Lectura en el auto.

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Y de nuevo se sonrojo.

-Enserio, deja de decirme cosas así, por favor.-me dijo y tapo su rostro con las manos.

-¿Decirte cosas asi? ¿Asi como?

-Así... Lindo.-me dice, yo rei.

-¿Quieres decir que no quieres que te hable "lindo"?-pregunte haciendo comillas. Ella asintió aun tapando su rostro.-Quita tus manos, no me dejas ver lo linda que eres.

-¡Alex!-me regaño, yo reí con ganas.

-Lo siento, es inevitable.-alargue riendo. Ella bufo.-Cambiando de tema drásticamente ¿que lees? No sabia que te gustaba leer.-le dije sonriendo ella quito sus manos y dejo ver su hermoso y perfecto rostro.

-El libro se llama "Perdiendo el control" trata de una chica que de pequeña tenia problemas en casa, y cualquier cosa relacionada con su familia la hacia perder el control. Leí una parte en la que una chica le recuerda algo entonces ella toma unos cuchillos y la mata. No se porque, pero este libro me gusta.-dice.

-Eres cínica.-dije alejando me de ella, río.

-Yo también soy buena con cuchillos eh.-me dice riendo, yo reí después.

-¿Que quieres hacer ahora?-le pregunte después de tranquilizarme por reír. Ella dio un largo suspiro.

-Me gustaría terminar el libro, es pequeño, así que no creo tardar mucho. Si quieres tu regresa con los demás, yo me quedo aquí.

-No, tranquila. Yo también me quedo.

...

Mientras yo leía, Alex estaba acostado en la parte de atrás mirando al techo del auto. Susurraba una canción, me daba risa mirarlo así. Decidí mejor concentrarme en el libro, cuando de pronto leo un párrafo que me dejo estupefacta:

"-Es que... Estaba perdiendo el control -decia con la mirada fija en un lugar.-Me estaba criticando, y yo no aguante mas.-de pronto sus ojos se le llenan de lagrimas-Tenia que hacer algo para callarla, mire los filosos cuchillos que había en la habitación y no tuve mas remedio que arrojarselos con toda mi fuerza.-lagrimas corrían por sus mejillas.- Así fue como ella murió, y yo de ahí saque mi gran habilidad con los cuchillos.

-Esther, tranquilízate-le suplique.

-¡vete antes de que quiera matarte a ti!-gruño señalándome la puerta.-Solo eso me faltaría ¿sabes porque nunca deje que tomaras mis cuchillos?-me pregunta mirándome a los ojos.-Porque tenia el miedo de que me mataras con ellos-me confiesa.

-Yo nunca haría eso Esther-le dije.

-¡Ay por dios Charlotte! Casi matas al hombre que estaba en el gimnasio por burlarse de tus padres muertos-dice gritando.

-Casi.-le dije.-¿A ti no te afectaría que sacara el tema de la muerte de la chica que tu asesinaste?-pregunte irónica.

De pronto ella toma un cuchillo, se me acerca bruscamente y pone el cuchillo cerca de mi cuello.

-Jamas...le digas...eso...¡¡A NADIE!!-grita, y se desploma en el piso llorando.-Ahora ¡¡LARGATE ANTES DE QUE TE MATE!!-me grita.

Obviamente salí de la habitación, no pondría mi vida en juego por tratar de hacer sentir bien a Esther. Que estaba claro que tardaría tiempo que se calmara, o unas cuantas pastillas. "

Lo leí como 3 veces sin poder creerlo. ¿Enserio? Este libro es genial. Sin duda alguna. Mientras seguí leyendo concentradisima en el libro, Alex comienza a cantar una canción. A voz normal, ni es susurro ni gritando. Lo raro era que cantaba con los ojos cerrados.

"Tu mano se que fue solo hecha para mi. Al tocarla se que fue destinado a ser así. Cuando uno cada punto de tus pecas ríes y eres el sentido en mi vivir..."

¿Seguiría ebrio? Lo voltee a ver y el abrió los ojos.

-Alex ¿porque cantas?-le pregunte riendo un poco.

-¿Te molesta?

-No, para nada. Solo pregunto.

-Te cantaba a ti.

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Con mucho amor y cariño

Key Alejandra.

May the odds be ever in your favor.

Miradas que matanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora