Capítulo 9.

2.6K 131 3
                                    

Iba mirando todo a mí alrededor mientras recorríamos las calles de esta ciudad. Solo quería perderme aquí y no ser encontrada. Era tan perfecto.

-Lucy, mira hacia arriba. Ya estamos llegando al London Eye. –hice lo que él dijo y era perfecto. No es porque yo en realidad tenga una pequeña obsesión con las norias, es que lo era, y además al lado del Big Ben.

-Dicen que es más bonito de noche, cuando está iluminado. –suspire mientras me imaginaba arriba del todo soñando con tocar las estrellas.

-Me siento un pésimo londinense, nunca he montado aquí.

-¿Seré tú primera vez? –no quise que sonara pervertido ni nada por el estilo, pero en cuanto lo dije vi el doble sentido de mis palabras. Mire a Jack y vi que él también me estaba mirando. Era consciente que desde que habíamos salido del Starbucks no habíamos soltado nuestras manos, y eso no me molestaba. Nos quedamos mirándonos un rato, no sé cuánto. Tampoco lo necesitaba.

-Bueno, tendremos que hacer cola si queremos subir algún año ¿no?

-No te preocupes por eso. Conozco a alguien que puede colarnos. – me llevó a través de un camino por el que no había mucha gente sorprendentemente para toda la gente que había en los alrededores. Cuando llegamos al pie de la noria Jack se separó de mí y comenzó a hablar con un hombre. No sabía de lo que hablaban pero veía que Jack poco a poco lo convencía de algo. Al rato de estar hablando con él volvió.

-Jack, no lo conocías de nada, ¿verdad?

-No, pero podía intentarlo. –sonreía de una manera que pocas veces había visto en nadie. Vi en sus ojos algo que anhelaba ver en los míos. Vida. Vida llena de energía. De alegría.

-Yo, podría haber esperado. – dije un poco avergonzada. No podía creer que solo había intentado colarnos por mí.

-No solo he conseguido ser los primeros en la cola, sino que también he conseguido una cabina para nosotros solos.

-Jack. –me acerque a él. – No te tendrías que haber tomado tantas molestias.

-¿No te iras a echar atrás, verdad?

-No. Vamos. –Le volví a coger de la mano para recorrer el mismo camino que él había recorrido hace unos momentos y un señor nos atendió. Pareció muy amigable, pero siempre me andaba recordando que las apariencias no son lo que parecen y que yo misma era víctima de ellas. En cuanto terminó la ronda que estaba en marcha nos subimos los primeros. Amaba esto. Solo tuvimos que esperar unos minutos a que todas las cabinas se llenaran y comenzar nuestro viaje. No podía parar de mirar a través de los ventanales. La vista era hermosa. No me di cuenta de que Jack estaba detrás de mí contemplándome hasta que habló:

-Me encanta ver cuando estás así concentrada en lo que miras. Parece que ves un mundo fascinante que solo tú puedes ver. La belleza en estado puro.

-Bueno, las vistas lo merecen, me arrepiento tanto de a ver dejado la cámara en mi apartamento.

-Otro día será. – dijo con una sonrisa.

-Sí, otro día… -bajé la mirada. No estaba segura de poder sobrevivir a la presión y humillación del sábado, así que no creo que pueda haber nada más que pueda hacer.

-____, ¿qué pasa? ¿He dicho algo malo?

-No, no has dicho nada malo. Es solo que. –de repente me callé. Nadie más debe saber nada ____. Menos él. Vive demasiado bien como para preocuparlo.

-¿Qué? –me miró con ojos interrogantes.

-Nada. Todavía me estoy adaptando. Será cuestión de días que todo vaya a mejor.

-Me alegro de que solo sea una cosa tan simple como eso.

-Sí. Simple.

-Exacto. Has tenido suerte, hoy he traído mi cámara.

-Genial. –simplemente podría guardar todo lo que estaba viendo con un simple clic. Volví mi mirada hacia el ventanal mientras Jack tiraba las fotos. No sabía hacía dónde exactamente. La verdad no me importaba. El viaje terminó más rápido de lo que yo esperaba. Bajé de la cabina buscando una salida. Comenzaba a asfixiarme yo misma y necesitaba escapar. Vi un hueco entre la gente y comencé a correr hacia allí. Llamaba la atención, pero nadie me conocía. No todavía. No hasta que saliese en la portada de las revistas de sociedad. Cuando ya me alejé lo suficiente vi un parque seguí hasta él y me desplomé en el primer banco que encontré. No puedo más. Todo el mundo iba a saber que yo era hija de él. Que me ha jodido la vida desde siempre. Unos brazos me rodeaban. Era Jack. Solo me bastaron 2 minutos para tranquilizarme.

-¿Me contarás por qué te has ido y estás así?

-No. – dije tajante.

-Vale.

-Solo Jack, siento pedirte esto, pero llévame de vuelta a mí casa. Necesito pensar.

-Vale.

Nos encaminamos otra vez hacía su coche, por suerte no pillaba lejos. Que el camino se haga corto por favor pensaba, pero cuanto más lo pensaba más largo se hacía. La radio llenaba el ambiente de algo más que el silencio incómodo. Mi móvil sonó por primera vez en el día. Lo miré. Número desconocido.

-¿Sí?

-Lucy, espero que me recuerdes, aunque sé que lo harás. – oh no, esa voz. El socio de mi padre. Esto no podía estar volviendo. Sí, si puede, me recordé.

-¿Qué quiere? –mi expresión se endureció lo más posible.

-Oh, nada, solo recordarte lo bien que lo solíamos pasar cuando eras más pequeñas y que espero que el sábado me hayas guardado un sitio en tan apretada agenda que vas a tener.

-Sin duda usted será mi invitado de honor. –Dije lo más sarcásticamente que pude. Mi jodida vida giraba alrededor de esa cena.

-No tengo ni las más mínima duda.

-No, no la tenga. Está claro que nunca he tenido otra opción.

-Siempre la has tenido. Solo que has decidido lo mejor para vivir.

-Nunca viviré bien mientras esté bajo las órdenes de tiranos y dictadores como ustedes. Adiós. –Ahora mismo estaba en shock. No me creía ni yo misma lo que le acaba de contestar. Esto traerá consecuencias. Da igual. Llegamos ya a la mansión de mi padre y me despedí de Jack con un simple adiós y prometiéndole una explicación. 

HOLA MIS LECTORAS. A los 4 votos y 3 comentarios en este capítulo subiré el siguiente. (No subiré nunca) Espero que os esté gustando y si queréis dejarme alguna pregunta dejadla en los comentarios. Responderé todas en el siguiente capítulo.

Evenings in London | Jack HarriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora