Capítulo 4

3.5K 140 0
                                    

¿Era impresión mía o Marcus acaba de intentar besarme? Y lo peor es que Brad lo había visto. “Eso no debería importarte, solo fue un beso, uno que no tenía que haber ocurrido, ¿recuerdas?”

-Siento ser indiscreto y perdón la pregunta, pero ¿quién era ese chico?

-uhm, hablas de Marcus, creí que lo conocías.

-¿Debería conocerle?

-No, simplemente es que es un poco famoso en el mundo en el que yo me voy a meter y pensé que a lo mejor lo conocías.

-¿Y qué mejor forma de lanzarte a la fama que liándote con él?

-¿QUÉ?

-Entiendo que pueda parecer el camino más fácil.

-Brad, las cosas no van así. Te estas equivocando.

-¿A sí? Dime en que parte.

-En la parte en la que yo me quiero aprovechar de Marcus. HA SIDO ÉL EL QUE ME HA QUERIDO BESAR.

-Y tú no has hecho precisamente nada para alejarte.

-Justamente llegaste tú. Yo no sabía dónde meterme.

-¿Has pasado toda la tarde con él?

-Sí.

-¿A solas?

-NO. Brad, ¿se puede saber a qué coño viene este ataque de celos repentino?

-¿Celos? ¿Yo?

-No te hagas el loco por favor.

-Pensé que lo de anoche significó algo.

-Lo hizo, pero no se puede repetir. No me quiero arriesgar a que puedas perder tu trabajo.

-Lucy, puedo conseguir otro trabajo, puedo hacer cualquier cosa que me pidas.

-Brad, esto no va así.

-¿Quieres que solo te vea cómo la hija de mí jefe?

-No.

-¿Entonces?

-NO LO SÉ. ¿Vale?

-Pues decídete.

-Brad, esto no va a salir bien.

-Di lo que quieras, pero sabes que sientes algo por mí. Y espero ser algo más que un calentón. – esto último lo dijo súper cerca de mi cara. Podía respirar su aroma y perderme en esos preciosos ojos verdes. Y seguidamente salió del coche. – Solo espero que ese chico no tenga mi saliva o que yo tenga que compartir la suya.

-Brad, nos pueden escuchar.

-Su padre la espera en su despacho. Si me permite acompañarla.

-Esto… claro.

Fui detrás de Brad hacía allí. Lo que menos me apetecía ahora mismo era ponerme a discutir mi padre. Y presentía que era lo único que íbamos a hacer.

-Brad, ¿sabes de lo qué quiere hablar mi padre conmigo?

-no lo sé señorita, eso son cosa personales, yo no tengo por qué saberlas.

Evenings in London | Jack HarriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora