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-¿Ahora me llevas a una cena romántica?

Me reí al ver como me traía a este lugar. Esto no es propio de Donovan, tan solo ver como hace el intento me causaba gracia.

-Llámalo como quieras, ¿me hace el honor esta humilde dama de pasar, por favor?

-Oh claro que sí, su alteza.

Me abrió la puerta dejándome pasar. Oh santo cielo, este era un restaurante carísimo. Me encanta, no por los detalles que tiene, la comida debe ser un paraíso. Me llevó a una mesa, me ayudó a sentarme esto era tan caballeroso. No me importa que hizo para traerme aquí, la intención es lo que cuenta.

-¿Qué quieres pedir?

-¿Tú siendo romántico? Este no es Donovan.

-Te gusta que lo sea, no puedes nergarlo. Ahora ¿Te parece si brindamos?- sonrió.

Se acomodó en la silla y me sirvió un delicioso champagne, chocamos las copas y bebimos un poco. Parecía una escena de esa gente adinerada que celebra por cada vez que las ganancias están subiendo en su empresa.

-¿Quieres hablarme de ti? -quería que esto empezara bien. Y que más contando un poco de sus cosas.

-No lo sé, no quiero recordar lo miserable que soy cada día, y cada noche.

-Tu no eres miserable, no quiero que lo vuelvas a repetir. No me gusta que hagas eso.

La forma como sonreía era tan contagiosa, no sabía que decirme ante esto, miró a sus dedos un buen rato, me gustaba verlo así. Este era el Donovan más dulce que hubiese visto nunca.

-¿Qué quieres saber de mi?

-Uhm...- lo examiné, y de pronto se me vino algo a la cabeza- ¿No pensaste nunca en estudiar algo? ¿Ir a un instituto? Quizas... ¿Tener alguna meta y después graduarte?

-Los estudios son para gente con futuro.

-Si, por eso...

-Y yo no lo tengo Lacey- me miró como si tuviera la mayor razón del mundo.

-No digas eso, yo por ejemplo soñaba con tener un refugio de animales. Me gusta cuidar de los demás.

-Bueno ya tienes un animal que siempre te agradece por lo que haces.

-¿Qué cosa dices?- quería reír, pero a la vez no entendía.

-Soy el animal que siempre cuidas y refugias en tus brazos. Cumpliste tus sueños, ¿tienes alguna otra meta? Puede que yo te la resuelva.

-No me refería a eso- cubrí mi boca con una mano para no tratar reír. Me miraba como para escucharme toda la vida. Le gustaba oír las tonterías que podían salir de mi boca- Pero nunca pensaste en... am... ¿No quieres trabajar o hacer algo?

-¿Quién quisiera contratar a alguien con tantos tatuajes y tan problemático? El ambiente entre gente presumida y adinerada me da náuseas.

-Podrías intentarlo.

-No gracias, para eso te tengo a ti. Eres la única persona a quién no odio, en vez de eso te aprecio con todo mi ser.

-Te quiero, a pesar de lo cínico que te portas conmigo.

Las horas pasaban.

Yo disfrutaba de las conversaciones locas que tenía con mi chico tatuajes. Le preguntaba sobre cómo era él. Me gustaba compartir secretos, aunque no estoy segura si me los ha dicho todos.

-Donovan, me gusta que seas así, pero...

-¿Pero?

-¿Por qué eres tan difícil? Te comportas tan mal, eres peor que un simio con rabia.

-Porque estoy dolido. Mis heridas no han cerrado del todo, el Donovan que ves ahora ese siempre había sido. A raíz de lo que me convirtieron, no he podido volver atrás. Lo intento, pero no funciona.

-¿Podemos intentarlo juntos?- susurré más para mí, y luego di una risita

-Eso me haría muy feliz. Sabes que aceptaré que seas mi guía al mejor camino. Tus manos son perfectas para un cuerpo tan desastroso como el mío.

Me sentí bien con escucharlo. Es el tipo de chico con quien quisiera haber estado antes si lo hubiese conocido- ¿Te gustaría hablar de lo que te sucedió en el pasado?

-Sólo si me prometes no huir.

-Nunca.

Asintió y tomó mi mano. Pagó la cuenta aunque no sé si la había pagado, pero creo que ya tenía una reservación conmigo. Me llevó en su camioneta, condujo lejos de aquí. No preguntaría a dónde me llevaría, quería que él me sorprendiera. Estuvimos en silencio, sus manos sudaban cuando conducía. Me ponía inquietante, pero tenía que esperar a que él hablara o podría arrepentirse y no contarme nada, yo tenía que ser paciente.

Bajamos de la camioneta.

¿Pero qué? Este es el lago en el que ya me había traído antes ¿Por qué siempre le gustaba venir aquí?

-¿Te gusta venir aquí?

-Es el único lugar que me trae paz, y con una chica tan especial me siento de maravilla.

Donovan. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora