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Tomé una manta, me la coloqué alrededor de los hombros como la vez que llegué aquí. Estaba lista para irme de su cabaña, no sé en dónde estoy y en donde quedaba algún lugar para dormir, pero no volvería a casa nunca más.

Mi teléfono lo tenía apagado, sé que mi madre intentaría localizarme lo mejor era tenerlo como si no tuviese batería.

Donovan no pensó ni salir de su sótano, me hubiera gustado aunque sea un amargado: Bueno ya vete, sólo se encerró ahí como si fuese su vida. Su primo, Johnson al parecer, me ofreció llevarme a algunos lugares o el que quisiera, pero me daba mala impresión así que no acepté. En el camino me fui alejando, árboles y más árboles, era todo un laberinto ya parecía The Maze Runner, creo que estuve dando un par de vueltas en el mismo lugar, yo que sé. Todos estas plantas, arbustos o árboles eran idénticos.

Llegué a un parque, sólo una luz con una persona sentada en las bancas, me causó poco temor, decidí continuar... A lo lejos notaba un supuesto bar. El mismo chico que estuvo en el parque lo volví a encontrar, hasta creo que empecé a alucinar cosas, ¿cómo se supone que caminó tan rápido? Quería encontrar su rostro con el mío por las ventanas, pero solo logré empeorar las cosas

Este volteó a verme.

Mierda.

Era lo que esperaba, pero no creí que me miraría de esa forma, como si quisiera asesinarme, no lo sé. Intenté hacerle creer que no lo veía y seguí con mi camino, con el camino que ni siquiera empezaba.

Quería hacer frío, pues los dedos de mis manos y pies estaban hecho hielos. Trataba de calentarme con el aliento, no funcionaba mucho pero era algo. De tanto pensar a que me llevaban estas caminatas me senté en una piedra, era grande. Parecía una bonita silla.

El mismo sujeto se apareció a lo lejos.
No quería creer que era ese, quizás era un objeto que lo confudía con una persona. Me puse de pie y para probar que no había absolutamente nada, me dirigí a la derecha... Oh cielos se movió- alcé mis cejas- ¿Izquierda? Lo hacía de nuevo.

Le señalé el dedo de en medio, no tenía porque molestarme... ha quién engaño, joder. No debí hacerlo, ¿por qué lo hice? Acabé corriendo, me estaba agitando, yo seguía creyendo que podía alcanzarme y si me detenía... fin del juego.

No pude continuar, reposé apoyándome en mis rodillas. Respiré ondo. Inhalé y exhalé con dificultad, ya me dolía el pecho. Miré a los lados... no estaba.

¡Qué bueno!

Era muy veloz, esa sucia sabandija no me atrapari...

-¿Qué hace alguien como tú caminando a estas horas de la noche, lindura?

Ya por favor, si no me matan del susto alguien tenía que hacerlo.

Era demasiado alto, casi del metro noventa de Donovan. Tenía una gran cicatriz en la mejilla y labio, su vestimenta rasgada... Si gritaba quién sabe qué hace conmigo. Me quedé callada, él sonrió y ya tenía la sensación de querer escapar como sea.

-¿Te perdiste rubia?- volvió a hablar al ver que tembló mi cuerpo.

-Estaba buscando a mi papá, debe estar por aquí- mentí para que no supiera que estoy sola, que tenía a alguien.

Pero ambos sabemos que ni las moscas querían estar en mi lugar.

-Entonces esperemos a tu papi- no dejaba que me fuera, se acercaba y yo retrocedía con cada paso que este daba.

-Llegará tarde.

-No soy estúpido, ambos sabemos que podría tocarte y hasta incluso más, y nadie te ayudaría.

-¿Seguro? ¿Nadie?- una voz... esa voz... Me alegré al escucharla, giré con lentitud mi cabeza, era Donovan. Ahora si estaba tranquila, me quitaba el temor con su presencia.

Las manos de este asqueroso animal me tomaron por el cuello. Intenté soltarme era inútil, me estaba quedando sin aire, el rió y noté que miraba a Donovan.

-¿Y tú qué harás?- alzó la voz- Claro, el héroe del día vino a tu rescate, bonita- terminó por susurrarme.

-Su héroe te dejará en malas condiciones, te saldrá caro si no la dejas tranquila.

Me soltó.

Caí al suelo raspándome las rodillas, empecé a toser tocando ligeramente mi zona que apretó, pero no disfruté mucho de esa libertad. Me levantó nuevamente con brusquedad. Hizo de su mano un puño y dijo que eso sería para mí.

-¿Sabes? Me encantaría tocarte ese cuerpo, estás perfecta.

-Donovan ayúdame- lo miré, la ira en él se hizo como fuego, se acercaba. El tipo lo esperaba con ansias.

-Si le pones una mano encima juro que tu vida dependerá de un aparato respiratorio, así que ni lo pienses.

-¿Algo como esto?- se atrevió a desafiar las palabras de Donovan. Sentía una eternidad el golpe en mi estómago. Vio que no era suficiente hasta que golpeó mi cara, y ahora no me levantaría del suelo por nada, ni con un gran esfuerzo.

-¡Trae una lápida, hoy acabaré enterrándote hijo de perra!

Y esas eran las palabras de Donovan una vez más, se oían forcejeos de alguien. Con un esfuerzo por parte de mi vista, por el rabillo del ojo... Donovan estaba descargando toda su ira y gran violencia, las venas del cuello se le querían salir. Es fuerte y mucho.

No sé qué más pudo pasar, pero digamos que el otro no terminaría nada bien. Seguramente acabé inconsciente, por más que quería seguir viendo los grandes golpes del lindo chico que vino a mi rescate.

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Nuestra querida Lacey siempre metiendo sus narices en donde no debería, de igual manera Donovan al rescate!

Qué emociones sintieron al leer esta escena? Díganme pero hasta lo más mínimo, me encanta leerlas! ♡♡♡

Donovan. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora