Capítulo 19 | Nunca más

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Mis manos llenas de sangre tiemblan. Mi chamarra, mi camisa, mi pantalón, mis tenis; toda mi ropa cubierta del espeso liquido rojo. El cadáver descuartizado frente a mis ojos.

¿Yo provoqué esto?

No, fue mi ira.

Estoy sentado dentro de un charco de sangre. Mi hiperventilación es demasiada al ver mis manos cubiertas de rojo metálico. Dark Matter perdió su tono negro y gano uno rojizo. Mi vista está en shock, temblante. No puedo mirar a otra parte donde no vea color rojo. Creo que estoy llorando.

Acabo de matar a una persona. Me lo había prometido. Me juré que nunca mataría a algún ser humano. Y mírenme, en medio de un charco de un ser humano. Soy un maldito monstruo.

—Oye, ¿estás bien? —Es Agus—. Se escuchó como una explosión.

Maldición. No debo dejar que me escuche así. Tengo que hacerle creer algo. Joder. Se me acaban las opciones. Me seco las lágrimas e intenso parecer cansando. Siento toda la ropa empapada por tanta sangre

—Si. Estoy bien —Le contesto de forma exhaustiva—. Solo me oculto. No sé qué fue, pero también lo escuche —Mentira y verdad al mismo tiempo—. Como sea. Cesar parece muy molesto con solo verme. Es cuestión de tiempo a que me encuentre —Todavía más mentira.

—Quédate ahí. Voy para allá —Se puede escuchar cómo sigue en medio de alguna pelea y el cansancio en su voz.

—¡No! —No quiero que vea lo que he hecho—. No vengas. Tengo todo controlado. Solo buscare a mi hermana y nos vamos —Si se da cuenta, quien sabe que me hará.

—¿Seguro? Quiero a todos los que pueda a salvo, tú y tu hermana incluidos —Carajo, me lo pone más difícil.

—Sí, estoy bien. Solo saldré corriendo. Te volveré a hablar cuando estemos listos.

Me quito el auricular de mi oído. Me empezaba a molestar ya. No tengo idea de cómo le explicare todo. Y más por mi ropa llena de sangre.

Tomo la guadaña, empapada todavía. Empiezo a caminar despacio. El tobillo me duele con solo dar un paso. Solo pequeños centímetros, dirigiéndome hacia una de las puertas de la entrada. Una sigue derribada y la moto con la que paso sigue ahí. Otras dos fueron derribadas por, al parecer, explosiones. De las cuatro que hay, la única que se ve intacta es la de la derecha. Es enorme y negra. Tiene cuadro cuadros que parecen representar algún suceso de la Biblia. Por ambos lados tiene las mismas representaciones.

Al salir, la pelea aún queda en pie, aunque ya casi terminada. Me escabullo hacia la derecha rápido y meticuloso. Sigo por una pequeña calle que está al lado de la Basílica. Hasta acá cayeron algunos escombros de los edificios derribados. Incluso algunos cuerpos, ya rígidos.

El patio de losas está vacío. La entrada a los calabozos igual, desértica. Parece que nadie llegó hasta este punto. El pequeño bosque seco tiene algunos árboles desgarrados de forma brusca. Incluso las raíces también.

Ahora recuerdo. Estafano me arrastró por ahí, tomándome del cuello, hasta uno de los edificios que rodean la plaza. El rastro de las ruedas de la moto que uso sigue marcado por la capa de arena.

Las puertas del almacén están abiertas. Solo una pequeña franja me permite ver el interior. Las bisagras tienen el mismo rechinido, a pesar de que fueron cambiadas. Aunque no hay mucha diferencia.

Abro ambas puertas. Mi corazón se acelera al verla ahí, a solo unos cuantos metros, encadenada. Lily. Su camisa fue desgarrada, mostrando solo un corpiño negro. Sus brazos y torso tienen muchas heridas resaltadas y sangrantes, parecidas a las de un látigo. Incluso en sus muslos tiene algunas heridas por lo mismo. Su abdomen tiene las mismas quemaduras hechas por el bastón eléctrico de Cesar. Su cuerpo esta soportado por las cadenas en el techo sujetas a sus muñecas que mantienen sus brazos hacia arriba. Sus piernas están dobladas, solo que las rodillas no alcanzan a tocar el piso. Su cabeza esta agachada. Su pelo negro cubre su rostro. Al despejarlo puedo ver todos los golpes que recibió. Incluso un ojo lo tiene hinchado. Con solo mirarla de esta manera, mis lágrimas quieren salir como cascada.

Tormenta escarlata Vol. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora