Prologo

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Hace varios años yo era un simple estudiante, alguien cuyo propósito era solo tener una vida ordinaria. El mundo comenzaba a decaer de poco a poco. Cada uno de nosotros, a nuestra propia manera, se quebraba a sí mismo. Era difícil saber si alguien se daba cuenta del daño que nosotros como especie causábamos en nuestro único hogar.

Una día, o más bien una noche ocurrió un incidente digno de venir en las escrituras de cada biblia de cada religión. Un terremoto de magnitudes catastróficas se hizo presente, y con ello, una fisura, un abismo entre dos placas tectónicas se formó dentro del continente Calirium, tan grande que podía haber enterrado a una ciudad grande entera. Creíamos que eso sería lo peor, pero nunca nos imaginamos lo que vendría después.

Dentro de ese abismo gigantesco salieron enormes bestias, sus cuerpos eran de un tono oscuro, algunos poseían cuerpos corpulentos, algunos era fornidos, pero todos parecían ser igual de fuertes. Sus piernas no eran tan largas pero sus brazos llegaban debajo de sus rodillas. Sus pies y manos eran enormes, tanto que podían aplastar la cabeza de alguna persona como a una nuez. Nunca llegue a acercarme uno de ellos pero sus cabezas parecían a algún reptil o si no, eran las de un animal deforme. Y todos parecía tener un solo objetivo: matarnos a todos. No paso mucho tiempo hasta que el ejército llegó, quienes no dudaron en usar la fuerza, abriendo fuego con todo el armamento que tenían contra ellos, pero tampoco pasó mucho tiempo hasta que la mayoría de los soldados ya estaban derribados, muertos, o en el estómago de esas cosas.

Nos enviaron a todos a los búnkeres antibombas, pero ni siquiera eso los mantuvo alejados. La ciudad, donde era mi hogar y en donde había vivido mis años de existencia, había caído.

Ahora, seis años después, esas bestias invadieron, cada país, cada cuidad, hasta ponernos a nosotros al borde de la extinción, luego arrasaron los bosques, las selvas y las praderas. Cuando nos dimos cuenta, la mayoría del planeta se convirtió en un desierto árido y con pocas señales de vida. Nuestro planeta había muerto.

Tormenta escarlata Vol. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora