Verla frente a mí me vuelve a dar energía. Tiene a su Dark Matter en la mano, arrastrando una de las puntas. Su mirada iracunda al ver a Cesar. Furiosa. Vengativa. Así es como la describiría justo ahora.
La tensión mientras ellos intercambian miradas es tan grande. Se siente pesada. Chocan entre sí.
—No sé qué tramas, pero será muy tarde —Cesar sonríe una vez más.
—Deja a mi hermano.
Lily se lanza contra él, amenazando con su guadaña. Las enormes armas chocan entre sí. Intercambian gestos de forma negativa. El odio entre ellos es más que evidente (se refleja mejor en Lily).
—Lily... —Digo, débilmente.
Parece que no me escuchó. Empieza un combate, chocando filos, lanzando chispas, emitiendo chasquidos de metal contra metal. Ella lanza golpes aparte. Le da algunos, pero otros los evade o los bloquea. Ni siquiera voltea a verme.
Intento levantarme. Lo poco de energía que me queda lo utilizo en esto. Mis piernas tambalean. Mis rodillas son inestables. Incluso las cadenas me pesan y me hacen caer, pero unas manos me sostienen. Volteo a verlo.
—Bebe esto —Es Agus. Me pone una bolsa de cuero enfrente.
—¿Cómo? —Le muestro las cadenas que cubren mis manos.
No tardó mucho en lo que toma las cadenas, mete sus dedos y las rompe como si solo fueran hilos. Su fuerza bruta ya me está asustando. Mis manos se muestran pálidas debido a la poca luz que recibían. Se ven algunas ampollas en los dorsos, debido a que apretaban las cadenas, aunque no sentía mucho.
—Estaban oxidadas, fue lo bueno — Tiene razón. Me ofrece la bolsa de nuevo—. Ahora bebe. Rápido.
Agarro la bolsa con debilidad. No tiene tapa, puesto que Agus ya la había quitado. Lo pongo entre mis labios y comienzo a sorber el líquido. Es fresco y tiene un sabor exaltante a frutas. Intento pasar cada gota por toda mi boca, saboreando la dulzura con mi lengua. Refresco mi interior cuando llega hasta mi estómago. No lo trago tan aprisa para disfrutar el buen sabor. Me llena más de energía. Un gusto que realmente extrañaba saborear.
La bolsa se vacía y yo sigo forzándola a que salga más, pero ya se había acabado. Quisiera más, aunque esto ya es suficiente. Siento mi vitalidad regresando. Miro a Agus y me da una camisa, y me la pongo sin pensarlo. Es color verde militar, de mangas cortas y abotonada.
—Gracias.
Volteo a ver la pelea. Lily y Cesar están a la par. El odio que tienen es lo que los mantienen así. El enojo la consumió totalmente. Puedo verlo en sus ataques violentos, movimientos bruscos y en sus ojos azules.
Lily le da un fuerte golpe en el pecho, arrojando a Cesar a unos metros. Incluso pude escuchar como crujen sus costillas. Aprovechando, se dirige a mí.
—No hay tiempo —Rompe la cadena de los pies con su arma—. Tenemos que irnos, ahora.
—Nunca le des la espalda a tu enemigo.
La silueta de Cesar aparece detrás de ella, como si no le hubiera pasado nada. Tiene la espada en su cúspide y Agus golpea su rostro. Lo hace caer.
—No ataques a tus enemigos cuando esta de espalda —Grita—. Eso es cobarde.
Cesar se levanta de golpe, como si su cuerpo estuviera poseído. Su rostro es monstruoso, con golpes y esa macabra sonrisa.
—¿Te encargas tú? —Lily le pregunta.
—Claro que sí, Rose —Agus no voltea. Solo aprieta sus puños—. Los alcanzare más tarde. Corran.
Agus y Cesar comienzan una pelea a puño limpio. Lanzan golpes al azar, chocando entre ellos. A diferencia de Lily, Agus no tiene una expresión que irradie odio. Es un gesto sereno, pero extraño debido a la emoción que le llega cuando pelea.
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Tormenta escarlata Vol. 1
Science FictionDespués de que el mundo haya sido corrompido en creces, una especie de demonios salen a la luz para proclamar lo que, tal vez, alguna vez fue de ellos. Enormes bestias con solo un propósito: la extinción humana. Ahora que ha pasado tiempo desde aqu...