Estamos a la par. Nuestras armas chocan. Chispas salen al aire. El metal con metal resuena en un eco infinito. Algunos golpes se incrustan en nuestros cuerpos. Esta pelea se está poniendo interesante. Ambas quedas estáticas, pegadas entre sí, poniendo nuestras miradas muy cerca. Sus ojos grises penetrantes irradian su locura.
—El Padre Cesar tiene un enorme interés en ti. Estoy dispuesto a llevarte con él.
—No entiendo porque sigues a un hombre con ese tipo de ideas. Lo que sigues no es a alguien que dice lo que crees. Solo están acercándose a la misma muerte.
—Eso es algo que no te incumbe —Empuja más fuerte.
Mis piernas empiezan a doblarse poco a poco. Su cuerpo se vuelve pesado. Mis manos aprietan el bastón del arma. Puedo ver como su cara se empieza a llenar de enojo, sus ojos bien pelados y venas del cuello marcadas lo delatan más.
—Aun y si nosotros llegáramos a ser asesinados por ustedes, Cesar seguirá torturándolos de toda forma cruel posible —Pongo toda mi fuerza en mis piernas para poder levantarme—. Incluso algunas que no se imaginarían.
—¿Y crees que no estoy consciente?
Nuestros cuerpos se apartan de un salto. Quedamos alejados por varios metros. Intento respirar más profunda para poder recuperar el aliento más rápido. La mirada de Estefano esta caída, con sombra en sus ojos. No se ve cansado de la misma forma que yo estoy. Algo ocurre.
—¿Estas consciente de la situación en que estas? —Digo con gentileza.
—Yo llegue con nuestro Padre y su gente. Mientras ellos iban en camino a este lugar, ellos me rescataron. Yo fui abandonado por mis padres cuando apenas era un niño. Lo cruel de eso es que lo hicieron dejándome en un bosque. El Padre Cesar me encontró y me aceptó como uno de los suyos. Me educó de la misma forma en que lo educaron a él. Me enseñó todo lo que él sabe. Mientras crecía, escuchaba y me obligaba a observar como aplicaba sus métodos de tortura y matanza. Aprendí a hacerlo. Lo hacía sentir orgulloso. Me di cuenta que me gustaba, como a él. En pocas palabras, pase mi niñez, mi adolescencia y parte de mi adultez viviendo gracias a los traumas tortuosos que me encantaban. Es algo por lo que me siento tan orgulloso de llamarlo Padre. Y estoy seguro que todos nosotros decimos lo mismo.
No es su hijo, pero ha crecido como si de verdad lo fuera. Su vida ha estado llena de la salud inestable de Cesar. Y tal parece que los demás Radicales han pasado por lo mismo. La locura que puede tener un hombre es como una enfermedad; mientras más la irradia, así como la luz del sol, más peligrosa se puede volver para las personas que la rodean. Quizá lo peor de todo es que, de lo que me he dado cuenta, entre los Radicales, también hay personas jóvenes; puede que más que yo.
Estefano se va contra mí en un salto. La punta de su lanza es poco afilada y tosca. Es solo un pedazo de metal en forma de gota amarrada a una barra de acero ya oxidado. El filo de mi arma logra detenerlo. Una y otra vez. En cada ataque él grita de forma forzada, exhalando demasiado aire. Se puede notar algo de desesperación. Algunas estocadas rosan en mi ropa, haciéndoles pequeños agujeros. Se puede observar cuanta ansiedad tiene en su rostro. No es una expresión de locura, es una de miedo.
—Escúchame —Le grito, mientras me defiendo—. Debes entender que estas siguiendo a alguien que solo traerá más sufrimientos. Por favor entra en razón.
—¡¿Por qué debería escucharte?! —Sus ataques no ceden, sino que se hacen más frecuentes y feroces—. Ustedes solo nos han traído tragedias desde nuestro primer encuentro. Nos roban provisiones que siguen en las ciudades. Asesinan a muchos de los nuestros.
—¡¿Y cómo quieren resolver las cosas?! ¡Ustedes solo nos ven y ya corren como animales salvajes para matarnos! No nos dejan otra opción. Pero entiende que solo lo hacemos en defensa.
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Tormenta escarlata Vol. 1
Science FictionDespués de que el mundo haya sido corrompido en creces, una especie de demonios salen a la luz para proclamar lo que, tal vez, alguna vez fue de ellos. Enormes bestias con solo un propósito: la extinción humana. Ahora que ha pasado tiempo desde aqu...