Epílogo.

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20 años después.

Lacey.

Estaba sentada en lo alto de este paisaje. Contemplando a lo lejos el único lugar en el que la lluvia solo desea y aclama caer, los relámpagos no estaban de lado, también les gusta caer directo en la zona oscura, en la zona en la que todos se sentían tan mal y a pesar de eso, no les importaba. Harían lo que sea para verlos así.

Es hoy- me lo repetía aún sin creerlo- Donovan sería liberado de prisión. Será liberado y cuando ocurra nadie volverá a saber de nosotros, lo prometo. No me importa nada, ¿por qué habría de estar en contacto con el mundo? Las personas sólo te juzgan. Bien, no pienso interferir en alguna de sus cosas, no me verán nunca más. Claro que Charlize tendrá mis mensajes de estoy bien. Luego de eso, no tiene importancia la vida que formaré junto a él.

Arrancando flores, miraba como eran tan bonitas, me hacía pensar: que suerte tienes, eres sólo una flor, no tienes que preocuparte por lo que realmente suceda, necesitas agua y eso es lo que te mantiene bien, yo también quisiera estar bien sólo con agua. -sonreí poco convencida- Esto es tan aburrido, miraba el reloj de mi muñeca izquierda, lo hacía de nuevo... ah y otra vez lo hice.

La brisa que recorre mi cabello hace que mis músculos estén relajados, quería creer que esta es la forma en que el tiempo se va cada vez más rápido, quiero creerlo y lo hago, pero por otro lado ya no es tan preocupante por lo que pasará. Donovan, no tengo palabras, me hiciste feliz y aún lo soy, eres ese quién por el que daría mi vida e iría por ti si estuvieses en peligro. Me alegro de las cosas que hemos hecho juntos, no ha habido ni una sola pelea, hasta entonces...

...todo ese tiempo lo visitaba, para ambos era como el último día, aprovechamos el poco tiempo, ya que cada hora, cada minuto y cada segundo lo recordaba como una navidad en familia. No soportaba extrañarte tanto en las noches, bueno, llegué a tal grado en el que yo también imaginé tu presencia, tus abrazos, incluso tus besos y caricias. Es estúpido, pero lo sentía, yo te siento como si estuvieras a mi lado, Donovan.
Según Charz, cree que pasé tantos dolores y tantas críticas en el psiquiatra, que pudo producirme algunos trastornos mentales, imposible. No sería capaz de entrar a un mundo en el que no existe, las cosas están muy claras para ver de otra perspectiva.

Estoy impaciente, tocaré cada parte de tu cuerpo y rostro, impaciente de hacer tantas cosas que tengo en mi lista. (Sí, cuando tenía apenas trece años tenía planes de mi vida cuando creciera, y haré que se cumpla cada uno de ellos) que mejor compartiéndolo contigo. Le tengo un regalo del que sé que aceptará. Quiero que viajemos, que sea algo que pueda sorprendernos, el segundo vendrán las partes románticas (lo pondre dentro del viaje) lo tercero, es una locura- suspiré de nervios al recordar- Nos casaremos. El sueño que toda mujer anhela en algún momento, lo cumpliré y cuando eso pase habrá lágrimas... no de dolor, sino de felicidad, no más nieve que obstaculiza nuestra ruta, haremos nuestro propio arcoiris uno en el que nos sentiremos orgullosos.

Perdimos mucho tiempo por mi gran error de meterte aquí. Si hubiera pensado las cosas un minuto... Jamás hubiera llorado algunas noches, me pude ahorrar más sufrimiento del que ya tenía. Cada vez más el viento soplaba, es genial, aunque me molestaba que demoraras en salir, no sé si es lo que quería la brisa o era yo que lo veía una eternidad.

Algo noté a lo lejos, mis ojos parecían ponerse chinos por tratar de ver claramente. Alguien salía, tenía en las manos unas maletas. ¡Joder! La vista me está fallando. Me levanté e hice de mis manos como unos binoculares.

Me saludó esa persona en la gran distancia. Al principio dudé poniendo mi mejor cara de ¿Que?

¡Cómo puedo ser tan estúpida!

Donovan. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora