Evenings in London | Jack Harries

Capítulo 22.

En ese momento Conor abandonó la puerta de la casa. Si quería amargarme el día, lo había conseguido. No podía evitar que un par de lágrimas saliesen. Puse mis cascos y comencé a limpiar para distraerme. «No puedes dejar que te afecte, Lucy, no puedes dejar que te afecte, solo quiere hacerte daño.»

 

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Había terminado de limpiar la casa de arriba abajo. No quedaba ningún rincón el que no hubiese pasado algún producto o la fregona. La verdad es que me había distraído bastante con esta tarea y había llegado a una solución. Brad ha conseguido liberarse un poco de las manos de su padre, y por consecuencia del mío también. Y me alegraba por él, pero sentía que me había dejado sola. Espero que no se haya ido para siempre de mi lado,  sería una gran decepción. A parte de otra promesa incumplida. Estaba harta ya de que me prometiesen cosas que no se iban a cumplir. «Seré tu amiga para siempre.»; «Nunca te dejaré plantada otra vez.»; «No me iré de tu lado»; «Estaré aquí, contigo, hasta el final.»; «Lucharé contra todos tus fantasmas.» Una detrás de otra se repetían, y todas sin cumplir. Y la verdad es que te sientes harta de que te estafen. Y a partir de ahora no me pienso conformar solo con palabras. Los hechos valen más que eso. Sentí una vibración en mi bolsillo derecho el pantalón. Un mensaje.

“Espero que tu noche esté yendo mejor que lo que nuestra comida ha sido. Es una broma.

Jack xx.”

Rápidamente le contesté.

“Si por mejor que la comida te refieres a limpiar la casa de arriba abajo, sí ha ido mejor.”

“Eso ha herido mi orgullo Lucy uhm, me debes otra comida ;)

Jack xx”

“Me lo pensaré, mañana hablamos sobre esa comida.”

“Entonces, ¿te veo mañana?

Jack xx”

“Probablemente.”

“Una duda, ¿sigues teniendo tu trabajo en Starbucks?

Jack xx”

“No lo sé, voy a llamar a mi jefe ahora.”

Empecé a buscar entre mis contactos. La C, aquí estas. Christian. Marcando, marcando.

-¿Sí, Lucy?

-Hola Chris, quería saber si aún conservo mi trabajo.

-Me temo que no, tu padre vino a última hora de la tarde con una carta de dimisión y un donativo.

-Uhg, siento las molestias. –mirándolo por el lado bueno mañana no tendría que madrugar, y tendría tiempo para grabar otro vídeo.

-Un placer haberte tenido como empleada. Quizás nos veamos en otra ocasión.

-Pasaré a saludar en cuanto pueda.

-Bien, Lucy, te dejo, mi novio me está esperando para cenar. Adiós.

-Adiós. - ¿He olvidado mencionar que Christian es gay, verdad? Él y su novio hacen una muy buena pareja, son tan monos juntos.