Capítulo 14: ¿Atracción?

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Erin

Recorría el terreno donde pronto comenzaría la construcción del centro para hacer un reconocimiento.

Liam caminaba a mi lado, ataviado con un abrigo grueso que le llegaba las rodillas y un par de guantes de piel, yo por el contrario, llevaba mis manos al descubierto, las deslizaba dentro de los bolsillos de mi cazadora oscura de vez en cuando, sin que el frío fuera del todo un problema para mí.

Sasha me hizo acostumbrarme a este clima y no me disgustaba, aunque en ocasiones anhelaba sentir en mi piel el calor de los rayos, un poco de amarillo entre tanto azul y blanco.

—¿Qué te parece? —Indagó Liam, nos detuvimos sobre la nieve, por debajo de ella la maleza se afanaba por emerger.

—Es perfecto —admiré los metros y metros de terreno dispuesto, no había árboles que talar y eso me calmaba, proteger la naturaleza se volvió una condición para mí y para las personas con las que trabajaba—, ahora solo dejemos que los ingenieros geotécnicos hagan lo suyo.

Lo miré de soslayo, la leve brizna peinaba su cabello rubio hacia atrás, ambos teníamos las mejillas rojas, los voyeviki de Sasha nos vigilaban a la distancia, Liam no hizo comentarios sobre ellos y las armas que portaban a simple vista. No nos acompañaba nadie más, nuestros socios solo se encargaban de aportar el capital, además de propagar la noticia entre los círculos adecuados para obtener más beneficios. Liam no necesitaba acompañarme, pero dado que el terreno le pertenecía, insistió en venir conmigo.

—Te veo mejor que hace una semana —efectué una mueca—, parece que resolviste tus problemas.

—Resolver no es la palabra que elegiría —susurré, aun con la sensación amarga perpetuando en mis entrañas.

A pesar de saber toda la verdad respecto a la relación de Sasha con Mara, las cosas no se resolvieron entre nosotros como acababa de decir Liam, por el contrario, se pusieron más tensas, además de añadirle la presencia de ese joven en nuestra casa y el conocimiento de Dasha sobre el tema. Mi hija sabía que tenía un hermano y el escuchar cómo se refería a él, era un golpe duro a mi corazón cada vez que lo decía en voz alta.

Existía un lazo inquebrantable entre Mara y Sasha, un lazo que tuvo lugar mucho antes que el mío con él. Refutarlo era imposible y no dejaba de joderme como nunca. 

Sasha estaba con ella, las razones eran comprensibles para una persona racional, pero no para mí. Saturó mi cabeza con demasiada información que no era capaz de priorizar una sola noticia, iba desde el posible paradero de Tasya, hasta la relación que Mara pudiera estar teniendo con mi esposo.

Pensar en Tasya aún me rompía. Ahora, aquella niña debería de ser una señorita, una con cicatrices imborrables, su último paradero era lo que me empujaba a evitar darle mucho espacio en mi cabeza, aunque el corazón me doliera por apartarla de esta manera, si me permitía sostenerla en mi memoria por demasiado tiempo, no pararía de llorar.

—Tengo buenos abogados —dijo segundos después, arrancándome una sonrisa.

—El divorcio no es una opción.

No para mí al menos.

Sasha nunca me dejaría ir, casada o no, era suya y es algo que dejó en claro desde hace más de veinte años. Y la verdad, mis deseos por dejarlo eran nulos, solo quería desahogarme de la rabia y los celos que atormentaban mi cabeza hasta el punto de hacerme sentir que estallaría.

—También sé cómo ocultar personas. —Sacó un cigarrillo del bolsillo de su chaqueta y lo encendió, todavía sin mirarme.

—¿Estás ofreciéndome tu protección o dándome conocimiento sobre tus habilidades criminales?

Despiadado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora