gusta que el mundo sufra, que todos estemos hecho mierda. Tú la hiciste pagar, se lo merecía ¿No te agradó ese sentimiento?

-¡Fue diferente maldito idiota!- el vaso que traía en la mano lo presioné. Fue tanta mi fuerza que se quebró haciendo que se claven los vidrios en mi mano.

La sangre recorría toda la barra, y que le entrara el alcohol era más intenso. Johnson se asustó, era una niñita tan sólo verle la cara de marica, intentó hacer algo pero sólo logró que las personas se percataran en mi escena, y en mi propia herida.

-No te muevas pediré ayuda.

-No necesito de ti, ni de nadie- me retiré hacia el baño, todos me abrieron el pase cuando entré. No me gusta ver lástima en sus miradas, si tuviera un bat de baseball sin duda les partiría ese cráneo si vuelven a mirarme.

Me curé yo mismo mi corte en varias partes, lo remoje en agua y aunque fue algo doloroso me lo aguante. Me envolví papel y me miré al espejo. Ese Donovan que le gustaba el sufrimiento en otros, pues ya no estaba. Me arrepentí de haberle hecho lo peor. Que hice... ¡no pude hacerlo! Sus lágrimas que recorrieron las mejillas, no fue como las otras chicas, fue distinto... maldigo el día y la hora en que me atreví. Estuve borracho ¡Ya basta! ¡Por qué siento esto! El remordimiento no es mi cualidad, desearía matarme y acabar con todo, pero no puedo ni con eso. Ojalá pudiera remediar las cosas, ¿por qué digo esto? Quizás Johnson tenga razón, este Donovan no soy yo. Me destrozó pedazo por pedazo.

-Bro, ¿Ya estas mejor?- asomó su cabeza por el marco de la puerta, viéndome en este estado de frustración.

-Pídeme un trago.

-Es el quinto que te estás tomando, tendré que conducir y encima lidiar con tus palabreos estúpidos.

-No fue una pregunta, quiero otro trago- sonreí con ironía, que tenía que hacerlo le parezca o no porque igual me lo pediría yo mismo.

-Si caes nuevamente en la piscina de algún trillonario, no pienso sacarte de esa- chasqueó los dedos y enseguida obedeció lo que pedí.

Me apoyé un rato en el lavado. Demonios, olvidé que mi mano duele terrible, necesita algo ahora mismo, pero que más olvidando todo con unas copas que me harán perder hasta la conciencia.

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Dios, este apartado ya ha llegado a los 10K, askdjshfyehfh gracias por todo, y por tanto amor, son lo mejor❤❤

Wowo de verdad ha pasado bastante tiempo, y la historia sigue con cada vez más visitas, y sobre todo decir:

¡Bienvenida nueva lectora/lector, espero lo disfruten tanto como yo lo hice al escribirla, como los antiguos lectores que lo hicieron acompañándome en esta aventura, enormes cariños!

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