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Lacey.

Al despertar me asusté, era como si me hubiese bañado en aguas de Alaska. Miré a todas partes. Donovan está aquí... ¿Qué está haciendo? ¡Mi teléfono! ¡Está hecho añicos! Dejé mi preocupación hacia el aparato, para ver lo que ocurría con Donovan. No estaba como otros días que le da su locura y se le pasa. Estaba mucho peor, ya no sé qué le sucedía. Tomé sus hombros, lo sacudí para que reaccionara.

No funcionaba, está en un estado de demencia. No sé qué hacer. Toqué sus manos y las besé, lo abracé y acaricié su cabello. Le hablé de lo más serena que pude, no me escuchaba. Tarareaba cosas, su mente no estaba aquí... No quería imaginar qué lo puso así. Unas lágrimas salieron de él, me causó impresión. Le besé las mejillas... Retiré sus lágrimas junto con mis delicados pulgares, me ponía triste verlo así. Se golpeó su cabeza con la pared, como aquellas veces que cree que es la solución. Le dije que deje de hacerlo, se está lastimando.

No le importaba, era como si yo no estuviese aquí. Tuve que hacer la cosa que jamás creí que haría, pero esto lo traerá de vuelta al mundo real.

Lo besé en sus labios.

Sus manos que forcejeaban con las mías por el intento de querer estar solo... se calmaron poco a poco, me tocó las mejillas. Me seguía besando. No puedo creer que lo esté besando... me gusta sentirlo. Esto se siente bien. Susurró algunas cosas, no le dí importancia. Quería que este beso fuera lo mejor, pues él me había atrapado en sus encantos. Lo quería mucho para poder detenerme.

-Lay... Lacey- se asustó cuando apenas su cerebro pisó tierra.

-¿Por qué te pusiste así? ¿Qué es lo que pasó Donovan?

-Yo...

-Mira lo que hiciste, destrozaste mi teléfono- tomé una parte rota y se la mostré- Esto no se hace, son mis cosas.

-Me besaste- me miraba atentamente. Tocó una de mis mejillas y la acarició. Me besó otra vez... ¡Ay no puede ser! Quería saber lo que lo había puesto así, basta con sentir sus labios para olvidar todo esto.

Se alejó poco a poco de mí, y se quedó callado. Sus ojos eran lo más hermoso, el azul profundo brillaba en su rostro. Ese color o la forma en cómo me veía me desconcentraba y sólo quería volver a los besos que me daban caricias.

-Lo siento. Tú no me escuchabas y tenía que traerte al mundo de los humanos, porque ni siquiera mi voz te hacía pensar como otras veces.

-¿Me vuelves a besar?

-¿Qué? ¿Donovan sigues aquí? ¿Hello?- moví una mano cerca de su rostro, sólo para asegurar que sí lo traje de vuelta.

-Yo... ah... sí. Estoy confundido. Rompí tu teléfono, no sé lo que hago.

-Ni yo se lo que hacías.

-Am... gracias por besarme. No me había sentido así en años, tu... pues tú ¿Qué hiciste? ¿Cómo por qué me sentí genial? Me encantó sentir esos labios. Puedo jurar que me enamoré de ti.

-Yo sólo quiero entender por qué tu estado de demencia ¿Qué sucedió?

-Nada, no sucedió nada- se levantó y me ayudó a levantarme.

-Me vendría bien que algún día puedas expresarte mejor.

-¡No sucedió nada! ¡Entiendelo! Me tropecé y tu teléfono se rompió. Eso fue lo que pasó... Ya basta.

-Está bien- susurré- Lo siento, prometo no volver a preguntar y tampoco besarte.

-Yo no dije que dejaras de besarme.

-¿Qué?

-Te quiero, y no lo digo por ese beso. Me has flechado... No lo sé. Me siento tan extraño por eso te preguntaba ¿Qué hiciste? ¿Esto qué es?

-Es amor.

-Imposible, el amor es de niños.

-Pues quizás tu corazón dice lo contrario, y que debes darle una oportunidad. Solo lo encontrarás si tú se lo permites.

Me tomó de las manos, me pegó a él con fuerza... me tuvo ahí. Me abrazó como no lo imaginé, besó mi cabeza y sentí sus manos recorrer mi cuerpo que me erizan la piel. También me decidí a devolver el abrazo. Se ponía nervioso, que lindo es. No me cansaré de ser la salida de sus problemas, me necesitaba y yo estaré ahí para él.

-¿Entonces debería escuchar lo que dice mi corazón? Que cursi sonó eso.

-Pues por más cursi que sea, es así. Y si tú dejaras de decir que el amor no existe, todo este tiempo la vida te habría recompensado.

-Eres una mujer increíble, eres perfecta. No te apartes de mí.

-No soy perfecta Donovan, pero estoy contigo.

Me besó la frente, pude notar una sonrisa sincera. Estaba feliz, lo puse feliz. Me contagió su bello ánimo, le sonreí de la misma forma. Jugó con mis mechones del cabello poniéndolos detrás de mi oreja, era todo un tierno. Sabía que detrás de todo ese chico problemático, había alguien dulce que quería demostrarle a la persona correcta su verdadero comportamiento.

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Awww... En algún momento Donovan cambió y no eran tan mal tipo como parece verdad?

O quizás lo ess... ;)

Acompañenme en los sgtes capítulos para averiguar todo este enredo!

Ya saben que pueden seguirme en instagram: galletacon.leche y twitter: GalletaAne ;)

Donovan. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora