El sol comienza a ascender en el horizonte. El cielo ya está totalmente despejado. El viento remolinante se siente fresco al contacto. Los rayos solares se comienzan a reflejar en los vidrios de las grandes edificaciones. El techo nos mantuvo a salvo de la terrible tormenta. Las calles y muros están cicatrizadas por los impactos de las enormes columnas de voltios. Muchos escombros cubren la pavimentación, resultado de los relámpagos caídos en los techos y paredes. Todos comienzan a despertar y levantarse, estirando los músculos. Sus bostezos parecen formar una música un tanto sincronizada.
—Comiencen a prepararse. Nos iremos enseguida.
Comienzo a dar pequeños pasos, estirando los músculos inferiores. Se pueden escuchar crujir las pequeñas piedras bajo mis pies. Todos ya están guardando las lámparas, unos se ponen ropa que se habían quitado antes. Intento ver si puedo ayudar en algo para terminar más rápido, pero parece que no se necesita algo de mí.
Me acerco al hoyo enorme en el edificio. Nadie entró, o eso hace parecer. Solo puede escucharse el eco del vacío.
Alguien golpea mi espalda.
—¿Qué estás haciendo? —Roger me da una fuerte palmada. Había olvidado por completo que vino también. Tiene puesto su arco con las flechas, como si nunca se lo hubiera quitado.
—Había olvidado por completo que viniste también. Así que sigues vivo —Se puede escuchar el sarcasmo en mi voz.
—Más vivo que tú —Me contesta con una risa burlona— Pensaba que, si no te mataban en la emboscada de terrestres, los rayos acabarían contigo.
—Pues logramos sobrevivir una noche aquí.
—Sí, lo sé —Comienza a poner un tono serio—. Pero me parece raro que no haya habido ataques durante la noche. Como si algo nos hubiera... —Un pequeño grito se escucha desde adentro del edificio, en la oscuridad—. ¿Escuchaste?
—Si.
Fue un grito pequeño, agudo. No era de un animal, eso era claro. Era el de una persona.
—Debemos ir a checar —Comienza a adentrarse—. Ve y avísale a Agus y a Loyd. Me iré adelantando.
—Pero, ¿no crees que está muy oscuro para que puedas percibir algo?
—No tienes que decir eso —Mete su mano en su bolsillo derecho, sacando una linterna pequeña pero que puede iluminar mucho—. Ya vine preparado. Además, yo soy la oscuridad.
Ese último comentario suyo es un tanto irónico, porque él es de etnia negra y pues... la oscuridad es negra. Y hasta es gracioso.
Me doy media vuelta, caminando entre todos. Están casi listos y los vehículos comienzan a encenderse. Agus y Loyd están frente al capote de una camioneta. Tienen, al parecer, un mapa enorme y están hablando por radio. Supongo que está dando las coordenadas de donde estamos.
—Oigan, tenemos que investigar adentro.
—¿Por qué? —Agus me contesta.
—Roger y yo escuchamos algo. Un grito de alguien.
—Nadie ha entrado dentro —Loyd afirma.
—Está bien —No lo duda ni un momento y saca dos linternas de la camioneta; me da una a mí—. Tú y tú vengan con nosotros —Le señala al tipo Sigmund y a otro para que nos acompañen—. Tú quédate aquí Loyd, te avisare si hay problemas.
Adentrándonos en la oscuridad, se puede sentir un ambiente denso. Un extraño aroma de humedad puede percibirse levemente. El aire, de algún modo, se siente fresco. De seguro es por la poca luz que logra entrar por aquí.
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Tormenta escarlata Vol. 1
Science-FictionDespués de que el mundo haya sido corrompido en creces, una especie de demonios salen a la luz para proclamar lo que, tal vez, alguna vez fue de ellos. Enormes bestias con solo un propósito: la extinción humana. Ahora que ha pasado tiempo desde aqu...