Lacey.-Entregamelo.
-Te besó y te tocó, tu eres mi novia y yo soy tu novio ¡Yo soy tu novio! Nadie puede hacerte nada de eso- se sentó al suelo con el arma. Pataleó como un niño pequeño, me acerqué y toqué sus rodillas, estaba segura que podría quitárselo de una buena vez.
-Lo hago porque te amo.
-Yo no dejaré que él...
-¡No quiero que vayas a prisión!- sus ojos me miraron con mucha atención. Sólo se quedó callado y me escuchaba sin interrupción, lo sé porque cuando no se atreve a decir una sola palabra su mente está tratando de razonar- ¿Entiendes? No soportaría tenerte lejos, y visitarte todos lo días en una celda en la que no podré atravesar ¡Ya dame el arma!
Rogué intentando no tirar una sola lágrima. Él no quería hacerlo, pero terminó entregándomela con una gran confusión y enojo. La tomé para llevarla dentro de mis pantalones, luego de esto la escondería dónde no pueda estar a su vista o alcance.
-Perdóname.
-No, tú perdóname por hacerte eso. ¿Sabes? tus palabras me dolieron, pero sigo aquí contigo y ayudándote.
-Y por algo estoy agradecido con el mundo, que a pesar de no merecer nada me consiguió una hermosa chica que comprende cada cosa que hago.
-Donovan- me ruboricé un poco- Es exactamente lo que haré por ti, te ayudaré. Juntos saldremos adelante.
Antes de poder observar sus lindos labios, los suyos estaban recorriendo los míos como si se tratara de una montaña rusa, como una primera atracción, que comienzo por probar y sabes que la respuesta siempre será sí a todo y sí a él.
Con su fuerza sus manos tomaron mi cintura levantándome fácilmente crucé mis piernas en su cadera. Mis manos pasaban de tocar su cuello a enredarlos en ese cabello castaño oscuro que tanto me gusta. Entramos a una habitación y eso podía notarlo. La cerró.
-Donovan- mi respiración estaba entrecortada. Aún seguía besando esos labios tan dulces, tan suaves, tan exquisitos.
-Diablos Lacey, eres mi perdición.
Fue acercándose a la cama, cuando lo hizo me dejó delicadamente tratando de no hacerme daño con su peso.
Sus ojos eran una mezcla de desesperación y atracción, haciendo que mis sentidos quieran quitarle rápidamentemente la ramera, sus manos recorrían mis costillas hasta llegar a la cadera para que pudiera quitarme los pantalones. Sentí una mano mía tocar su zona íntima, ya que entre los besos no podía decirle que se quitara los suyos. Donovan me producía hormigueos, Donovan me ponía así.
Dio un gruñido cuando vio que todavía tenía su sudadera puesta, el estar con tanta energía y llenos de pasión, hacían que su rudeza la olvidara quitándomelo de golpe. Sus besos eran geniales, no me cansaría de decirlo. Pasaba su lengua desde mi cuello hasta el abdomen, me estremecí que tomé su cabeza. Volvió a besarme pero esta vez como si lo anhelara hace años, me mordió un poco, pero no lo interrumpiría. Su mano fue dentro de mi brasier y tocó uno de mis pechos dándole unos suaves masajes lo que me daba gemidos, no tan ruidosos.
Pero esto tenía que llegar al punto.
Adiós brasier, la estaba pasando de maravilla a su lado. Tendría relaciones con el chico que amo. Me mordió un pezón, en cierta parte me causaba impresión que solo sonreía con placer.
Pero algo reaccionó en mi cerebro, pensaba en lo que sea, menos en gritar por lo divertida que está la montaña rusa.-¿Sucede algo? ¿No te estás divirtiendo?- dejó de morder mis pechos, ahora estaba atento a mi respuesta.
-No- seguía pensando en lo que ocurrió hace un momento- Tú sólo sigue- toqué sus mejillas.
Me bajó las bragas, sus manos me tocaban las piernas. Las apretaba de una forma que arqueaba mi cuerpo, es muy excitante. Y con su pene metido en el boxer se movía en mi zona. Creo que él ya estaba teniendo una erección, era una razón por la que ya quería gritar. Se ha posicionó observando mis partes.
-Te la voy a meter.
-¿Dolerá?- mordí una de mis uñas, riendo por la forma en como me lo dijo.
-Obvio que duele, pero eso ya queda en ti si te gustó o no.
-Bien, entonces hazlo. Tu eres el experto- al ver su sonrisa en el rostro, me dieron más ganas de que empezara.
Lo hizo.
Vaya esto sí estaba doliendo como no imaginaba. Mis ojos saltaron en lo que había presión. Unas voces en mi cabeza me recordaron la vez en que abusaron de mí catastróficamente. Ya no pensaba tanto en el dolor y la diversión, escuchaba voces en ambos oídos. Empecé a moverme y temblar, me sentía tan diferente, y desesperada porque parara.
-Deja de moverte Lacey- me susurraba.
Recuerdo que ese sujeto me decía lo mismo, empecé a creer que estaba en el lugar, mi imaginación me llevó a aquella noche.
Estaba encima de mí y le pedía que por favor me soltara, que no era yo a quién buscaba. Me dijo que soy exactamente lo que quería hace mucho tiempo, y que merecía sufrir.-Donovan, quiero que te detengas- mis recuerdos podían conmigo, sabían que nunca olvidaría a esa bestia.
-Tranquila, apenas comenzamos- seguía con los movimientos, me estaba presionando muy duro.
En una de esas tomó mis muñecas fuertemente, sus labios rozaban mi cuello. Ya sentía sus labios cambiar de dirección hasta los míos. Algo no dejaba que se lo devolviera, mordió mis pezones pero rogaba por dentro que no lo hiciera, producía impactos en mi pecho. Queria que se detuviera, pero ya era tarde. Los recuerdos oscuros se reflejaron a la luz.
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OHMAIGUD, ya llegamos a la parte en la que todos hemos estado esperando!! Por fin toda la verdad se descubriría tarde o temprano.
¿Qué esperas para ir al sgte capítulo! ¡Correeee!
Uh, no sin antes dejar tu voto obviamente ;) xd
¿Lo hiciste? Genial! Ahora sii.. ¡Correee!
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Donovan.
RomanceLacey es inocente, tiene un caracter amable y es dulce. Ella no puede recordar ciertos eventos abrumadores, busca respuestas, no le importa el riesgo, pero a veces algunas elecciones es mejor no haberlas tomado. Donovan no está bien, tiene problemas...