Es un cap cortito, disfrútenlo, nos leemos pronto si comentan mucho🩵
Sasha
Años atrás.
Bajé del auto y atravesé el portón sin que el guardia me detuviera, bastó una sola mirada mía para que agachara la cabeza y asintiera, consciente de que no debía poner sobre aviso a su jefa.
Atravesé el jardín conformado por un camino empedrado que conducía hasta la puerta de entrada, en el trayecto me fumé otro cigarrillo y caminé con calma, sin exaltarme. Sabía lo que encontraría adentro, la nula vigilancia me lo confirmaba. Mara actuaba tras lo obvio, pensando que podría engañarme.
Acabé el cigarrillo en cuanto crucé la puerta. Subí en silencio las escaleras y conforme me acercaba, los sonidos se manifestaban con mayor fuerza. Reconocí su voz al gemir y su risa; me deshice de los guantes porque quería sentir la sangre caliente en mis manos, al tiempo que sacaba la navaja de mi bolsillo, sonreía para no estallar. Por dentro, la ira crepitaba a través de mis venas, enroscándose en mi estómago, impulsándome para asesinar como solo yo sabía hacerlo.
—Señor Kozlov.
Determiné la cara del custodio de confianza de Mara, se hallaba postrado al lado de la puerta de la habitación de ella.
—Silencio —espeté—, después ajustaré cuentas contigo.
Pasó saliva y desapareció deprisa por el camino que yo tomé hacia unos momentos. Esperé un par de segundos antes de derribar la puerta de una patada. El grito de Mara resonó entre las cuatro paredes, actuó rápido, ya tenía un arma en la mano que apuntaba directamente a mi cabeza, se hallaba desnuda y sudada, entretanto, su amante intentaba cubrirse con las sábanas.
—Rubio —musitó contrariada.
—¿Vas a disparar? —Increpé— Porque si lo vas a hacer, estás demorando.
—Podemos arreglarlo —susurró sin bajar el arma, consciente de que no había forma de que pudiera darle más vueltas a esto.
Di un paso, luego otro más. El tipo, quien era uno de sus custodios, se incorporó. No lo miré.
—Ni siquiera trates de escapar —advertí, supo que me dirigía a él—, o te irá peor.
—Hablemos, Sasha —sugirió Mara. Chasqueé la lengua y continué avanzando hasta llegar a ella.
—¿Hablar? ¿De qué? —Mis dedos se cerraron en torno a su cuello, me asqueaba tenerla cerca— ¿De cómo te acostabas con otro a mis espaldas?
—No tengo excusa, lo sé...
Agarré su mano donde el anillo de compromiso que le di relucía.
—Cuando te di esto, te pedí una sola cosa, Mara —siseé enardecido—, ¿tan difícil era cumplirlo?
Mi ego estaba herido, ella lo había mancillado con esta acción.
—No, lo siento —se le llenaron los ojos de lágrimas, lágrimas de resignación—, podemos resolverlo, rubio. Yo te amo.
—Quien ama, no traiciona como lo has hecho. Créeme, no hay manera de que yo pueda olvidar esto y me encargaré de que tú tampoco lo hagas.
Sin compasión, la apuñalé en un costado, justo entre sus costillas. Emitió un leve jadeo mientras mi navaja cortaba su carne y lo caliente de su sangre bañaba mis nudillos.
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Despiadado ©
Romance[TERCER LIBRO SAGA AZUL] La vida siempre fue cruel, probablemente debía estar acostumbrado a sufrir, pero ¿por qué después de tantos años de felicidad, el destino y la vida volvían a conspirar para acabar con lo que tanto esfuerzo logré construir? V...