Capítulo 6: Hazla entender.

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Un dibujito de Sashita, gracias Te_Amo_Sasha_Kozlov 🥰🩵

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Sasha

Su perfume dulzón se adhería a mi piel y mi ropa, incluso cuando no estaba tocándola. Ese hecho me desagradaba, igual que me desagradaba estar aquí y contemplar la sonrisa confiada y precavida de Mara.

Me cuestionaba sobre cómo ella creí que un lazo del que apenas me hizo consciente, iba a rivalizar contra el deseo asesino que albergaba en mí y estaba dirigido completamente hacia su persona. No había forma de que pasara por alto el intento de asalto fallido que organizó en contra de Erin y la puso en peligro de muerte. Al parecer, me equivoqué al creer que Mara me conocía bastante bien, ella no sabía ni una mierda de lo que era capaz de hacer contra aquellos que osaban lastimar a quien yo más amaba en este mundo, además de mi hija.

Sin embargo, me complacía su confianza, por dentro, disfrutaba de la ignorancia en la que elegía vivir mientras esperaba el momento oportuno para atestar el golpe que llevaba prolongando por más de quince años. Cuando llegara mi turno, la haría desear no haberme hecho esperar tanto. No me caracterizaba por ser piadoso con mis enemigos y Mara lo experimentaría en carne propia cuando le presentara el rostro del sádico al que decidió joder con sus decisiones estúpidas.

—La muerte no tiene que ser una invitada constante entre nosotros —sonaba calmada y elegía las palabras para usar, como si eso fuera a servirle de algo—, somos una familia, rubio.

Reí con sorna, burlándome de ella y la mierda obscena que salía de su asquerosa boca mentirosa. Conforme los minutos transcurrían, el peso de mi arma se volvía más notorio, mis impulsos sádicos clamaban la sangre, erradicar la rabia que estrujaba mis sienes y comenzaba con haber visto a mi hija besándose con un idiota que no la merecía, y finalizaba con la absurda noticia que Mara me daba.

—No pretendas que el sentimiento paternal me nazca solo con verte —sus ojos azules se estrecharon y vi un atisbo de resentimiento en ellos—, tu madre me repugna por completo, ¿qué puedes esperar que sienta al ver una parte de ella frente a mí? Lo más que puedes esperar de mi parte, es una mínima pizca de cordialidad.

El joven que rondaba los dieciséis años, dio un paso al frente, ofendido por mis palabras. Quizás actuaba mal, quizá me equivocaba, pero no sentía nada al ver a Markos, y debería, joder, al menos sentir un poco el llamado de la sangre. Sin embargo, desde que me comunicó sobre la existencia de Markos, solo pude experimentar desconfianza. No creía en Mara, jamás iba a hacerlo, incluso cuando los resultados de ADN reafirmaron sus palabras.

No. Simplemente no.

Yo no pude haber tenido un hijo con esta suka.

—Mi madre dijo que mi padre era alguien de palabra —siseó Markos—, alguien respetable y a quien iba a admirar.

Despiadado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora